FINANCIAL TIMES
Historia de parálisis trasatlántica, Europa y los Estados Unidos

FINANCIAL TIMES<BR>Historia de parálisis trasatlántica, Europa y los Estados Unidos

Philip Stephens
Nunca estoy lo bastante seguro si estar deprimido o consolado cuando cruzo el Atlántico. Europa está en un lío, y si viajo a los Estados Unidos solo me acuerdo que esta es una aflicción compartida. La parálisis política gobierna. Lo más exasperante es que todo el mundo, tal vez podría decirse que “casi” todo el mundo, dice que no sabe lo que debe hacerse. Pero, es que simplemente ellos no lo harán.

Los estadounidenses están consternados por la torpe respuesta de los líderes europeos a la crisis del euro. Usted no puede culparlos. Esto ha estado sucediendo por más de dos años y la eurozona todavía está al borde de la catástrofe. Gran parte del sistema bancario europeo está en soporte vital. En los últimos días el Fondo Monetario Internacional advirtió que el impago soberano podría implicar la división de la moneda única. Eso enviaría la economía mundial a tambalearse en la depresión.

Sin embargo hablar a los legisladores europeos, ya sean del norte acreedor o del sur deudor, y, extraño como pueda parecer, ellos están muy de acuerdo en los elementos esenciales de un serio plan de rescate. Las naciones periféricas como Italia, España y Portugal, tendrán que reformar radicalmente el lado del suministro de sus economías. La competitividad restaurada debe ser acompañada por un esfuerzo creíble para pagar los déficits y cuentas públicos.

No obstante, toda la austeridad no puede ser anticipada. Europa está cayendo nuevamente en recesión. En el corto plazo, la periferia necesita apoyo financiero abierto y crecimiento económico para evitar una clásica trampa de deuda. A largo plazo, la eurozona tendrá que agregar valor económico a la unión monetaria.

Esto podría ser indiscutible, aunque no sin desafíos políticos. El problema surge en la secuenciación. Angela Merkel insiste en que el constreñimiento fiscal y las reformas estructurales deben venir primero, para la evasión del riesgo moral y para la tranquilidad de los votantes alemanes. Mario Monti de Italia y los colegas de España, Portugal y más allá, responden que las políticas profundamente impopulares serán posibles sólo con un inequívoco compromiso alemán de proveer un puente hacia la unión fiscal. Los alemanes se rehúsan a rescatar a los “incompetentes” del sur, pero los votantes italianos y españoles soportarán la pena sólo si ven una ruta de vuelta a la prosperidad.  Ambos lados tienen razón. El ingrediente faltante es “confianza”. Lo que se necesita es un plan para reactivar el crecimiento económico y fortalecer la credibilidad en la reducción fiscal en el mediano plazo. Seguramente no está más allá del ingenio de los políticos reconocer tanto. Como están las cosas, los mercados no están tan persuadidos de la capacidad de Alemania de sostener el euro y de la voluntad política de los estados deudores. No es de extrañar que el estado de ánimo sea sombrío.

En EEUU, el estancamiento político se ha vuelto una forma de vida. La elección presidencial promete ser un asunto deprimente. Los demócratas luchan por esconder su decepción con el primer gobierno de Barack Obama, y los asesores del Presidente todavía se están fundiendo en torno a un eslogan para encapsular su pretensión por un segundo periodo.

Los republicanos han optado por Mitt Romney como la única alternativa ante un desfile de ciertos perdedores. La opinión general dice que, ahora que los republicanos primarios están fuera del camino, Romney se dirigirá hacia el centro. 

Ciertamente, los problemas de Estados Unidos no son tan agudos como los de la eurozona. La economía de EEUU está creciendo y el desempleo está en una tendencia ligeramente bajista. El rol del dólar como la moneda de reserva del mundo siempre es una ayuda. Sin embargo, los legisladores están pendientes de los déficits presupuestarios, en la medida que se puede ver. En algún lugar, hay un límite para la cantidad de deuda que se puede tener aún por la economía más poderosa del mundo.

Una vez más, la respuesta es lo suficientemente obvia. Lo he escuchado tanto de los republicanos como de los demócratas. Si Europa necesita menos austeridad anticipada y más constreñimiento a largo plazo, EEUU necesita, algo que puede llamarse una estrategia fiscal. Retornar las finanzas del gobierno a una trayectoria sostenible requerirá de incrementos fiscales y recortes del gasto. Por supuesto, hay un legítimo argumento político sobre el balance entre un menor gasto y mayores impuestos, pero ambos son ultimadamente inevitables.

No se escuchará mucho sobre esto durante la campaña. Obama ha desechado las recomendaciones de su propia comisión independiente para un enfoque equilibrado dirigido a la reducción del déficit. Aumentar los impuestos a los súper-ricos, la ejecución de su manifesto, y todo estará bien. Hay una buena razón para lo que se conoce como la regla Buffett, pero no esta no arreglará el déficit.

Romney es un prisionero, dispuesto o no, de la ideología del Partido Conservador que opina que todos los incrementos fiscales son una amenaza fundamental para el estilo de vida americano. Sin embargo, aunque los más acérrimos conservadores retroceden ante los grandes recortes en programas tales como Medicare y lo que esto implica.

Todos estos políticos tienen sus excusas. Los líderes europeos protestan que nadie podía haber previsto la escala de la crisis que afecta la eurozona. La reconciliación nacional con los intereses europeos no es fácil. En EEUU, las principales corrientes demócratas y republicanas lamentan el paso del bipartidismo del cual el sistema político de EEUU ultimadamente depende.

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Brecha de expectativas

También es cierto que la brecha de expectativas que existe entre lo que los gobiernos pueden hacer y lo que sus votantes esperan, se ha ampliado. Los poderes que una vez residieron en los estados se han perdido para la integración económica global. Por gran parte del tiempo, como descubrirá François Hollande si él gana la presidencia francesa, los mercados de bonos son los que gobiernan.

Cómo hacer lo correcto

El problema, como ha observado un primer ministro europeo, es cómo hacer lo correcto y luego continuar para ganar una elección. El actual grupo de líderes parece preferir estar preso por las circunstancias. Tal vez yo he alcanzado la edad en que el pasado siempre reaparece a través de lentes color de rosa, pero, ¿no hubo un tiempo en que las políticas estaban a punto de darle forma a las circunstancias?

Disputa legal entre las compañías   Google y Oracle

Richard Waters

San Francisco. Cuando los directores ejecutivos de las dos compañías de tecnología más grandes del mundo toman la postura de testigos dentro de una disputa legal de un valor de $1 millardo, normalmente se espera que salgan fuegos artificiales.

Pero cuando Larry Ellison de Oracle y Larry Page de Google atestiguaron en los últimos días en una corte de San Francisco, la discusión rápidamente se movió para obstruir los puntos técnicos del código de software, algo sobre lo que aún los directores ejecutivos alguna vez parecían inseguros.

La cuestión es si el software del popular smartphone Android de Google infringe los derechos de Oracle en Java, un lenguaje de programación que este asumió con la adquisición de Sun Microsystems en el 2009.

Las 15 millones de líneas del código de Android realmente no están bajo el microscopio, pero si Google actuaba ilegalmente siguiendo un formato desarrollado por Java cuando este escribió los APIs de su sistema, la interface del software inhabilita a otros desarrolladores a escribir programas que sean compatibles con este.

Ellison fue desafiado por los abogados de Google para explicar el porqué Oracle tenía suficiente información o evidencia ya que Sun previamente había dado la bienvenida al uso de Java de Android y cuando Ellison había prometido que Oracle mantendría el software abierto y libremente disponible después de la adquisición de Sun.

Mientras tanto, Page restó importancia al significado del código para Android, al mismo tiempo que admite que un mensaje diferente se le podía haber dado al consejo de Google.

Tratar de aplicar los principios de derechos de autor a un lenguaje de programación como Java también es un nuevo punto de partida, haciendo la vida aún más difícil para los miembros del jurado que no son expertos y quienes se espera que tengan ocho semanas de testimonios similares antes de pedirles que lleguen a un veredicto. 

La cifra

15  millones de líneas  es lo que tiene el código de Android, estas no están bajo el microscopio

VERSIÓN AL ESPAÑOL DE ROSANNA CAPELLA

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