Henny Sender
En julio de 1997, cuando el Banco de Tailandia fue forzado a devaluar el baht (moneda nacional de Tailandia), pocos analistas anticiparon que el movimiento dirigiría a un contagio que afectaría a otros países del sureste de Asia, y que este eventualmente se expandiría hacia Corea y Taiwán.
Dentro de las seis semanas de devaluación del baht, la rupiah de Indonesia estaba en caída libre, yendo desde 2,300 por dólar hasta más de 10,000 por dólar.
Los sistemas de computadoras de algunos bancos japoneses entraron en crisis, ya que los mismos no estaban programados para manejar un movimiento de cuatro dígitos y hasta de cinco.
Por años, el Banco de Indonesia había dejado que su moneda perdiera valor muy gradualmente y de forma predecible en contra del dólar. Precisamente porque la tasa de cambio del Banco Central era muy predecible, las compañías de Indonesia felizmente tomaban prestado en dólares antes que en su propia moneda, desde que las tasas de interés en dólares estaban mucho más bajas.
Las instituciones crediticias extranjeras suministraron esos dólares y entonces cubrieron el riesgo comprando seguros para el crédito.
Pero debido a que no había un mercado líquido para seguros en las compañías indonesias, las instituciones crediticias compraron derivados de crédito en la misma Indonesia. Esto fue una protección imperfecta, hecha aún más imperfecta por el hecho de que los vendedores eran bancos indonesios, cuya propia solvencia también había sufrido cuando la rupiah comenzó a disminuir.
Hasta tal punto fue el mecanismo de transmisión por el cual el contagio originado en Tailandia se esparció a sus vecinos. Avanzando rápidamente unos años más adelante hasta la actual situación económica, la pregunta es si el dólar de Estados Unidos sufrirá una suerte similar a la de la rupiah.
La semana del 8 de marzo, el dólar de E.U. tuvo su peor semana desde enero, indicando a los economistas en JPMorgan que el final de la recuperación del dólar puede bien haber llegado. Ese movimiento del dólar siguió a las noticias de que E.U. tenía su déficit mensual más grande en la historia. Una caída de $221 millardos en el mes de febrero.
Un mes atrás, Credit Suisse produjo un provocativo reporte de investigación, señalando que el país cuyo perfil de deuda se parece más al de Grecia es, contenga el aliento, justamente el de Estados Unidos.
Hasta el momento, para estar seguros, el dólar se ha mantenido mejor que lo esperado debido a que este todavía es un puerto seguro en una tormenta.
Es también el beneficiario de las inestabilidades sobre la presión del euro, la deuda soberana de los miembros más débiles de la unión de la moneda europea, la recesión global y las (contradictorias) preocupaciones relacionadas al sobre-calentamiento además del posible decadente crecimiento en China.
De hecho, la fortaleza del dólar ha sido bastante más pronunciada en contra del euro y la libra esterlina que en contra de otras monedas, según el analista Chris Wood denota en su reciente reporte Greed & Fear (Codicia & Temor) para Credit Lyonnais Securities Asia.
Pero, mientras la tormenta pasa, la debilidad se vuelve aún más evidente. Para estar seguros, esas debilidades son menos obvias en relación a otras monedas del mundo desarrollado de lo que están en contra de otras monedas del mercado emergente. Y hay gran cantidad de defensores del dólar que predicen que el dólar será respaldado por un crecimiento económico relativamente fuerte y por una Fed que puede pronto aumentar las tasas.
Hasta ahora, la razón por la que el dólar se ha mantenido firme es que muchos países vinculan su moneda a este, más notablemente China. En abril, la Tesorería de Estados Unidos tendrá que decir al Congreso si China ha estado manipulando su moneda contra la situación general de un debate cada vez más estridente entre los dos países.
China puede también frenar sus compras de las tesorerías de Estados Unidos verdaderamente, Japón ha superado a China como el mayor comprador de tesorerías de Estados Unidos en los últimos meses.
Por el momento, aunque, el apetito de China por los activos denominados en dólares parece no haber disminuido. La mayoría de los oficiales tienen la opinión de que China estaría cortando su propia garganta si fuera a vender Tesorerías, o aún reducir sus compras significativamente.
Pero los países, como inversionistas individuales, no son siempre racionales.
Realmente, La reciente afirmación del primer ministro chino, Wen Jiabao, de que el renminbi no está subvaluado, indica una creciente asertividad política en la parte de China por defender su territorio en público, dice Wood.
Si después de todo China decide que esto estaría dañando sus propias arcas menos que las de Estados Unidos, el dólar puede estar en un periodo de mayor debilidad.6
Las claves
1. La historia
Por años, el Banco de Indonesia había dejado que su moneda perdiera valor muy gradualmente y de forma predecible en contra del dólar.
2. Tasa de cambio
Las compañías de Indonesia felizmente tomaban prestado en dólares antes que en su propia moneda, desde que las tasas de interés en dólares estaban mucho más bajas.
3. Instituciones bancarias
Las instituciones crediticias extranjeras suministraron esos dólares y cubrieron el riesgo comprando seguros para el crédito.
Líderes mundiales se inclinan hacia la recesión
La economía mundial no crecerá como lo hizo durante el boom, así que ahora ¿cómo se expandirá? Ese es el problema cardinal en las macroeconomías. Las fuentes de demanda que propulsaron el mundo hacia el boom se han vuelto frágiles. Las familias y gobiernos de los grandes países en déficit, tales como Estado Unidos y Reino Unido, están sobrecargados y debieran tomar un descanso de su voraz consumo.
En Washington, un grupo de 130 congresistas de Estados Unidos escribieron a la Tesorería con la demanda de que se inculpe a China por ser un manipulador de moneda en su reporte de divisas que debe emitirse en abril, y que E.U. pueda tomar represalias fiscalizando las importaciones chinas.
Un lenguaje impulsivo, pero este es un asunto serio. En efecto, la política monetaria china es una política de desarrollo que funciona subsidiando los consumidores extranjeros que compran productos chinos. El mecanismo de exportación, en su pico del 2008, estuvo sosteniendo una colosal cuenta de superávit de US$426 millardos.
China está estancándose con esta política mercantilista. Este año, su cuenta actual de superávit se espera que sea de US$291 millardos. Mientras el mundo se sube en la cumbre de un boom crediticio, podría encontrar compradores dispuestos por los productos chinos. Pero, después del auge, China se ha vuelto una fuente de exceso de suministro y su rechazo al consumo socava la economía mundial.
Así que a los chinos se les debe permitir gastar. El ajuste sería un arrebato, y no sólo a causa de que los exportadores perderían empleos. Esto requeriría una reforma de asistencia social (de forma que esos consumidores ahorren menos por temor a emergencias) y del sector financiero (así los ahorros ganan un mejor retorno). Esto no podría lograrse repentinamente y tendría implicaciones políticas. Pero esto puede hacerse.
Zoom
Alemania
No hay ningún instrumento que convierta a Alemania, que es otra nación ahorradora, en un gran gastador. Pero este objetivo vale perseguirlo. Con una cuenta actual de superávit que se espera en $187 millardos este año, realmente, la república podría gastar más. Si Alemania no lo hace, esto forzará a sus socios menos competitivos de la eurozona a que se estanquen y se depriman. La semana pasada, Wolfgang Schäuble, el ministro financiero alemán, propuso que hubiera severas penalidades para los gobiernos que tomen prestado en demasía. Por sí sólo, ésta sería la receta para su enorme estancamiento.