FINANCIAL TIMES
La inflación relega a un segundo plano la guerra de divisas

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Stefan Wagstyl
Londres

Uno a uno, los  países del mundo emergente están aflojando las cadenas con las cuales trataron de prevenir que sus monedas se apreciaran.

No es que a ellos les importe menos la competitividad de la exportación en relación a lo que ellos tuvieron hace unas pocas semanas atrás. Es que a ellos ahora les importa más, pero mucho más, el tema de la inflación. Y con los crecientes precios de las materias primas, especialmente de los alimentos y del petróleo, avivando la inflación, los oficiales están decidiendo que permitir que una moneda se valore es una buena forma de aliviar la presión.

Este modesto cambio ocurrido el mes pasado merece ser reconocido por la cumbre de líderes de los países del Bric, Brasil, Rusia,  India y China, y ahora Sudáfrica, que se reunirán en China esta misma semana.

El último en moverse es Chile, que el martes aumentó las tasas de interés por 0.5 puntos porcentuales por el segundo mes en curso, y señaló que podrían llegar aún más alto, por encima del actual 4.25%, en los próximos meses. Desde el movimiento que había sido esperado, el peso chileno subió sólo marginalmente el miércoles contra el dólar de Estados Unidos, pero en 472.80 este ahora queda un 3 por ciento más alto que hace un mes y un 5.5% más alto que en enero.

A principios de esta semana, las autoridades surcoreanas confirmaron que también estaban apostando sobre la apreciación de la moneda para frenar la creciente inflación (4.7% en marzo). El banco central dejó las tasas de interés sin cambiar, pero lo hizo solamente después que el Gobierno facilitó los esfuerzos anteriores para limitar el aumento del won. La moneda surcoreana está ahora en 1,085 respecto el dólar americano, un 4.5 por ciento más alto en un mes.

La semana pasada, la mayor sorpresa de todos fue que Brasil retrocedió en su agotadora lucha por limitar la apreciación del real. Las autoridades no hicieron nada para prevenir que los comerciantes empujaran la divisa a través del punto sicológicamente importante de R$1.60 en relación al nivel del dólar, y el real ahora queda en R$1.58, cerca de un 6.5% más alto que a mediados de marzo.

Mientras tanto, incluso las autoridades chinas, los rezagados sobre la apreciación de la moneda a los ojos de E.U., han permitido que el renminbi suba por aproximadamente un 1% desde enero y un 4.5% desde que el cambio de moneda fue elevado el verano pasado.

Como dijo Terence Lim, director de gestión de Manejo de Activos de Goldman Sachs en Corea: “Todo el mundo en los mercados emergentes parece estar bajo presiones similares.  Estamos atravesando un ajuste global”.

Esta no es una revolución política, sino que es un cambio significativo. Sólo unos meses atrás las economías emergentes, lideradas por Brasil, estuvieron fuertemente acusando a E.U. de deprimir artificialmente el dólar a través de políticas monetarias laxas (alivio cuantitativo) y poniendo injusta presión en alza sobre las divisas del mercado emergente.

Ahora, sin embargo, las conversaciones sobre la “guerra de divisas” se han desvanecido, ya que, en cambio, los legisladores se enfocan en la más urgente guerra que es contra la inflación.

Incluso en Turquía, país que inesperadamente redujo las tasas de interés en enero para desalentar el flujo de capital a causa del aumento de monedas, el próximo movimiento podría ser un incremento, aunque casi ciertamente este no vendrá antes de la elección parlamentaria de junio.

Por supuesto que, por su propia cuenta, la apreciación de la divisa de cerca de un 5% en estas economías emergentes no puede lidiar con la inflación del precio de la materia prima, especialmente cuando los precios del petróleo sólo están por encima de un 20% desde el 2010.

Además, como el Fondo Monetario Internacional advirtió esta semana, en las economías emergentes clave los aumentos de los precios de las materias primas no son el único conductor de la inflación, ellos vienen en los aumentos de propiedades locales fomentadas por el crédito que presentan serias amenazas inflacionarias. El Fondo dijo: “El problema es que ellos, los principales mercados emergentes que incluyen a China,  India y Brasil, están experimentando el tipo de auge crediticio que inevitablemente termina con un aumento. La evidencia no se está asegurando en este sentido”.

Pero la apreciación de moneda sirve de ayuda, particularmente en aquellos países donde las políticas de larga duración sobre la promoción de exportación han mantenido las monedas artificialmente bajas, notablemente en China y Corea.

Sin duda, la próxima depresión económica, cuando sea que llegue, provocará una renovada presión sobre los legisladores para aumentar el crecimiento conducido por la exportación y restringir la apreciación de las monedas. Nada fundamental ha cambiado. Y, en contraste, hasta antes de la crisis de 2008-09, algunos legisladores pueden ser más rápidos para usar armas poco ortodoxas, notablemente los controles de capital para proteger las divisas de los excesivos flujos de capital.

El consenso liberal guiado por occidente es que enseña que la liberalización fue un proceso de una sola vía y que ya no es fuerte como era.

Pero en el largo plazo, la apreciación de la divisa es bienvenida. Conjuntamente con el crecimiento económico esta ayuda a que la gente de las economías emergentes cierre la brecha de ingresos con el mundo desarrollado y contribuya al reequilibrio global.

La cifra

1,085 Se encuentra  ahora la  moneda surcoreana respecto el dólar americano, un 4.5% más alto en un mes.

R$1.58 Se encuentra  el real brasileño 6.5% más alto que a mediados de marzo.

Se pronostica que el oro alcanzará precio US$1,600 la onza

Javier Blas 
Londres.
  La recuperación en los precios del oro tiene espacio adicional para moverse, dicen una de las principales empresas consultoras de metales preciosos, que predice que oleadas de inversionistas comprando llevarán los precios del oro a los US$1,600 la onza para finales de año.

GFMS, la consultora radicada en Londres, que compila las estadísticas que sirven como referencia para el oro, dijo el pasado miércoles en su “encuesta bianual sobre el oro que era prematuro decir que el mercado se estaba aproximando a un punto de inflexión. “En términos de fundamentos del oro, hay una fuerte base para argumentar que el vaso está, al menos, ‘medio lleno’”, según los comentarios.

Los inversionistas se han puesto nerviosos de que los precios se están acercando a un pico, provocando cierta venta. Pero las crecientes preocupaciones sobre la inflación, ya que los precios del petróleo y de otras materias primas aumentan, así como la crisis de deuda de la eurozona y la intranquilidad en el Medio Oriente, han ayudado a socavar los aumentos adicionales en los precios.

Los precios del oro llegaron a un alza nominal histórica de US$1,476.21 la onza el pasado lunes, por encima de un 28.4% el año pasado. No obstante, en términos reales, ajustado por la inflación, el oro permanece muy por debajo del pico fijado en el 1980 de más de US$2,300 la onza.

Philip Klapwijk, presidente de GFMS, dijo que las proyecciones para el oro quedan brillantes y pronostican un precio promedio para el 2011 de US$1,455 la onza. “Los inversionistas continúan estando preocupados sobre la perspectiva para la inflación, con gobiernos en general mostrando poco apetito para una política monetaria significativamente estricta”, él dijo.

Philip Klapwijk dijo que los crecientes problemas de deuda en E.U. y un punto muerto para reducir el presupuesto, podrían beneficiar el oro más adelante en el año y en el 2012. Al igual que la demanda de inversión, GFMS dijo que el consumo podría mantenerse mientras las compras del sector oficial continúen y se vuelvan más sustanciales, con sólidos aumentos en los efectos electrónicos contra una ligera disminución en la demanda de joyas. 

Zoom

Compra de oro

El sector oficial, un grupo que incluye a los bancos centrales y a los fondos de riqueza soberana, compraron 73 toneladas de oro sobre una base neta, un cambio notable de dirección para un mercado que ha sido usado para absorber los volúmenes sustanciales de oro vendidos por los bancos centrales en las últimas dos décadas”, dijo la consultora. GFMS estima que los bancos centrales no han sido compradores netos de oro desde el 1988.

Ventas del sector oficial

GFMS  que además que las ventas del sector oficial ascendieron a un 16% del suministro global por año desde el 1989 hasta el 2009.

VERSIÓN AL ESPAÑOL DE ROSANNA CAPELLA

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