FINANCIAL TIMES
La economía de EEUU está en el mismo barco que la de Europa

<STRONG>FINANCIAL TIMES<BR></STRONG>La economía de EEUU está en el mismo barco que la de Europa

EDWARD LUCE   
Otra primavera, otra lenta recuperación estadounidense. Por tercer año consecutivo, lo que muchos anticiparon que sería el retorno a un fuerte crecimiento está comenzando a parecer otro verano de hibernación.

Los números de nóminas emitidos el viernes pasado mostraron una disminución de 115,000 en el desempleo, apenas lo suficiente para ajustarse al crecimiento poblacional. Y la proporción de americanos que buscan empleo continúa avanzando en la dirección equivocada, lo cual debilita el número oficial del desempleo. Este cayó un punto decimal hasta 8.1% el mes pasado.

Si nadie se hubiera retirado del mercado laboral, la tasa oficial habría aumentado. Nada de esto debiera ser de gran sorpresa.

Hay muchos factores externos que culpar, la crisis en la eurozona, la persistencia de los relativamente altos precios del petróleo a nivel mundial y las expectativas de una depresión en China y La India. A una mayor extensión que antes, la economía de EEUU es afectada por lo que le sucede a la demanda en otros lugares. El poder de gasto local de Estados Unidos ha dejado de ser el primer motor de la economía global de hoy. Es poco probable que esa era vuelva.

Estas son fuerzas estructurales que han estado firmemente profundizándose. Con cada ciclo de negocios en los pasados 20 años, se ha tomado más tiempo que antes en retornar al crecimiento y restaurar totalmente el empleo. En cada caso el mercado compensa a un menor precio que en la expansión anterior. EEUU está cerca de entrar en su cuarto año de recuperación. El ingreso familiar medio es considerablemente más bajo de lo que estuvo en junio de 2009, cuando la recuperación comenzó.

Es posible que sea menor todavía en noviembre cuando Barack Obama enfrente la relección. La superficie política sin duda será fea. La subyacente realidad económica es más problemática todavía. Desde que los no ricos son más propensos que los ricos a gastar sus ganancias de los ingresos, la preocupación con la distribución de ingresos cada vez más sesgada va más allá de la justicia.

El hecho de que la mayoría de estadounidenses queden en recesión también perjudica la línea de fondo para EEUU en general. Si EEUU fuera Singapur, tal vez podría sustituir la falta de demanda local con un aumento de la exportación. Igualmente el crecimiento de la exportación no ofrece una cura milagrosa para los problemas de EEUU.

Si Washington estuviera menos comprometido de lo que está con la austeridad, una inversión pública más alta podría sustituirse por el anémico libro de bolsillo de la clase media. En un reciente documento fundamental, Brad DeLong y Lawrence Summers mostraron que EEUU podría reducir su deuda nacional tomando ventaja de las tasas de interés con plazo cero para invertir en la capacidad productiva, tales como la infraestructura y el reentrenamiento a gran escala de los trabajadores.

Sin un crecimiento por encima de la tendencia, la carga de deuda nacional de EEUU sólo crecerá. Ciertamente, el decepcionante crecimiento del primer trimestre de EEUU de un 2.2% habría sido un 0.6% más alto, pero sólo a causa del impacto de la contracción fiscal a nivel federal y estatal. DeLong y Summers pueden ser oportunos.

Pero ellos están nadando contra la corriente política. ¿Qué se podría decir sobre los espíritus animales? A la gente se le olvida que durante la Gran Depresión, Franklin Roosevelt y la mayoría de sus cerebros confiaron que había poca idea de lo que haría que la economía creciera. Siguiendo su reelección en 1936, FDR hundió la economía de EEUU nuevamente en la depresión con un presupuesto fuertemente contractivo. Sólo la Segunda Guerra Mundial desató el motor de EEUU otra vez.

Sin embargo, la larga década de gran sequía y migración fue también una de las más inventivas en la historia de EEUU. Si la necesidad es la madre de la invención, la Gran Depresión fue un buen ejemplo. Esta produjo a Xerox, el supermercado masivo, la rasuradora eléctrica, la galleta de chocolate chip y aún más.  La Gran Recesión de EEUU ha llegado con el iPad y Twitter, un récord bastante bueno. Sin embargo, la tasa de iniciativa empresarial ha bajado hasta un nivel histórico.

De acuerdo al Buró de Estadísticas Laborales, la creación de pequeñas empresas en EEUU está en un declive secular a largo plazo. En el 2010 este llegó a una baja histórica: sólo un 8% de todas las empresas de EEUU tenía menos de un año de edad, contra un 13% en la década de los 80. Otra vez, nada de esto podría llegar de sorpresa.

Hable a cualquier inversionista de capital de riesgo en Silicon Valley, y cualquier pequeña empresa fuera de Washington, y le dirán la misma cosa: el capital de riesgo es mucho más difícil de conseguir. Con excepción de los medios de comunicación sociales, que tienen muy bajos gastos, la mayoría de start-ups encuentran difícil conseguir el crédito de los bancos o de los inversionistas.  Entonces, ¿de dónde vendrá el crecimiento?

La respuesta es que este ya está aquí. Estamos a mitad de camino del nuevo ciclo normal. Benditamente EEUU no enfrenta la división de su moneda, o la desintegración política, que muchos temen para Europa. Pero en otros aspectos, su europeización está casi completa.

El desempleo seguirá estando estructuralmente alto. La movilidad laboral está decayendo.

Y la proporción de estadounidenses que trabajan en comparación con aquellos que no trabajan está en la mitad del promedio europeo.  Europa, por supuesto, es poco probable que consiga la enorme cantidad de energía de la cual EEUU está comenzando a beneficiarse, los frutos del gas de esquisto, el petróleo crudo no convencional y el futuro potencial del suministro del petróleo de arenas bituminosas de Canadá.

 Ni siquiera es posible que EEUU cierre el puente levadizo a nuevos recién llegados capacitados, aunque los mismos inmigrantes parezcan estar cruzando la fosa de vuelta a casa (En la actualidad, hay un millón menos de “ciudadanos indocumentados” en EEUU que cuando comenzó la recuperación).

Los detalles varían. Pero los mayores desafíos son comunes. Aunque usted viva en Düsseldorf o en Dubuque, las viejas suposiciones se están marchitando. En este respecto, como en otros, EEUU ya no es una excepción.

Las claves

1.  Recuperación

Otra lenta recuperación estadounidense. Por tercer año consecutivo, lo que muchos anticiparon que sería el retorno a un fuerte crecimiento está comenzando a parecer otro verano de hibernación.

2.  Empleo

 La proporción de americanos que buscan empleo continúa avanzando en la dirección equivocada, lo cual debilita el número oficial del desempleo. Este cayó un punto decimal hasta 8.1% en abril.

3.  Extensión 

 A una mayor extensión que antes, la economía de EEUU es afectada por lo que le sucede a la demanda en otros lugares.

Brasil se opone a la guía del FMI sobre flujos de capital

Joe Leahy

São Paulo                        

El Fondo Monetario Internacional está encerrado en un fiero debate sobre las guías para los controles sobre flujos financieros, incluyendo las medidas para limitar los egresos de capital, con la representativa oposición principal de Brasil a cualquier intento de imposición de  un enfoque prescriptivo. 

Brasil también quiere que el FMI estudie más de cerca lo que este ha llamado la “guerra de divisas”, el impacto del uso de los países ricos de flojas políticas monetarias sobre los mercados emergentes, cuyas tasas de intercambio se han apreciado rápidamente debido a los ingresos de fondos especulativos provenientes de las economías avanzadas.

“Parece haber un problema de  imparcialidad aquí”, dijo Paulo Nogueira Batista, director ejecutivo del FMI para Brasil y otros 8 países de Latinoamérica y del Caribe, quien dijo a Financial Times que hablaba en una capacidad personal.

El FMI, sin embargo, “ha reconocido la extensión total del daño que los libres movimientos de capital pueden causar y que todavía tiende a exagerar los beneficios de los flujos transfronterizos”. Brasil está preocupado por el efecto de la política de alivio monetario, primero en EEUU y luego en Europa, para mantener a flote a sus economías.

Estas políticas, que Brasil dice que no han sido acompañadas por los correspondientes programas de estímulo fiscal para absorber el exceso de liquidez, han guiado a lo que la presidenta Dilma Rousseff ha llamado un “tsunami” de dinero caliente en las economías emergentes.

En el 2010 y el 2011, los ingresos internacionales inflaron el valor del real, la moneda de Brasil, en más de un 40% en comparación con dos años antes. Brasil está preocupado de que, aunque se haya suavizado recientemente, el real siga siendo relativamente fuerte y esté arruinando la competitividad de un grupo de sus industrias, desde fabricantes de zapatos y compañías textiles hasta industrias pesadas, tales como la de piezas automotrices y de producción de acero.  El FMI ha estado llegando gradualmente a la aceptación de que los controles de capital pueden ayudar a los países protegidos de ser afectados por los flujos de dinero en el corto plazo. Pero mientras este crea que los controles de capital pueden ayudar a los países a manejar la desestabilización de flujos de “dinero caliente”, este ha encontrado en el pasado que hay poca evidencia de que ello previene la apreciación no deseada de la moneda. “Como ha puesto en claro la crisis global, manejar los riesgos de la estabilidad financiera asociados con los flujos de capital requiere de políticas más fuertes y de cooperación entre los países”, dijo el FMI en su último documento sobre el tema, “Liberando los Flujos de Capital y Manejando los Egresos”.

VERSIÓN AL ESPAÑOL DE ROSANNA CAPELLA

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