FINANCIAL TIMES
Primero hay que entender el  sistema financiero para entonces regularlo

<STRONG>FINANCIAL TIMES<BR></STRONG>Primero hay que entender el  sistema financiero para entonces regularlo

ALINE VAN DUYN
Realmente estamos a seis pasos de distancia de cada persona en el planeta?

La corta historia del autor húngaro Frigyes Karinthy de 1929, en la cual los personajes especulaban que ningún individuo puede ser conectado a través de, a lo sumo, cinco conocidos, ha cautivado la imaginación de todo el mundo desde ese entonces. Sigue siendo un tema poderoso la idea de que el mundo moderno se está “imponiendo” a medida que la tecnología y los viajes permiten conexiones más estrechas.

En las finanzas, no ha sido nada menos que una revolución en la interconexión, los efectos peligrosos que no se conocieron hasta la crisis financiera del 2008. En lugar de seis grados de separación, muchos de los inversionistas y bancos del mundo estaban a sólo uno o dos pasos de distancia de cada uno. De hecho, todavía lo están.

Aquí se muestra sólo un ejemplo de cómo es posible. Yo hablé con alguien la semana pasada que cubre préstamos corporativos hechos por un banco muy grande, incluyendo las líneas de crédito rotativas utilizadas por miles de compañías alrededor del mundo. Para proteger de tales riesgos, él usa derivados tales como permutas de riesgo crediticio, que en muchos casos son los únicos compradores de derivados vinculados a los riesgos de quiebra de pequeñas compañías y fondos de protección. Usted puede muy rápidamente conectar la mayoría de compañías e inversionistas alrededor del mundo, con instrumentos financieros derivados como el adhesivo, y a menudo en menos de seis pasos.

Aunque los reguladores están atentos a las conexiones, ellos no las comprenden del todo. Esto está creando fricciones ya que los reguladores tales como la Comisión de Comercio de Futuros de Materia Prima y la Comisión de Intercambio y Valores comenzaron a estipular formas detalladas en las cuales los derivados y las titulizaciones deben cambiar para crear más distancia entre las instituciones financieras más grandes del mundo.

Alan Greenspan, anterior presidente de la Reserva Federal, resaltó recientemente en Financial Times algunos de los problemas en una crítica mordaz de las reformas americanas. La crítica podría incluso envalentonar a los republicanos que buscan revocar el Acta Dodd-Frank presentada el año pasado.

 “El sistema financiero en el cual el Acta Dodd-Frank está siendo impuesta, es mucho más compleja de lo que los legisladores, e incluso la mayoría de reguladores, aparentemente contemplan”, escribió Greenspan.

 “Nosotros casi ciertamente terminamos con un número de inconsistencias regulativas cuyas consecuencias no pueden ser fácilmente anticipadas. Estos pronósticos de iceberg indican una mayor preocupación en relación al Acta, que no logran captar el grado de interconexión global de las últimas décadas que no fue sustancialmente alterado por la crisis del 2008”.

Sólo retroceder el tiempo no parece ser un camino viable. Estas preocupaciones crean aún más urgencia para que los reguladores insistan en que Wall Street gaste dinero en hacer más accesible toda la información que esta tiene.

John Liechty, un profesor de mercadeo y de estadísticas de la Universidad Estatal de Pensilvania, ayudó a crear la oficina de investigación Financiera, una nueva agencia creada por el Acta Dodd-Frank que está a cargo de identificar el riesgo sistémico en el sector financiero. Él primero tuvo la idea cuando se reunió con los reguladores en un taller organizado después de la crisis.

 “Realmente esto fue sorprendente para mí”, él expresó. “Los reguladores tenían una completa falta de información real sobre cómo los mercados funcionan, el tamaño de las posiciones y exposiciones entre las instituciones”.

Él cree que hay una “necesidad nacional” de reunir información y hacer una investigación para entender mejor los mercados, justo como se hizo para mejorar el modelo contra huracanes y el impacto de estos. Tomó décadas y fue un proyecto serio.

Greenspan cree que los mercados están irredimiblemente opacos. Liechty piensa que esto puede ser remediado, y que empujar a Wall Street a seguir la data y el hecho de usar etiquetas comunes para identificar las contrapartes haría una enorme diferencia.

Hacer de esto una prioridad para la industria financiera es difícil. Pero sin una mejor forma de conocer lo que sucede en los complejos e interconectados mercados, el único paso lógico sería dividir las grandes empresas en una mayor cantidad de piezas que estén a muchos pasos de cada una.

Las claves

1.  Revolución

La tecnología y facilidades de viajes en las finanzas no han  sido nada menos que una revolución en la interconexión, los efectos peligrosos que no se conocieron hasta la crisis financiera del 2008.

2.  Reguladores

 Aunque los reguladores están atentos a las conexiones, ellos no las comprenden del todo.

3.  Alan Greenspan 

Alan Greenspan cree que los mercados están irredimiblemente opacos.

G20 lucha por aliviar las tensiones de la reforma monetaria

Jamil Anderlini  y Chris Giles

Nanjing  y  Londres

 Quedaron altas las tensiones internacionales entre los países que representan las mayores monedas del mundo el pasado jueves después de un seminario concluyente de los jefes de gobierno del G20 y ministros financieros celebrado en China.

Los líderes mundiales, ministros financieros y académicos, se reunieron en un “seminario de alto nivel” en Nanjing para discutir la reforma del sistema monetario internacional, que es tema central para la presidencia del G20 de Francia en el 2011. Pero las divisiones han impedido una solución cooperativa para los desequilibrios comerciales globales que siguen siendo evidentes.

Tim Geithner, secretario de la Tesorería de Estados Unidos  identificó que el problema en el sistema monetario internacional era la asimetría entre las divisas que fluían libremente y el que los regímenes de tasas de cambio eran manejados estrictamente, además de los muy extensos controles de capital de algunos mercados emergentes, que son una clara referencia para China.

El agregó que esta asimetría en las políticas de tasa de intercambio crea demasiada tensión, así como también intensifica el riesgo de inflación en aquellas economías emergentes con tasas de cambio subvaluadas. Y que, finalmente, esto genera presiones proteccionistas.

Mientras el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, instó a los países del G20 a no “perder el impulso creado en medio de la crisis” y así poder prevenir crisis futuras, pero los anfitriones chinos no compartieron esto.

Wang Qishan, viceministro chino, enfatizó en la opinión de su nación de que la reforma monetaria global era un “largo y complejo proceso” que podría solamente ser explorado e implementado gradualmente. El incómodo enfrentamiento entre los principales participantes era una repetición de la reunión de febrero de los ministros financieros y gobernadores de bancos centrales del G20. Descrito privadamente por los participantes como una de las reuniones menos constructivas del G20 desde la crisis, los delegados encontraron difícil quedar de acuerdo en lo que respecta a la forma correcta de medir los desequilibrios del comercio global, previniendo que la agrupación discuta las políticas que puedan dirigir a su resolución.

En Nanjing, Sarkozy promovió una discusión sobre los derechos especiales de giro (SDR, por sus siglas en inglés), un valor de reserva de la canasta de dólares, euros, yenes y libras esterlinas, que podría también incluir al renminbi.

Incluso muchas figuras entre las que se incluye a Mervyn King, gobernador del Banco Central, han advertido que “no debemos perder el rumbo por asuntos tales como cambiar la composición del conjunto de SDR”. Hubo poco entusiasmo por esta idea como una forma de mantener las discusiones globales más sustantivas.

China ha enfriado la idea de moverse rápidamente hacia la inclusión del renminbi en el conjunto de SDR y Geithner, quien mantiene el veto sobre cualquier movimiento a ese respecto, estableció condiciones que serían inaceptables para los chinos.

Geithner dijo que las monedas deberían ser incluidas en el conjunto de SDR sólo en el caso de que sus países tuvieran tasas de cambio flexibles, bancos centrales independientes y si permitían el libre movimiento de los flujos de capital.

China no reúne ninguna de esas características.

VERSIÓN AL ESPAÑOL DE ROSANNA CAPELLA

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