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HOY de 2 013 El triste récord de la austeridad fiscal; costosa e innecesaria

FINANCIAL TIMES<BR>HOY de 2 013 El triste récord de la austeridad fiscal; costosa e innecesaria

En la cumbre del Grupo de las 20 principales economías que fue celebrada en Toronto en junio de 2010, los países de altos ingresos se sometieron a la austeridad fiscal.

Las crisis de deuda soberana observadas en Grecia, Irlanda y Portugal, fueron una de las razones para esto. Los legisladores fueron atemorizados por el riesgo de que sus países se convirtieran en Grecia.

El comunicado del G20 fue específico: “Las economías avanzadas se han comprometido con planes fiscales que al menos reducirán los déficits para el 2013 y estabilizarán o reducirán las proporciones dedeuda al producto internobruto gubernamental”. ¿Fue esto necesario e inteligentea la vez? No.

La eurozona estuvo en el centro de la crisis de deuda soberana asustando al mundo. El rápido constreñimiento fiscal fue juzgado esencial por los gobiernos en problemas. En cambio, esa opinión persuadió a aquellos que aún no estaban sujetos a la presión del mercado para ajustarse de forma preventiva.

Esa fue en gran parte la posición del gobierno de coalición de Reino Unido.

La idea de que ser Grecia estaba al doblar la esquina cobró fuerza en Estados Unidos (EEUU), muy notablemente entre los republicanos. La batalla de hoy sobre el secuestro es en parte producto de esa preocupación. Un importante y, en mi opinión, persuasivo proponente de una opinión contraria es el economista belga, Paul de Grauwe, ahora en LSE. Él ha argumentado que las crisis de deuda de los países de la eurozona fueron el resultado de las fallas de la política del Banco Central Europeo (BCE).

Por rehusarse a actuar como institución crediticia de último recurso para los gobiernos, ellos sufrieron riesgo de liquidez, los costes de préstamos aumentaron porque a los compradores de bonos les faltaba la confianza de que serían capaces de revender fácilmente en todo momento. Eso, no la insolvencia, era el peligro inmediato.

En la actualidad, argumenta Grauwe en un documento de su coautoría, en principio la decisión del BCE de comprar la deuda de los gobiernos en problemas, a través de las llamadas “transacciones monetarias simples” (OMT, por sus siglas en inglés) permite que uno ponga a prueba su hipótesis.

Él denota que el principal factor determinante de la reducción de las extensiones

sobre los bonos alemanes desde el segundo cuatrimestre de 2012, cuando las OMT fueron anunciadas, fue la extensión inicial.

En pocas palabras, “el declive en las extensiones fue más fuerte en los países donde el factor miedo había sido más fuerte”.

¿Qué rol jugaron los fundamentos? Después de todo, sin duda, algunos países, y en particular Grecia, tenían y tienen una terrible posición fiscal. Uno muy fundamental es el cambio en la proporción de deuda hacia el producto interno bruto.

El documento hace tres observaciones importantes. La primera, que la proporción de deuda al Producto Interno Bruto (PIB) incrementó en todos los paísesincluso después del anuncio del BCE.

En segundo lugar, el cambio en esta proporción se convirtió en un pobre pronosticador de declives de las extensiones. Finalmente, las extensiones determinaron la austeridad asumida por los países.

Paul Krugman del New York Times agrega un punto extra: la austeridad fue costosa para las economías afectadas: mientras mayor la contracción entre el 2009y el 2012, de acuerdo al Fondo Monetario Internacional; mayor la caída en laproducción.

Con la adopción anticipada de las OMT, el BCE podría haber prevenido el pánico que guió a las extensiones que justificaron la austeridad. Pero no lo hizo. Y decenas de millones de personas están sufriendo molestias innecesarias. Estoes trágico.

No obstante, puedo ver dos argumentos respecto el comportamiento del BCE. El primero es que la ayuda podría sólo seguir una demostrada capacidad paraadoptar la austeridad. El segundo, como denota acertadamente el último informedel Grupo Europeo de Asesoría Económica que los problemas reales han estado desestabilizando los flujos de capital, los desbalances externos y empeorando la competitividad, no los déficits fiscales.

Pero uno puede justificar la austeridad fiscal, brutal como es, como la única forma de obligar a que se adopten los ajustes de relativos costes y las necesitadas reformas del mercado laboral.

Mi colega, Wolfgang Münchau, argumentó que lo opuesto es cierto. Pero yopienso que la eurozona sobrevivirá a su curación. Los países en el centro estarían

La austeridad fiscal planteada por los países más poderosos económicamente resultó no ser el remedio a la crisis.

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