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Estados Unidos: a mitad trayecto guiado por políticas de Obama

<STRONG>FINANCIAL TIMES<BR></STRONG>Estados Unidos: a mitad trayecto guiado por políticas de Obama

Edward Luce
De acuerdo a los críticos liberales de Barack Obama, el presidente de Estados Unidos traicionó la causa progresiva antes del día de la toma de posesión al seleccionar a un grupo de asesores de la época de Clinton para que conformaran su equipo económico. Temiendo que la depresión del 2008 descarrilara su presidencia antes de que hubiera comenzado,  Obama llamó a los más experimentados economistas demócratas disponibles en el mercado, comenzando con Larry Summers, el secretario de la Tesorería de Bill Clinton, ahora jefe del Consejo Nacional Económico.

Dieciocho meses más tarde, ellos argumentan, que el presidente es un prisionero de los autores de la desregulación de Wall Street de finales de los 90 que allanó el camino para la crisis del 2008. Aún peor, que él está sufriendo del síndrome de Estocolmo, y que es un cautivo que amas sus carceleros. Lejos de llevar un cambio a Washington, Washington ha cambiado a Obama. Según va la narración, eso es muy bueno. El único error es que éste pasa por alto sus mismas creencias, instintivamente centristas 

Esto también pinta a Obama como un ingenuo, nuevamente con poco fundamento. Desde las extensas entrevistas con todos sus asesores económicos y otras figuras clave, tanto dentro, como fuera de la Casa Blanca, es una idea justa decir que precisamente el presidente hubiera seleccionado a la misma gente que había cuando él llegó al poder en circunstancias mucho más cordiales. En adición, él buscó lo que un amigo describió como “validación” por medio de sus nombramientos. “No subestime cuán vulnerable el presidente Obama era a la crítica de que era un inexperto”.

La presidencia de Obama queda o recae sobre el éxito de sus políticas económicas. ¿No tiene el mejor equipo de personas a su alrededor? Y, habiendo apagado los fuegos de la crisis financiera, ¿pueden ellos construir una economía para el siglo XXI?

El Sr. Obama tiene un equipo económico de cinco personas con quienes se reúne cada mañana por alrededor de 45 minutos. Seguido por  Summers, este equipo forma el núcleo que guía la agenda económica del gobierno. Sugerida por David Axelrod, alto asesor del presidente, y Robert Gibas, su vocero, esta reunión es una adición de Obama a las de máxima duración que el presidente adopta sobre seguridad nacional.

Los otros cuatro del equipo son Tim Geithner, secretario de la Tesorería y antiguo protegido de Summers; Peter Orszag, director de presupuesto, quien sirvió en la Casa Blanca de Clinton; Christina Romer, quien preside el Consejo de Asesores Económicos, un grupo de expertos, y fue académica en la Universidad de California, Berkeley; y Pared Bernstein, asesor económico para Joe Biden, vicepresidente y el participante más liberal.

La reunión matutina también incluye en el círculo íntimo de Obama al  Rahm Emmanuel, su jefe de personal; Valerie Jarret, alta asesora;  Axelrod; y  Gibas. Dependiendo del tema, puede ir desde los derivados, hasta el problema del desempleo masculino a largo plazo, a veces se les unen Jason Furman o Diana Farell, los ayudantes de Summers; Neal Wolin, asistente del Secretario de la Tesorería; o Austan Goolsbee, asistente de  Romer.

Todas las señales muestran, que  Obama verdaderamente desea mantener el equipo que tiene, él recientemente persuadió a Orszag para que se quedara. A pesar de su pletórico estilo, Summers, cuya ambición de dirigir la Reserva Federal fue amilanada cuando  Obama nombró nuevamente a Ben Bernanke como presidente, es altamente valorado por el presidente.

“Hay tiempos en que Larry y yo hemos estremecido a colegas no-académicos por hacer refutaciones como si estuviéramos en un seminario económico”, dice Romer. “Pero, el hecho de que Larry discuta contigo es señal de que te respeta. Además de que es mucho mejor que ser ignorado”.

Summers es la fuerza intelectual que guía el grupo. Junto a Geithner, su socio de mucho tiempo, él ha ganado aplausos por jugar el rol de bombero de emergencias, hasta de los críticos que hace un año atrás estuvieron instando a la nacionalización de los bancos más grandes. Pero algunos, dado el carácter altamente centralizado del gobierno, cuestionan si este es el equipo correcto para reconstruir la casa que estaba al rojo vivo y que ellos extinguieron.

“Mientras este gobierno es muy regido por el círculo íntimo de asesores políticos, Summers claramente ha surgido como el Henry Kissinger económico de Obama”, dice David Rothkopf, un anterior oficial de Clinton. “Larry es el innegable centro de un grupo que ayudó a un presidente sin mucha experiencia a navegar por la peor crisis vista desde la Gran Depresión. La pregunta clave es, si ese mismo grupo puede exitosamente abordar un problema potencialmente mayor que sería el tratar de desarrollar una visión para la próxima economía americana”.

La respuesta se derivará principalmente de las propias inclinaciones del presidente, que son empedernidamente moderadas. Cuando solicitó describir su filosofía económica, casi al unísono sus asesores exponen para la palabra “pragmático”. Eso es rápidamente seguido por la aseguración de que  Obama también está a favor del mercado libre.

Summers describe al presidente como: “Pragmático, no ideológico y orientado al mercado, pero no fundamentalista”. Para el  Orszag, él es “pragmático, pero centrista y pro-mercado libre”.

Romer dice: “La clave es el pragmatismo, su filosofía no es ideológica, pero él es verdaderamente pro-mercado”.  Bernstein, quien se convirtió al budismo hace algunos años, dice que los adjetivos que él usaría “son balanceado, pragmático y Zen”.

Sólo  Geithner, cuyas acciones aumentaron casi tan rápido el año pasado igual que las de los bancos para los cuales él concibió controversiales “evaluaciones de estrés”, objeta a la palabra pragmático”. “Yo diría que él es fundamentalmente centrista y pro-mercado, pero él reconoce que el mercado no puede resolver todos los problemas”.

Tal vez, con sus críticos conservadores en mente, todo enfatiza que  Obama no encontró ningún placer al asumir la posesión temporal de General Motors, el fabricante de vehículos, o la posición en los bancos afectados. En adición, los asesores económicos del presidente señalan, que ellos hicieron mucho más el año pasado que apagar el fuego. La promulgación en marzo de la reforma de asistencia de salud de $1,000 millardos a 10 años de Obama fue un fundamento clave en la nueva construcción económica de América, ellos argumentan.

Summers, inicialmente estuvo escéptico sobre impulsar una reforma tan grande en medio de una crisis y terminó discutiendo la retención del proyecto completo cuando otros sugerían reducirlo posteriormente a la perdida del puesto del Senado de Ted Kennedy en Massachussets en el mes de enero.

Pero  Summers y  Romer también estuvieron entusiasmados acerca del potencial del proyecto para reducir futuros déficits. “Hubo fuertes razones económicas de porqué no se podría conseguir la mitad del proyecto a la mitad de precio”, dice  Summers.

Pero persiste el escepticismo acerca de si el equipo está orientando suficientes fundamentos para la próxima fase del crecimiento, siguiendo el primer ciclo de la historia moderna de E.U. en el cual hubo netamente cero creación de empleos del sector privado. Mientras se reconoce que el Summers es probablemente el mejor cerebro económico disponible como asesor, los críticos cuestionan su entusiasmo para ejecutar la otra mitad de su trabajo, el proceso inter agencias.

“Si el presidente Obama es una persona que aprecia la importancia del proceso estructural y produce la mejor intervención posible dentro de una conversación económica, entonces se tendría que decir que no parece que sea así”, dice John Podesta, un anterior jefe de personal para  Clinton.

Otros, incluyendo a William Galston, otro anterior oficial de Clinton, resalta un problema diferente: el hecho de que  Summers es incuestionable como el “alfa-cerebro” en la sala. El mes pasado Clinton sorprendió a muchos cuando dijo que él hubiera deseado no haber escuchado a Robert Rubin, su primer jefe de comité económico nacional, y a. Summers, en el momento en que ellos lo asesoraron para no regular los derivados a finales de los 90. 

“Mi pregunta no es si Larry Summers es un cerebro brillante, sino si hay alguien que tenga la habilidad de cambiar su punto de vista”, dice  Galston. “En mi caso, yo sé, que cuando yo escuche un argumento fluente y aparentemente inexpugnable, lo próximo que yo quiero escuchar es una refutación igualmente fluida. ¿El presidente Obama tiene eso? “Los cerebros brillantes también se equivocan”.

Los cuestionamientos también han surgido acerca de la extensión a la cual el círculo íntimo invalida la asesoría del equipo económico. Por ejemplo, Obama eligió develar la llamada “norma volcker” sólo dos días después del fracaso de Massachussets. La norma, que ahora está incluida en el proyecto de regulación financiera ante el Senado, forzaría públicamente a los bancos asegurados a escindir las oficinas de comercio de propiedades.

La pregunta ahora es, si los bomberos pueden volverse arquitectos.  Obama enfrenta dos desafíos primordiales, conseguir la cámara fiscal en el orden de galopantes déficits presupuestarios, mientras crea espacio para invertir en áreas que fortalecerán la próxima generación de crecimiento.

La Sociedad Americana de Ingenieros Civiles estima, que las necesidades de E.U. de gastar $2,200 millardos para mantener la calidad ya mediocre de la infraestructura. Dado el resultado contra el nuevo gasto, Obama todavía no ha cumplido su promesa de crear un banco nacional de infraestructura. El punto es que la Casa Blanca ha elevado la rectitud fiscal sobre las inversiones públicas. Mientras tanto, los disidentes temen que la economía de E.U. se revierta al anémico crecimiento observado antes de la crisis, menos la burbuja inmobiliaria.

“Todas nuestras propuestas se han incrementado contra la imperativo fiscal”, dice Ed Rendell, gobernador demócrata de Pensilvania, quien dirige un grupo de infraestructura junto al Gobernador Arnold Schwarzenegger de California, y el alcalde Michael Bloomberg de la Ciudad de New York. “No hay más conversaciones de trenes de alta velocidad, o de una nueva generación de infraestructura. El cuadro fiscal es el que domina”.

Pero el presidente ha confundido antes a los críticos. “En los pasados cinco años, nadie que haya criticado a Obama ha perdido dinero”, observe un economista.

Muchos esperan que él desencadene una fase más creativa de creación de políticas después del periodo electoral de medio término de noviembre. Los pronósticos indican que los demócratas pueden estar dispuestos a aferrarse a sus mayorías a pesar de la ola de sentimiento anti-Washington.

Después de eso, los optimistas esperan, que el presidente tenga una mano libre para proponer más soluciones radicales hacia la interrogante fiscal de América confrontando los crecientes derechos inflacionarios y aún asumiendo una renovada defensa de los desembolsos, que hasta el momento son considerados fuera de límites.

“Tenemos 11 formaciones de porta aviones y tres diferentes plataformas para disparar armas nucleares a la USSR”, dice  Frank. “Eso no tiene mucho sentido para mí”.

Mientras que para  Summers, poco cuenta a pesar de los rumores de que él está planeando su partida.

 Algunos, notablemente Volcker,  Goolsbee y Carol Browner, el zar de la energía de Obama se han sentido heridos por él, pero el presidente los valora altamente, y a veces él les da rienda suelta.

“Hay momentos en que el presidente dice: ‘Tú desarrollas la política y yo considero como adjudicarla”, dice  Romer.

La cifra

US$1,000  millardos  es el costo de la  reforma de asistencia de salud  que inicio en marzo a 10 años de Obama fue un fundamento clave en la nueva construcción económica de América, ellos argumentan.

Las claves

1.  Críticas

Dieciocho meses más tarde, ellos argumentan, que el presidente es un prisionero de los autores de la desregulación de Wall Street de finales de los 90 que allanó el camino para la crisis del 2008.

2.  Escepticismo

Persiste el escepticismo acerca de si el equipo  económico está orientando suficientes fundamentos para la próxima fase del crecimiento, siguiendo el primer ciclo de la historia moderna de E.U.

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