FINANCIAL TIMES
Pequeños pasos en un largo viaje hacia la recuperación

<STRONG>FINANCIAL TIMES<BR></STRONG>Pequeños pasos en un largo viaje hacia la recuperación

CHRIS GILES
LONDRES.
El desafío es mantener el progreso hacia la recuperación mientras se retorna la política más cerca de la normalidad.

La semana pasada, Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Tesorería de Reino Unido, dispusieron planes para sus respectivas salidas a las extraordinariamente débiles políticas financieras y fiscales.

Los pasos sonaron bastante grandes, pero de hecho fueron bastante diminutos. El señor  Bernanke dijo al Congreso que, “en respuesta a las mejoras sustanciales en el funcionamiento de la mayoría de los mercados, la Reserva Federal estaba reduciendo las facilidades especiales de liquidez que ésta creó durante la crisis”. Pero al mismo tiempo él puso en claro que la política monetaria quedaría extremadamente débil.

El FMI hizo el llamado para la coordinación de la política y concebir estrategias de salida entre los países ricos, algo que este hace casi cada mes en casi cada asunto.

Y en R.U., el gobierno terminó con la garantía explícita en todas las responsabilidades de Northern Rock, el pequeño banco hipotecario quebrado.

No obstante, como Mervyn King, gobernador del Banco de Inglaterra, aclaró más adelante en la semana, la remoción de una garantía explícita no cambia mucho la situación. Todos los bancos en Gran Bretaña y el resto de las economías avanzadas del mundo todavía gozan de garantías implícitas en todas sus deudas.

“Se sabe que el gobierno no puede permitir su implementación”, dijo el señor  King al dirigirse a una conferencia sobre reforma bancaria, agregando que: “Necesitamos librarnos de la garantía implícita”.

Todos estos fueron ejemplos del desafío para el 2010: para poder mantener el progreso tentativo hacia la recuperación económica en las economías avanzadas mientras tratan de retornar la política más cerca de la normalidad de las condiciones precrisis.

El retorno a la normalidad no se considera sólo como un viaje extremadamente largo, pero es complicado por cinco problemas significativos pendientes.

Primero es la distancia desde la política hasta cualquier cosa que pueda ser llamado normalidad. Las tasas de interés en las grandes economías están cerca de cero, amenazando con otra burbuja en el precio de los activos, y los déficits fiscales son tan altos en los países del G7 como lo fueron en los años 50, pronto después del financiamiento de la segunda guerra mundial.

Tomará una generación de malestar antes de que la deuda sea reducida a los niveles precrisis.       

El sistema bancario queda afianzado por una protección de garantía del G7 y, aunque es implícita, ningún legislador se atrevería a dejar a ningún banco quebrar en el clima aún frágil del presente.

Los directores del FMI la semana pasada resaltaron la distancia de la normalidad en el momento en que ellos estuvieron de acuerdo en la siguiente declaración: “Los legisladores necesitan formular, y comenzar a implementar cuando sea viable, las estrategias para retirar estas medidas de apoyo sin precedentes”.

Segundo, es que aunque muchos indicadores financieros indican que la tensión en el sistema ha sido reducida significativamente, hay gran incertidumbre acerca de si la calma es durable y se pueda resistir la remoción de políticas de apoyo y  las garantías.

Esta incertidumbre no se disipará hasta que las medidas sean removidas sin efectos negativos, o si el crecimiento es tan rápido, que el riesgo sea mínimo.

Además, nadie sabe todavía. Hay que ponerse de acuerdo en lo siguiente: ¿cómo puede lucir la nueva normalidad? ¿Aceptarían los gobiernos el aumento en sus deudas y tratarían de estabilizarla en un nivel más alto, o trabajarían para que la próxima generación la lleve a los niveles precrisis?

¿Cómo pueden las tasas de interés ser aumentadas con otras medidas con el fin de prevenir que la política monetaria avive en el futuro las burbujas de precios de activos? Y ¿cuánto más constreñida puede volverse la regulación bancaria?

Cuarto, ¿pueden los países moverse hacia las salidas por sí solos, o deben ir por turno? El FMI concluyó la semana pasada que las economías emergentes y avanzadas deben divergir en su búsqueda por una salida ya que sus problemas son diferentes pero insistieron en que el retiro de las medidas de intervención financieras sean consistentes a través de los países con fuertes vínculos financieros”.

Finalmente, quinto, ¿cuál es la secuencia correcta para la estrategia de salida? Como Adam Posen, alto socio en el Instituto Peterson para la Economía Internacional y miembro del comité de política monetaria de Reino Unido, denotó para Financial Times que: “Los compromisos creíbles para la consolidación fiscal a mediano plazo pueden preceder el constreñimiento monetario para adelantarse a los desajustes de la política Volcker-Reagan, la cual elevó las tasas de interés”.

Todo eso fue acordado, pero el grado al cual la política fiscal debe ser constreñida cuando la política monetaria esté deteriorada, y cómo ésta pueda ser secuenciada con la remoción de garantías bancarias, queda lejos de estar claro.

Pero al menos el desafío ahora es buscar un retorno a la normalidad antes que luchar con nuevos fuegos, lo que los legisladores ya hecho por mucho tiempo en los últimos dos años.

Fabricantes vehículos deciden que  pequeños son más bonitos

 John reed

Una gran cantidad de vehículos compactos está en exhibición este año en Ginebra. Cuando la Geneva Motors abrió la exhibición a los periodistas, los autos pequeños y muy pequeños ocuparon una gran parte del espacio del piso de  exhibición.

La mayoría de los grandes grupos de fabricación de la industria están exhibiendo modelos compactos, que van desde una versión nueva del modelo 500 de Fiat desarrollado por su sub-marca Abarth para la Renault Wind, un convertible de dos asientos sobre los 3.8 metros de largo.

El gran cúmulo de vehículos pequeños que los manufactureros están desarrollando refleja, además de la creciente urbanización, las poblaciones envejecientes en países ricos, y la demanda de compradores primerizos en los mercados emergentes, así como también las restricciones de los reguladores en relación a la reducción de carbono alrededor del mundo.

Pero los fabricantes de autos, pequeños y muy pequeños “A”  y “B”, son también al menos vehículos rentables para su producción, haciendo que la tendencia se dirija a la reducción del tamaño, otro poco de noticias potencialmente malas para una industria que lucha por maniobrar fuera de la profunda crisis.

En la premier de los dos carros de Ginebra, el Audi y el Nissan, cada uno proveerá diferentes respuestas a las interrogantes de los carros pequeños.

El nuevo Audi A1, el auto más pequeño en su rango, pondrá de relieve un ajuste impresionante de las características de lujo y extras opcionales, impulsando el precio de las marcas de lujo. Estos incluirán un sistema de navegación con despliegue de alta resolución y elegante interior ofrecido en colores que incluyen el “verde rábano”, un tono inspirado por los rábanos japoneses.

El Audi A1 será valorado desde  16,000 euros (US$21,648) en su versión básica, pero la compañía dice que un modelo bien equipado irá por alrededor de 25,000 euros.

Mientras el Audi rompe nuevo terreno en relación al lujo de los carros pequeños, el nuevo Micra de Nissan ofrece una solución diferente al problema de carro pequeño: ésta venderá el carro en 160 países, pero reunirá ventajas de escala y costo para producirlo exclusivamente en cuatro plantas en países emergentes de rápido crecimiento: La India, Tailandia, China y México.

Tanto el A1, como el nuevo Micra, están lejos del plan original de lo barato, y que no posea excentricidades, mayormente de los carros pequeños hechos en Japón, algunas veces conocidos burlonamente como “econocajas”.

La BMW fue pionera en la idea de empacar el lujo en carros pequeños con precios que combinen con su marca Mini. Otros vehículos pequeños, incluyendo el Fiesta de la Ford Motors, el 500 del Fiat, y el i10 de la Hyundai, están ahora ofreciendo características estándares y opcionales que van desde la máquina más dotada técnicamente hasta pintura de encargo y asistencia de parqueo.

“Si se agregan gran cantidad de características, se puede cargar más al cliente”, dice Sarwant Singh, un socio en Frost & Sullivan, la consultora. “Esa es una forma de impulsar la prima que no se puede comandar con los carros pequeños”.

Singh y otros analistas de la industria estiman que los carros A, B y el carro mediano “C”, justificará más de la mitad del mercado global para el 2016. Aún en E.U., que tradicionalmente favorece los carros más grandes, el sector debe crecer desde menos de un quinto hasta cerca de un cuarto del mercado para ese entonces.

El anterior auto más pequeño de Audi, el estrafalario A2, cosechó buenas opiniones después de su debut en el 2000, y es ahora visto como un pionero por su diseño aerodinámico y bajo consumo.

No obstante, la construcción de ligero aluminio del carro lo hizo caro para la producción. Audi paró de venderlo en el 2005 después de ventas modestas de sólo 176,000 durante la vida del modelo. Volkswagen, propietaria de Audi, ha aprendido a unir esfuerzos de desarrollo y costos a lo largo de su cartera de ocho marcas de autos, volviéndolo un formidable competidor que se propone desplazar a Toyota.

Competencias

Los competidores de Audi BMW y Daimler están tratando de ver cómo fabricar sus modelos más pequeños de forma más competitiva. Ellos han mantenido largas conversaciones acerca de reunir los costos de producción y otras áreas que ayudarían a bajar los costos. El A1 será producido fuera de la misma plataforma que el VW Polo, el Seat Ibiza y el Skoda Fabia

VERSIÓN AL ESPAÑOL DE  ROSANNA CAPELLA

Publicaciones Relacionadas