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Los biocombustibles pudieran igualar la producción petrolera

FINANCIAL TIMES<BR>Los biocombustibles pudieran igualar la producción petrolera

Por Ricardo Hausmann*
Una mirada al futuro pocas veces nos ofrece una imagen clara. Pero este no es el caso con la bio-energía. Sus impactos a largo plazo en la economía global parecen ser muy claros, lo que hace muchos de estos pronósticos a largo plazo muy atractivos, incluyendo la desaparición del poder de fijar los precios de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y el fin del proteccionismo agrícola.

Primero, la tecnología se encamina a darnos un biocombustible que sea competitivo con la energía fósil, cerca de los precios actuales. Probablemente, ya lo haya hecho. Brasil ha estado exportando etanol hacia Estados Unidos con un precio de entrega promedio de US$1.45 por una cantidad de energía equivalente a un galón de gasolina. Lo está haciendo de manera rentable y en cantidades crecientes, a pesar de la tarifa de US$0.54 por galón que protege a los productores estadounidenses de etanol a partir del maíz. Hay muchos países que están siguiendo estos pasos. 

Pero el etanol es un compuesto químico “inconveniente”, que es a la vez corrosivo y soluble en el agua, por lo que limita su mercado inmediato al de un aditivo a la gasolina. Sin embargo, esta es solo la fase “Betamax” de la industria. Hay mucho dinero de capital de riesgo entrando en el juego para encontrar formas más eficaces de extraer energía de la biomasa y pasarlo a los sistemas de transporte y energía. Con el tiempo, esa tecnología también será más flexible, permitiendo que se utilicen más cultivos como base, no solo la opción actual de la caña de azúcar, el maíz y el aceite de palma. Las tecnologías nuevas también podrán extraer energía de la celulosa, permitiendo el uso de pasturas, como el Panicum virgatum L. “switchgrass”, pasto varilla o pasto aguja, además de los desechos de la actual producción de alimentos. El cheque está en el correo.

Segundo: el mundo está lleno de tierra sub-utilizada que puede usarse para producir la biomasa que requiera la nueva tecnología. De acuerdo con la Organización de Alimentos y Agricultura (FAO) de la ONU, el mundo tiene poco menos de 1,4 millardos de hectáreas bajo cultivos. Pero utilizando la base de datos del Geographic Information System, Rodrigo Wagner y yo hemos estimado que hay unos 95 países que tienen más de 700 millones de hectáreas de tierras de buena calidad que se están cultivando. Dependiendo de las suposiciones sobre la productividad por hectárea, la producción de petróleo hoy representa el equivalente de unos 500 millones para 1 millardo de toneladas de biocombustibles. Por eso, la producción potencial de biocombustibles está en el mismo campo de juego de la producción petrolera de hoy día.

Tercero: aún si se utiliza solo parcialmente, este gran potencial de suministro de biocombustibles pondrá un tope al precio del petróleo, porque su suministro es mucho más elástico que el suministro de petróleo. Esto determinará que el precio del petróleo se fije al costo marginal de la bio-energía, independientemente de las decisiones sobre la producción que tome la OPEP. Si la OPEP trata de elevar los precios por encima de los cuales los biocombustibles se hacen altamente rentables, solo provocará atraer más “biofuels”. Los productores de petróleo seguirán siendo ricos, pero no tendrán incentivos para formar un cartel.

Cuarto: el precio de la tierra para la agricultura estará influido por su uso potencial para la bio-energía. En la medida que loa agricultores eligen qué cultivo le viene mejor, cambiarán lo que producen y con ello el sistema completo de precios relativos de productos agrícolas.

Esto implicará un incremento muy grande en la demanda de tierra cultivable. Su precio y el de los productos que emplean intensivamente -como alimentos y algodón- subirán. ¿Cuánto? Esto va a depender no solo del costo de la bio-energía, sino también de cuánta tierra adicional se ponga en uso y el grado al cual los cultivos para alimentos serán complementos o sustitutos de la bio-energía: serían sustitutos si cambiara la siembra de frijol de soya por yerbas para pastos; serían complementos si los biocombustibles se hicieran de los tallos de trigo. Apuesto que la tendencia será tener más sustitutos que complementos, y por tanto, el precio de los alimentos subirá.

Quinto: el incremento en el precio de la tierra cultivable y los alimentos aliviará a los gobiernos de la actual presión política por proteger el sector de la agricultura. Gobiernos que, como consecuencia del exceso de tierras han estado protegiendo y subsidiando a los agricultores, verán cómo estos se enriquecen porque están “sembrando” biocombustibles por sí mismos, o porque otros productores se incorporan a la tendencia, bajando el suministro e incrementando el precio de otros cultivos.

En contraste, los consumidores estarán menos entusiasmados y seguramente exigirán que se haga algo con el precio de los alimentos.

La solución evidente  será reducir el proteccionismo y liberalizar el comercio en la agricultura.

Sexto: los países que tienen las mayores asignaciones por sus tierras sub-utilizadas están en el mundo en desarrollo, en particular, en África y América Latina. Dedicar más tierras a la producción requerirá un tipo de infraestructura que –en contraposición con la variedad que exigen las industrias extractivas-, suele atraer otras formas de inversión, bajando los costos por transportación en grandes regiones del país.

La bio-energía hará esas inversiones en infraestructura socialmente rentables, creando un posible escalón hacia otras industrias.

Serán necesarias algunas acciones políticas en los países industrializados para hacer posible este mundo. La política de los biocombustibles necesita dejar de ser vista a través del prisma de una política de apoyo a la agricultura -que justifica la tarifa de 54 centavos por galón al etanol brasileño impuesta por EEUU- y convertirse, al contrario, en el ámbito de las políticas de la energía y el medio ambiente..

Habrá que desarrollar normas para permitir que las industrias de la energía y el automóvil coordinen sus tecnologías. Para hacer esta atractivo este panorama, habrá que enfrentar el impacto de la expansión de la frontera agrícola en el medio y la biodiversidad, y los efectos distributivos del aumento en los precios de los alimentos.

No obstante, estos problemas parecen solubles, dados los beneficios políticos que se esperan en cuanto a emisiones más bajas de dióxido de carbono, mayor seguridad energética, políticas agrícolas más eficientes y mayores oportunidades para el desarrollo sostenible.

 *El autor es el director del Centro para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard.

Los superlativos  en el mercado

Por John Authers
El mercado está sufriendo por causa de una serie de superlativos. El petróleo crudo está en una altura histórica. También lo está el euro frente al dólar estadounidense. Y el oro está cerca de un récord que marcó un día de negocios hace 27 años.

Todo esto refleja las condiciones extremas presentes en los mercados. ¿Cuándo afectarán el mundo real?

La debilidad del dólar inspira temor, El euro se ha apreciado 76% frente a la moneda estadounidense en los últimos siete años y 16% el último año. Solo desde el recorte de emergencia de la Reserva Federal de EEUU en la tasa de descuento a mediados de agosto ha ganado 8.4%.

Estos cambios tectónicos reflejan una pérdida crítica de confianza en la economía de EEUU. Pero ellos cambian el balance competitivo entre la eurozona y EEUU hasta tal punto que tendrán que tener algún efecto en determinado momento.

Un argumento optimista en EEUU es quye el dólar débil ha revivido las exportaciones. En el tercer trimestre, el mercdo nto hizo su mayor contribución al producto interno bruto desde 1980. Con las exportaciones incrementando su participación en el comercio global, una causa básica clave de la debilidad del dólar –el déficit de la cuenta corriente- empezará a decrecer.

Esto deberá ayudar a que EEUU  evite un vuelco económico negativo, y a largo plazo, a apoyar el dólar.

Pero con el debilitamiento de la competitividad europea, se puede esperar que el euro fuerte afecte el crecimiento de la eurozona. Esto también parece estar ocurriendo. Los pedidos a la manufactura alemana cayeron en septiembre, gracias a pedidos más bajos de productos capitales. Esto parece ser atribuible a una demanda más baja de exportaciones.

Si esto indica que el Banco Central Europeo, que se reunía ayer, no pudo elevar las tasas, entonces la presión inflacionaria en la zona del euro demuestra que no las puede recortar. Esto ayudará a mantener un euro fuerte. Por eso, aunque el dólar vacilante esté empezando a producir efectos económicos que al final le permitirán fortalecerse, su debilidad probablemente no haya concluido. Pero la era de los superlativos pordría estar llegando a su fin.

Actuar ahora y  evitar la contracción comentario editorial

El aumento incesante en los precios internacionales del petróleo, hasta alturas nominales ayer, ha acercado la perspectiva de una crisis energética.

El último informe de la Agencia Internacional de Energía suena la alarma, y alerta que sin pasos inmediatos para reducir el uso de la energía y una inversión enorme por los productores de petróleo, una contracción en el suministro es una posibilidad real.

Los principales contribuyentes a un alza creciente en la demanda durante las próximas dos décadas, dice la AIE, serán China y la India, los próximos motores de la economía global.

El informe anual contiene algunas proyecciones que hacen saltar los ojos. China superará a Estados Unidos para convertirse en el principal consumidor de energía poco después de 2010. Las ventas de nuevos vehículos superará las de EEUU en 2015, casi cuadruplicando la demanda china de combustible para el transporte en 2030. Para entonces, más de 1,300 GW de nueva capacidad de generación de electricidad será necesaria para alimentar su economía, más que todas las plantas solo en América del Norte.

Dejando a un lado las bajas reserves y el dólar débil, hay fuertes fuerzas fundamentales que calzan el petróleo a US$98 el barril. Pero la variable principal, con mucho, es China. El pronóstico del crecimiento de la demanda anual en ese país de 3.2%, contra el crecimiento global de 1.8%, no es irracional.

La imagen de un Nuevo orden energético apunta a una dependencia creciente del cartel de productores de petróleo de la OPEP. Se calcula que sus miembros deben alimentar más de la mitad de la demanda mundial, mientras la producción decae en otros lugares. 

También hay un jaque de la realidad para los defensores de los biocombustibles y la energía renovable. Los combustibles fósiles -y cada vez más el carbón- van a dominar. Esto le plantea interrogantes difíciles para los gobiernos occidentales y las compañías de energía.

Algunas conclusiones son inevitables. Es necesario reducir el uso de la energía. La inversión en energía nuclear, aunque controvertida, es esencial. Para detener las emisiones de gas de invernadero, es vital, igualmente, un precio transparente para el carbono.

Nuevos descubrimientos pudieran ayudar a mitigar cualquier contracción del suministro. A los precios actuales, la economía de los campos marginales son atractivos para grandes empresas como ExxonMobil, que ha estado encabezando nuevas técnicas de extracción.

Sin embargo, existe un límite para la cantidad de petróleo y gas accesible. Gran parte del suministro futuro vendrá de las musculosas compañías nacionales estimuladas por el “boom” de las materias primas.

Para algunos gigantes de la industria, el modelo integrado verticalmente -exploración, producción, refinación y mercadeo- pudiera resultar redundante. Es probable que su futuro sea como suplidores de servicios a los productores propiedad de Estados.

Occidente puede darle forma a lo que ocurra mediante las decisiones políticas que tome ahora mismo. El tiempo es corto.

Alertan sobre aumento de la inflación global
Por Javier Blas y Peter Garnham
En Londres

El petróleo crudo saltó hasta muy cerca de los US$100 el barril ayer, mientras el dólar caía a nuevas bajas históricas, despertando el temor de un resurgir de la inflación.

En respuesta al alza en el precio, Frederic Mishkin, gobernador de la Reserva Federal de EEUU, advirtió que los bancos centrales tienen que “asegurarse de que no se derrame como impactos inflacionarios a largo plazo”, pero dijo que las autoridades no deben exagerar en sus reacciones a cifras de corto plazo.

Simon Derrick, analista de Bank of New York Mellon, dijo: “Las preocupaciones sobre un aumento de la inflación global entre los inversionistas y en particular en EEUU están aumentando”.

Estas inquietudes vienen cuando se reúnen hoy los banqueros centrales de Europa y el Reino Unido, para valorar una política con la tasa de interés en medio de economías que se desaceleran, golpeadas por una segunda ola de problemas con el crédito.

Los temores inflacionarios se agravaron ayer por las advertencias de dos órganos globales importantes, la AIE y la FAO sobre el futuro de los precios del crudo y los alimentos.

La Agencia Internacional de Energía, el regulador de energía de los países occidentales, dijo que no se puede descartar, según las tendencias actuales, una contracción del suministro de crudo antes de 2015 “que implique una escalada abrupta en los precios del petróleo”.

Fatih Birol, jefe económico de la AIE, advirtió: “Las ruedas de nuestro sistema energético pudieran saltar”.

  Los precios del crudo detuvuieron su ascenso uando datos nuevos indicaron que los inventarios de EEUU bajaron menos de lo esperado.

Al mismo tiempo, la FAO dijo que los precios globales de los alimentos probablemente se mantendrán elevados en 2008, después de alturas récord este año.

La FAO Dijo que los precios de los productos básicos agrícolas de la cadena alimentaria harían subir los precios minoristas, generando “una preocupación extendida y común sobre la inflación en el precio de los alimentos.

Ali Arlsan Gurkan, jefe de mercados de materias primas en la FAO en Roma dijo: “El panorama para los países que importan alimentos y petróleo es lúgubre”

VERSIÓN AL ESPAÑOL DE IVÁN PÉREZ CARRIÓN

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