FINANCIAL TIMES
Inflación es peligro para  refugios seguros por vaivenes mercados

<STRONG>FINANCIAL TIMES<BR></STRONG>Inflación es peligro para  refugios seguros por vaivenes mercados

Steve Johnson
Los rendimientos de los bonos gubernamentales a diez años de EEUU y de Reino Unido, los cuales sirven de punto de referencia, la semana pasada cayeron a una baja récord de 1.97% y 2.24%, respectivamente, mientras los rendimientos de los bonos alemanes se movieron hasta un 2.09%.

Estos movimientos fueron en parte un reflejo de la creciente demanda para los activos percibidos como “refugio seguro” entre los fuertes vaivenes de los mercados financieros, así como también las expectativas de que las tasas de interés quedarán más bajas por mucho más tiempo. Pero estos rendimientos miserables deben también reflejar la confianza de los inversionistas en que la inflación será contenida en la próxima década. ¿Qué tan lógica es esta suposición?

Dada la crisis crediticia y la fuerte disminución en la producción económica por la que el mundo desarrollado ha pasado, es comprensible que los bancos centrales puedan hablar sobre los déficits de producción y que las economías trabajen marcadamente por debajo de su capacidad potencial.

La implicación es que la inflación generada localmente permanecerá en niveles bajos hasta que este exceso de capacidad eventualmente sea absorbido por la creciente producción. Esto puede bien ser así, incluso si estos analistas no eluden el hecho de que una parte de la capacidad disponible en el pico del ciclo sólo existió debido al endeudamiento excesivo y barato, y que puede bien haber desaparecido para siempre.

Más importante es que a esta despreocupación sobre las perspectivas para la inflación le falta la dimensión internacional que se deriva de los crecientes precios de importación.

Los inversionistas no están solos al sentirse relajados sobre este factor, los banqueros centrales lo están también. En la carta de la semana pasada al gobierno de R.U. explicando el porqué la inflación del precio de consumo permanece en un 4.4%, Mervyn King, gobernador del Banco de Inglaterra, se refirió a la inflación siendo fomentada por “factores temporales”, tales como los “pasados incrementos en los precios energéticos a nivel mundial y a los precios de importación”.

La mayoría espera que él demuestre estar en lo correcto, y que los elevados precios energéticos y los de importación, enfrentados no sólo por R.U., sino por el mundo desarrollado más amplio, ahora desaparezcan, permitiendo que la inflación retroceda a niveles más acordes con la débil demanda local.

Pero, ¿pueden los inversionistas y legisladores darse el lujo de sentarse y relajarse en la certeza de que el curso de estos eventos se desarrollará?

Sorprendentemente, las recesiones del mundo desarrollado y la concomitante reducción en la demanda global han tendido a coincidir con la debilidad en los precios de las materias primas, que abarcan elementos vitales como la energía, metales y alimentos. En todas menos una de las nueve recesiones en EEUU desde 1957 los precios globales de las materias primas, según las mediciones por el índice CRB, han bajado, con el episodio de 2007-09 no es la excepción.

Además de proveer un impulso para la recuperación económica, estos decadentes precios de materia prima han ayudado a propulsar la generalizada inflación más en descenso, ambas durante las recesiones y su consecuencia inmediata, a medida que las economías se dividen a mayor capacidad.

Durante las siete recesiones de EEUU entre el 1957 y 1991, los precios de las materias primas en promedio bajaron por un 1.6% en el periodo de inicio de la recesión y los dos años después de que esta finalizó.

La cifra equivalente a las dos recesiones hasta el momento en este siglo, es un aumento de un 27.3%.

Mientras esto puede ser sólo una casualidad estadística, una explicación alternativa es que algo ha cambiado. No es difícil descubrir qué será ese algo. Los mercados emergentes el año pasado ascendieron por más de la mitad del producto interno bruto global, medido sobre la base de la paridad del poder de compra, y un 38% del PIB basado en las tasas de cambio del mercado, dos veces su cuota del 1990. Y estos mercados emergentes han llevado grandemente a través de la depresión occidental, significando que la demanda global ha quedado fuerte y los precios de las materias primas han quedado en niveles elevados.

Uno espera que los inversionistas que actualmente compran la deuda de EEUU, R.U. y la alemana en rendimientos tan lastimosos completamente aprecian que esta situación no sea un hecho aislado, sino la nueva norma. A menos que cada economista, analista y comentarista esté equivocado, los mercados emergentes continuarán representando una proporción aún mayor de la producción global para el futuro previsible.

Antes que gozar de un impulso de los decadentes precios de las materias primas y las bajas tasas de inflación, esto puede volverse la norma para las naciones desarrolladas devastadas por la recesión para enfrentar el impulso de las materias primas y la inflación persistentemente alta.

La posibilidad de este escenario se ve reforzada por una población global cada vez más alta, que ha aumentado desde 1.65 millardos en el 1900 hasta un mínimo por debajo de 7 millardos hoy.

La población está actualmente creciendo a 83 millones al año, o aproximadamente tres personas por segundo, y es posible que continúe creciendo rápidamente, de forma particular en un mundo donde aparentemente ningún político posee la visión y el coraje para delinear una conexión entre las crecientes poblaciones y el calentamiento global, la vorágine de la demanda alimentaria, destrucción del hábitat y la pérdida de biodiversidad.

Es cierto que los precios de las materias primas cayeron ampliamente en el siglo XX, incluso cuando la población global aumentó. Pero nueva vez, las cosas pueden haber cambiado. A lo largo de la historia humana, la mayor parte de la población del mundo han sido intrascendentes usuarios de  materias primas.

Materias primas

1.  Antes que gozar de un impulso de los decadentes precios de las materias primas y las bajas tasas de inflación, esto puede volverse la norma para las naciones desarrolladas devastadas por la recesión para enfrentar el impulso de las materias primas y la inflación persistentemente alta.

2 .La posibilidad de este escenario se ve reforzada por una población global cada vez más alta, que ha aumentado desde 1.65 millardos en el 1900 hasta un mínimo por debajo de 7 millardos hoy.

Problemas por las guerras de patentes en Estados Unidos

Cuando Thomas Jefferson se desempeñó como jefe del primer Consejo de Patente de su país, EEUU e Inglaterra quedaron solos en conferir los derechos de propiedad sobre las ideas. “Otras naciones”, escribió el futuro presidente, “han pensado que estos monopolios producen más vergüenza que ventajas para la sociedad”.

Las guerras de patentes que atacan la industria tecnológica de EEUU deben tenerlo revolviéndose en su tumba.

En la última señal de que el sistema ha despegado, la semana pasada Google quedó de acuerdo en comprar Motorota Mobility por US$12.5 millardos, con la cartera de patentes del fabricante de teléfonos móviles como la principal atracción. Los crecientes costos de la compra de protección contra las demandas radicales a través de la industria del “smartphone”, junto a las extravagantes demandas de licencias de algunos titulares de patentes, el riesgo se vuelve un lastre para la innovación de las patentes que estaban destinadas a producirse.

Puede parecer alentador que el Congreso esté finalmente avanzando hacia la legislación a finales de este año para reformar el sistema de patentes de EEUU. Pero los anteproyectos actuales son muy tímidos, y esta rara oportunidad para tomar una acción no debe perderse.

En la actualidad, demasiadas patentes son emitidas por ideas que no pasan la prueba de ser genuinamente nuevas, prácticas y no obvias. Y, una vez que las patentes defectuosas hayan sido emitidas, son muy difíciles de cuestionar. Para mejorar la calidad, el proceso de emisión podría estar abierto a mayor escrutinio. Cualquiera con un interés válido podría ser capaz de cuestionar la aplicación antes de que esta reciba el visto bueno de los oficiales de patentes. También, como proponen los anteproyectos del Congreso, las cuotas pagadas por los solicitantes de patentes podrían ser usadas para financiar el sistema apropiadamente, no ser desviadas a la Tesorería de EEUU.

Ni siquiera es suficiente, ya que el Congreso propone dejar las patentes controversiales para nuevos procesos empresariales abiertos a una revisión indefinida. En primer lugar, es mucho mejor orientar evaluaciones más estrictas sobre la emisión de estas controversiales patentes.

Una vez emitidas, las cortes necesitan más fuerza para reconsiderar la calidad de todas las patentes, no ser forzadas a no tomar en cuenta de una vez, como en la actualidad, el experticio de los evaluadores con exceso de trabajo quienes las aprobaron.

VERSIÓN AL ESPAÑOL DE ROSANNA CAPELLA

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