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Prepárense: septiembre será el mes más cruel  economía global

FINANCIAL TIMES<BR>Prepárense: septiembre será el mes más cruel  economía global

ALAN BEATTIE
Bienvenidos. ¿Les fue bien de vacaciones?  Pues a la economía global no. Los legisladores que están retornando a sus oficinas en esta semana han encendido sus pantallas para ser recibidos por corrientes de malas noticias.

Los números del sector de empleos de EEUU del pasado viernes fueron simplemente terribles, y las pesimistas encuestas de directores de compra en EEUU, Europa y Asia, pronosticadores de la actividad futura que no son infalibles, pero que rara vez se equivocan completamente, indican que la velocidad del crecimiento estuvo en su punto más bajo desde los oscuros días del 2009.

Las señales de debilidad en los mercados emergentes están siendo particularmente preocupantes. Siempre ha existido la amenaza latente de que las potencias que perciben ingresos medios, como es el caso de China, estaban menos desacopladas de los países ricos que la bifurcada economía global de lo que podrían sugerir los últimos meses. Hasta ahora, incluso cuando el consumo parece débil en los países ricos, el crecimiento en los equivalentes de China ha sido mantenido en movimiento por la inversión, la cual es fomentada por el capital global barato y los préstamos locales subsidiados. Pero, a menos que, de manera improbable las economías en desarrollo puedan rápidamente combinarse con un modelo basado en el consumo, es posible que sean vulnerables a serias disminuciones en la demanda en EEUU y Europa.

Inútilmente, la discordia y la desilusión mostrada por los gobiernos en el mundo rico dan poca confianza de que ellos podrán evitar un resultado tal.

Justo antes de que los legisladores en Europa y EEUU se marcharan a sus vacaciones de verano, llegaron a suscribir acuerdos que ellos promocionan como determinadas salidas de colaboración fuera de los pantanos de deuda.

Esas demandas parecían improbables en el momento, y las indicaciones hasta ahora indican fuertemente que ambos han fracasado en conducir a sus economías a un terreno más firme.

En EEUU, el acuerdo sobre el aumento del límite de deuda federal al menos evitó la perspectiva verdaderamente alocada de uno de los países más solventes dejando de pagar sus bonos soberanos voluntariamente.

Pero, la perspectiva de que este marca una nueva madurez en la creación de la política fiscal de EEUU parece esperanzadora hasta el punto del autoengaño. Las difíciles decisiones sobre la reforma de su posición fiscal a largo plazo han sido llevadas a un súper comité, en la unanimidad de cuyas deliberaciones sería extremadamente optimista poner demasiada fe.

Más importante para el crecimiento en el corto plazo, es que los republicanos siguen obsesionados con la peculiar idea de que reducir el gasto del gobierno en una economía saturada con enorme debilidad en los mercados laborales y bajas tasas de interés a largo plazo ayudará al crecimiento. Eric Cantor, el líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, de forma desconcertante argumentó que era vital que el gasto de emergencia se aclarara después del huracán Irene, un coste único que representa tal vez un 0.2% del gasto federal anual este año, el cual sería compensado por los recortes en otros lugares.

Si la ridiculez del debate del límite de deuda amenazaba con ser una tragedia, los intentos de Barack Obama de lanzar una nueva campaña para la creación de empleos han caído en una farsa. Mucho peor que el rarísimo debate sobre qué día él puede ofrecer su discurso al Congreso la semana próxima son las tensiones políticas que circunscribirán el contenido del discurso.

Muchos republicanos han sonado escépticos respecto la idea de Obama de extender un recorte en los impuestos nominales, una idea que en cualquier caso es de un beneficio de estímulo dudoso. Las familias que evitan los riesgos es probable que tiendan a ahorrar, antes que gastar los recortes de impuestos, y parece improbable que una pequeña modificación en el costo efectivo de la contratación de empleados adicionales esté en vías de reactivar el mercado laboral mientras las compañías no estén seguras en relación a las futuras ventas e ingresos.

Los números del mercado laboral presentados el pasado jueves, con una baja en la contratación del sector público precisamente anulando el aumento de puestos de empleos del sector privado, perfectamente ilustraban el problema. Usted puede dar al sector privado de EEUU todo el espacio del mercado laboral que usted quiera; y aún así, no lo estaría llenando.

La única cosa que puede ayudar es un aumento a corto plazo en el gasto público, pero la ideología gobierno-fóbica ha descartado esa posibilidad. La semana próxima, la Casa Blanca bien podría ser reducida a crear la ilusión de acción agrupando algunos ajustes modestos hacia los incentivos de infraestructura junto con el compromiso de aprobar tres acuerdos de comercio bilateral que están pendientes, unos acuerdos que según sus propios estimados demuestran que son de menor importancia para la creación de empleos.

Mientras tanto, sus contrapartes europeas están mostrando exactamente el porqué los mercados financieros reaccionaron escépticamente a su supuesta intervención quirúrgica en julio dirigida a cauterizar el sangrado de la crisis de deuda soberana de la región. La eurozona prometió un rescate financiero para Grecia y dos semanas más tarde el Banco Central Europeo quedó de acuerdo en la compra de bonos italianos y españoles en retorno por más constreñimiento fiscal.

Pero, ambas partes de la negociación parecen inestables. Pocos habrían elegido a Silvio Berlusconi de Italia como el líder óptimo de cuya fiabilidad pende la credibilidad de la creación de leyes de la eurozona, incluso sin la zumbante nube de informaciones de buena fuente sobre los escándalos sexuales que lo acompañan. Esta semana su gobierno formó un programa de austeridad muy poco convincente. Débilmente, este huía de las medidas prácticas, pero que al mismo tiempo son medidas políticamente dolorosas, tales como un impuesto de riqueza y un incremento en el impuesto de valor agregado. También este permitió a los socios de la coalición suavizar los recortes propuestos en el gasto. En cambio, los planes de Berlusconi dependen fuertemente de una mejor recaudación fiscal, un caballo mágico bastante familiar que se trae tradicionalmente cuando las medidas fiscales más sustantivas han sido descartadas.

Grecia está en vías de verse aún peor. El viernes se publicaron las noticias de que las conversaciones para la última etapa del rescate oficial fueron suspendidas, entre los objetivos perdidos para los déficits presupuestarios.

Si los gobiernos y bancos centrales pensaban que las vacaciones de verano recargarían las baterías de la economía global, al igual que las suyas, estaban equivocados. El crecimiento se está tambaleando, y las autoridades en el mundo rico son divididas e ineficaces. Septiembre se pronostica que será uno de los meses más nerviosos de un año cada vez más perturbador.

Las claves

1.  Malas noticias

Los legisladores que están retornando a sus oficinas en esta semana han encendido sus pantallas para ser recibidos por corrientes de malas noticias.

2.  Desempleo EU

Los números del sector de empleos de Estados Unidos  del pasado viernes fueron simplemente terribles.

3.  Creación de empleos

 Los intentos del presidente Barack Obama de lanzar una nueva campaña para la creación de empleos han caído en una farsa.

4.  Gasto público

 La única cosa que puede ayudar es un aumento a corto plazo en el gasto público.

VERSIÓN AL ESPAÑOL DE ROSANNA CAPELLA

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