FINANCIAL TIMES
Los riesgos y  regulación inhiben entrada nuevos actores mercado

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PATRICK JENKINS
En todo el furor sobre los bonos de los bancos y los altos ingresos bancarios en los meses recientes, una gran pregunta parece haber sido olvidada: ¿Por qué es que los bancos hacen tanto dinero?, en primer lugar ¿Por qué Goldman Sachs se anota un retorno sobre las acciones de   22%, cuando un BP hace   17%, o Pfizer llega a   12%?, especialmente cuando muchos de los bancos ahora en auge son al menos en parte responsables de la crisis financiera ¿Hay un cartel de banca de inversión, como por ejemplo la Oficina de Comercio Justo de Reino Unido, que estuvo implicada la semana pasada?

Los titanes de Wall Street y la City de Londres han parecido por mucho tiempo inexpugnables, eso es seguro. La necesidad de vastas sumas de capital, un nombre suficientemente fuerte para atraer personal y una serie de productos y servicios suficientemente irresistible para atraer a los clientes, han demostrado ser un obstáculo muy grande para todos menos para un grupo de desafiantes.

Si Barclays Capital y el Deutsche Bank han sido ganadores, su número es apocado por los perdedores. Una categoría que todavía trata de extenderse desde Francia (Crédit Agricole, Natixis) hasta Japón (Nomura, Mizuho).

“Las barreras para entrar han sido siempre muy altas”, dice Rob Shafir, quien dirige Credit Suisse en América. “Toma años crear la tecnología, el capital humano, y hacer la inversión de clientes”.

Pero, mientras los reguladores y políticos se han expandido cada vez más intranquilos con el tamaño y la escala de los bancos establecidos, urgidos de que los balances generales sean reducidos y los bancos universales sean arruinados, seguramente ahora es el momento perfecto para que los nuevos entrantes triunfen.

Ciertamente hay espacio para más participantes, según los banqueros admiten. “En los viejos tiempos, antes de la crisis financiera, había 14 o 15 firmas”, dice Colm Kelleher, co-jefe de operaciones de banca de inversión en Morgan Stanley.

“Ahora hay siete u ocho. Así que, perversamente han terminado con menos competencia”. El jefe de banca de inversión de un banco europeo está de acuerdo. “Nuestra industria está muy consolidada, es espantoso”, él confiesa, antes de agregar alegremente: “Los márgenes de ingresos en este negocio son fantásticos”.

Suficientemente seguro, el año pasado fue un amortiguador para las ganancias de los bancos de inversión que todavía no eran acaparados por la crisis financiera.

Una combinación de bajas tasas de interés, los desaparecidos gigantes (Lehman y Bear Stearns) y otros debilitados por los problemas de los activos tóxicos (Citigroup, UBS, Royal Bank of Scotland) dejaron a sus iguales de JPMorgan, Goldman Sachs y BarCap sacar provecho exponencialmente de los inflados márgenes y de la creciente demanda de inversionistas que estaban hambrientos de retornos.

Todavía, de acuerdo al consenso de las opiniones de los abogados, los banqueros y reguladores, sin importar cuán atractivo o lógico esto pueda ser, ven una competencia más incómoda, y la quiebra de lo que muchos ven como un oligopolio global, las curiosidades de ese suceso irónicamente se ampliaron.

Es una de las consecuencias imprevistas del mundo post crisis que mientras los reguladores buscan hacer el sector financiero más seguro, ellos están también aislándolo de una fresca competencia.

“Queríamos tener competidores más inteligentes”, dice un jefe de Wall Street. “Pero cada vez que ellos aumentan las regulaciones, esto se vuelve más difícil”.

Actualmente, las autoridades regulativas alrededor del mundo han dicho a los bancos que ellos necesitan aumentar sus sostenimientos de fondos líquidos, y los arquitectos internacionales de la supervisión bancaria, el comité de Basilea, está trazando normativas más estrictas que rijan cuánto capital debe apuntalar actividades más riesgosas.

Si los analistas están en lo correcto, el impulso en la regulación tendrá un efecto sobre el retorno de las acciones de los bancos, reduciéndolo desde un rango de 15-25% hasta tal vez 5-15%. Pero esto hará noticia de último minuto en la industria más demandante.

“Las barreras estructurales son ciertamente más altas de lo que eran”, dice David Weaver, presidente de Jefferies Internacional. “Pero no es sólo el capital regulativo que ha tenido más demanda. Si se es una institución crediticia, en estos mercados, se tiene que aumentar y proveer capital sobre su balance general, el mercado de la sindicación justamente no está ahí”.

Eso significa que la vida se vuelve más difícil para los operadores más pequeños que no tienen el apetito para tomar enormes riesgos.

Aún sin una regulación más estricta, esto ha demostrado estar cerca de lo imposible el hacer sucumbir Wall Street sin una adquisición significativa. Nomura está tratando justamente eso, y por quinta vez. Habiendo comprado los activos europeos y asiáticos del difunto Lehman Brothers, este está ahora buscando crear una operación en E.U. para ajustarse, hasta el momento con éxito limitado.

Aún HSBC, el cual presume de uno de los nombres comerciales más poderosos internacionalmente, tiró la toalla en el 2006 y se retiró del agresivo plan de expansión de tres años de John Studzinski.

Los ejecutivos dicen que era imposible competir con rivales que tenían un mayor apetito de riesgo, particularmente cuando este venía a respaldar transacciones con préstamos del balance general, o perder el control de sus históricas relaciones con clientes.

Tan fuerte como es el desafío de Wall Street, no obstante, ha habido cambios asombrosos del mercado de acciones dentro de ese cliché. Aún los bancos que han prosperado, tales como Goldman Sachs, han perdido en ciertas áreas. Hace algunos años atrás Goldman Y Morgan Stanley controlaban dos tercios de la prima del mercado de corretaje, el negocio de suministro de finanzas y la custodia de fondos de cobertura.

En los pasados 18 meses, los iguales de Credit Suisse y Deutsche Bank han sustraído grandes sumas de dinero de esos negocios, mientras los fondos de cobertura concluyeron, después de la quiebra de Lehman Brothers y Bear Stearns, que ellos pueden tener relaciones con más de un solo banco.

También existe gran cantidad de evidencia de la fresca competencia en trabajos de asesoría respecto de fusiones y adquisiciones, donde virtualmente el único requerimiento para comenzar en el negocio es un libro de contactos y una reputación decente, de ahí la profusión de las boutiques de asesoría que surgen cada año.

Pero si una compañía usa tres o cuatro asesores sobre un negocio, sólo uno de ellos sería una boutique, principalmente porque la compañía está a menudo desesperada por la capacidad de préstamo que sólo los bancos prominentes pueden proveer.

“Afuera hay un mundo muy competitivo”, dice un jefe de Wall Street. “Pero hay sólo una finita porción del pastel yendo hacia las boutiques”.

La gran esperanza para esos bancos que no son prominentes es encontrar nichos rentables. HSBC, por ejemplo, se ha reducido para enfocarse en servir a sus principales clientes corporativos con una inclinación hacia los mercados emergentes.

“Si se quiere estar en todas partes, como Europa, Asia y E.U., es cierto que los obstáculos son muy altos”, agrega Sergio Ermotti, jefe de banca de inversión en Unicredit de Italia, “pero nuestro enfoque está en Europa y ahí tenemos grandes oportunidades”.

A fin de cuentas, dice Rodgin Cohen, presidente de la firma de abogados Sullivan & Cromwell, el mercado puede enfocarse en otros asuntos antes que concentrarse en la banca de inversión, especialmente si la estabilidad y la evasión de otra crisis son la primera preocupación.

Los reguladores pueden en cambio tomar en serio a los países que les fue bien en medio de la crisis, como Australia y Canadá. “¿Es siempre la concentración una mala cosa? Él pregunta. “Australia y Canadá tienen algunos de los sectores bancarios más concentrados del mundo”.

Las claves

1.  Requisitos

La necesidad de vastas sumas de capital, un nombre suficientemente fuerte para atraer personal y una serie de productos y servicios suficientemente irresistible para atraer a los clientes, han demostrado ser un obstáculo muy grande para todos menos para un grupo de desafiantes.

2.  Espacio a participación

Según los banqueros, ciertamente hay espacio para más participantes. “En los viejos tiempos, antes de la crisis financiera, había 14 o 15 firmas”, dice Colm Kelleher, co-jefe de   Morgan Stanley.

VERSIÓN AL ESPAÑOL DE  ROSANNA CAPELLA

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