FINANCIAL TIMES
¿Quién  quiere todavía ser millonario, pese pérdida estatus?

FINANCIAL TIMES<BR>¿Quién  quiere todavía ser millonario, pese pérdida estatus?

Tim Harford

Ser millonario en la actual Gran Bretaña ya no garantiza un estilo de vida extravagante, después que un estudio encontró que la inflación ha disminuido significativamente los lujos excesivos que un millón de euros puede comprar en los últimos 20 años”.

¿Dónde fue publicado este revolucionario estudio? ¿Seguramente este se ubica con la teoría general de la relatividad, el descubrimiento de la penicilina, y la invención del transistor?

Pues no, fue en  El Daily Telegrah del 20 de junio, en su artículo El estilo de vida del millonario no es lo que solía ser (Millionaire’s lifestyle not what it used to be). En efecto, pero dudo que le espere un Premio Nobel.

El “estudio” fue un comunicado de prensa de un banco. ¿Cuál banco? Porque yo debiera transferir inmediatamente mi cuenta corriente ahí, por tener una comprensión tan viva de la economía contemporánea.  Es intrigante la idea de que “ser millonario” realmente está perdiendo su estatus. Tal vez es sorprendente que la palabra haya mantenido su encanto por tanto tiempo.

Culpe a Cole Porter por escribir una canción tan memorable como lo es la titulada Who wants to be a millionare (¿Quién quiere ser millonario?).

Yo supongo que es así, pero el término es mucho más antiguo. El Diccionario Oxford de inglés tiene a The Times usando la palabra “millonario” ya en el año 1795. Sin embargo, aunque la canción de Cole Porter data de 1956, también se remonta a una comedia de 1940. Había la sensación de que los estereotipos de una época dorada para los ricos ociosos ya eran anticuados. Ahórreme la lección de historia, especialmente porque la edad dorada parece estar haciendo una reaparición.

¿Cuál era el valor de un millón de euros en 1795? En comparación con los ingresos medios, alrededor de un millardo de euros en términos de hoy. Una cantidad significativa. Verdaderamente.

Una forma alternativa de pensar sobre esto es notar que un millón de euros en 1795 compraría productos y servicios que se puede comparar con lo que se podría obtener hoy por casi 80 millones de euros.  ¿Verdad? La mayor parte de lo que tengo hoy no se podría conseguir por ningún dinero en 1795: smartphones; penicilina…. Usted tiene razón, pero ¿realmente usted tiene penicilina en el botiquín del baño? Piénselo por un momento.

Al menos a mí me deja mucho qué pensar. Si usted quisiera volver solamente hasta el 1940, entonces un millón de libras tendría un valor aproximado de 140 millones de euros el día de hoy, en relación con los ingresos de otras personas. En relación al precio de los productos y servicios tendría un valor de 50 millones de eros. Sí, así es.

El dinero no es lo que solía ser, ya sabemos eso desde el muy sorprendente y perspicaz comunicado de prensa y en ese sentido, entonces responda mi pregunta sobre la penicilina.  Implícitamente, su pregunta tiene que ver con cómo medir los cambios en el nivel de precios.

La idea básica suena realmente simple: fíjese en lo que cuesta un grupo de productos en el 2012 y lo que costó el mismo conjunto de productos en el 2011, y usted podrá medir cómo está cambiando el precio de los productos. Extienda ese ejercicio por un par de siglos y usted podrá comparar ese conjunto de productos desde 1795.

Excepto, por supuesto, los productos que usted puede plausiblemente observar que se mantienen cambiando. ¿Cómo hacer frente a eso? Bueno, realmente usted no puede. Un problema es que cuando llegan las nuevas tecnologías, primeramente tienden a ser caras y luego se ponen baratas.

Cuando son caras, pocas personas las compran. Para el momento en que se vuelven suficientemente populares serán incluidas en el conjunto de productos representativos para las agencias estadísticas, el precio ya se ha desplomado.

Esta es una instancia específica de un problema general: lo que la gente elige comprar está inextricablemente conectado con cuánto cuestan esas cosas.

Usted no puede estudiar el cambio en el precio de lo que la gente compra ya que lo que la gente compra está cambiando a causa del mismo cambio en el precio. Eso suena demasiado profundo.

¿Qué significa esto? Esto significa que usted realmente no puede comparar el nivel de precio de 1940 con el nivel de precio general de hoy.

Ni que eso nos detiene de seguir tratando. Sin embargo, el economista Timothy Taylor tiene un fascinante experimento mental pesa sobre este tópico.

¿De verdad? Las palabras “fascinante” y “economista” tienden a ir juntas en sus oraciones un poco más que en las mías.  Abra sus ojos a las alegrías de la lúgubre ciencia.

Taylor preguntó a sus estudiantes si  ellos preferirían tener 70,000 de dólares al año en la actualidad, o 70,000 de dólares al año en el 1900, cuando esto permitiría una mansión con sirvientes. Casi dos tercios de los estudiantes dijeron que preferirían tener el dinero en el mundo moderno, aparentemente prefiriendo los teléfonos celulares y la medicina moderna a los servicios de un mayordomo y de un cocinero.

Encuentro eso mucho más alentador. Esto indica que mientras un millón de euros ya no puede comprar una casa en Kensington y un yate, las cosas que el cantante Frank Sinatra y Cole Porter no podían comprar en 1956, incluso como millonarios, son cosas que vale la pena tener.

Las claves

 

1.  Ser millonario

Ser millonario en Gran Bretaña ya no garantiza un estilo de vida extravagante, luego que un estudio encontró que la inflación ha disminuido  los lujos excesivos que un millón de euros puede comprar en los últimos 20 años.

2.  Pérdida de estatus

Es intrigante la idea de que “ser millonario”  está perdiendo su estatus. Tal vez es sorprendente que la palabra haya mantenido su  encanto por tanto tiempo.

3.  El dinero pierde valor

El dinero no es lo que solía ser. La idea es cómo medir los cambios con el nivel de  los precios.

Data manufactura suma preocupación  contracción economía

Simon Rabinovitch

en Beijing

El sector de manufactura de China se desaceleró adicionalmente en junio y un declive en las nuevas órdenes muestra que la debilidad es posible que se prolongue, de acuerdo a una encuesta publicada en los últimos días. HSBC dijo que su índice de directores de compras de China estuvo en vías de caer hasta 48.1 en junio desde 48.4 en mayo, lo que marcaría una baja de siete meses.

En la caída adicional por debajo del límite de 50, la cifra rápida, que es la pieza más prematura de la data económica mensual para China, indica una profunda contracción de la actividad. La data se agrega a las preocupaciones sobre la salud de la economía china, con el benchmark del índice de reservas en Shangai terminando bajando un  1.4%.

El gobierno ya ha comenzado a cambiar su postura política para estimular la economía, aunque esta se ha movido solo prudentemente hasta el momento ya que los oficiales creen que el crecimiento, mientras sea débil, no está colapsando.  Virtualmente todo componente de la encuesta PMI, desde la producción de manufactura hasta las reservas de productos terminados, señalan en una dirección negativa.

Pero los declives no estuvieron en ningún punto tan severo como a finales de 2008, cuando explotó la crisis financiera global.  Qu Hongbin, jefe económico de HSBC para China, dijo: “Con los vientos contrarios externos permaneciendo fuertes, es posible que las exportaciones se desaceleren en los próximos meses. La fuerte caída de los precios y la moderación de nuevas órdenes indican una débil demanda local, planteando presiones de salida de almacén para los manufactureros chinos.

“Todo eso es posible que pese en los mercados de empleo. Como tal, esperamos un estímulo político más decisivo para reversar la depresión del crecimiento”.

 A principios de junio el banco central redujo las tasas de interés por primera vez en aproximadamente cuatro años y muchos analistas esperan al menos un recorte más de la tasa este año. Conjuntamente con el alivio monetario, el gobierno también ha comenzado a acelerar las aprobaciones de nuevos proyectos de inversión pública, proporcionando un impulso fiscal para la economía. 

Sin embargo, los oficiales han insistido en que China no lanzará un gran estímulo, como hizo a finales del 2008.

Los informes en los medios chinos indican que los préstamos bancarios han sido fuertes en la primera mitad de junio, lo cual sería una señal de que los esfuerzos del gobierno que mantienen el crecimiento en marcha han estado cobrando fuerza.

VERSIÓN AL ESPAÑOL DE ROSANNA CAPELLA

Publicaciones Relacionadas

Más leídas