FINANCIAL TIMES
¿Será el petróleo el beso de muerte para la recuperación?

<STRONG data-src=https://hoy.com.do/wp-content/uploads/2010/04/7A70E919-4EE3-4459-89E7-13199A2A9045.jpeg?x22434 decoding=async data-eio-rwidth=460 data-eio-rheight=261><noscript><img
style=

Gregory Meyer y Michael Mackenzie
El precio del petróleo repentinamente ha subido, hasta el punto en que el crudo de triple dígito está una vez más en perspectiva.

En los últimos días el petróleo ha llegado hasta $87 el barril, su nivel más alto desde octubre del 2008. Esto fue después de un período de ocho meses en que se comerció entre US$70 y US$80, un límite que benefició a los productores petroleros sin afectar demasiado a los consumidores.

El último aumento parece haber sido provocado por el aumento de la confianza en la recuperación económica global, aunque la mayoría de los comerciantes y banqueros están todavía cautelosos acerca de los fundamentos del suministro y de la demanda. Mientras más optimistas los bancos de Wall Street vean los precios aumentar adicionalmente, con Barclays Capital pronosticando $97, Goldman Sachs $110 y Morgan Stanley $100 el año próximo.

Pero los precios más altos van, mientras más profundas sean las preocupaciones de que ellos frenan el crecimiento global. Jeff Rubin, anterior jefe economista de CIBC y autor de un libro sobre petróleo y la globalización, dice: “Los precios petroleros de triple dígito están en vías de amenazar la recuperación mundial”.

El petróleo más costoso y otras materias primas clave, notablemente el hierro y el cobre, podrían tensarse a través de la economía y los mercados financieros, potencialmente provocando inflación y forzando a los bancos centrales a elevar las tasas de interés desde niveles ultrabajos. Esto podría forzar los rendimientos de los bonos más altos, pero más bajas las atracciones de las acciones.

No obstante, los más altos precios del petróleo podrían elevar las acciones energéticas. En el índice S&P 500, el sector energético ha subido un 2.4% este año y fue apenas positivo en el primer trimestre, rezagadas en un 6% de ganancia del índice para el año.

Nicholas Colas, jefe estratega de mercado del Grupo ConvergEx, dijo: “Con los precios del petróleo crudo marchando firmemente en aumento, la cartera de exposición para el sector energético podría bien volverse un determinante clave del rendimiento de la inversión en general a lo largo del balance del 2010”.

Los precios del petróleo primero llegaron a $100 el barril en enero del 2008, antes de continuar su rápido ascenso para llegar a su pico de $147 en julio de ese año. De ahí cayó a una baja de $32 el barril en diciembre del 2008, antes de recuperarse nuevamente. En los últimos días ha estado alrededor de $85 el barril.

El último aumento llegó cuando la recuperación económica fomentó un aumento en la demanda petrolera después del primer declive global en un cuarto de siglo. El suministro no es una preocupación, ya que el cartel petrolero OPEC tiene más de 6 millones de barriles diarios de capacidad para reservar para los momentos de necesidad.

Una diferencia en relación al año pasado es que, en ese momento, el precio del petróleo estaba aumentando en contra de la situación general de un dólar más débil. Este año el crudo y el dólar han aumentado juntos.

Los legisladores parecen despreocupados. Los ministros energéticos en el Foro Internacional Energético en México la semana pasada adoptaron menos volatilidad, ni precios más bajos. Lawrence Summers, director del Consejo Nacional Económico de E.U., en sus observaciones de la semana pasada lamenta la dependencia de su país del suministro de petróleo extranjero, pero no se quejó sobre los precios.

Algunos economistas no ven que el petróleo a $80 sea una amenaza para el crecimiento global, el cual el Fondo Monetario Internacional proyecta en un 4% este año. James Hamilton, un economista de la Universidad de California, San Diego, es autor de un documento que encontró que el aumento del petróleo en el 2008 hasta $147 ayudó a caer en una depresión guiada por el sector inmobiliario dentro de la recesión. Esta vez, la naturaleza relativamente firme del rebote del precio ha permitido que los consumidores se ajusten.

“El “shock” del precio se ha ido”, dice el profesor Hamilton.

Hussein Allidina, estratega de materia prima en Morgan Stanley, dice que los US$100 que él predice para el año próximo incrementaría la carga del petróleo, la función de la demanda, los precios y la producción global, hasta cerca de un 4 por ciento desde 2.8 por ciento observados a finales del año pasado.

Esto afectaría a las economías desarrolladas más que a las emergentes, mientras las últimas se están apoderando del crecimiento global y pueden proporcionar subsidios de combustible,  dice Allidina.

Doble efecto

En cualquier caso, los precios son tanto un efecto de la expansión económica como una amenaza para ésta. China, la economía de más rápido crecimiento, se espera que consuma individualmente 520,000 barriles diarios más este año en relación al pasado, contribuyendo con un tercio del crecimiento de la demanda global, de acuerdo a los estimados de la Agencia Internacional Energética. “No se puede tener una recuperación global sin la recuperación del precio del petróleo también”, declara   Lutz Filian, quien es un economista de la Universidad de Michigan.

Crece el interés de China por el carbón

Peter Smith

En las batallas de adquisiciones raramente se invoca a Shakespeare, “con los entrometidos americanos llegando en jets Golfstreams y los canguros en descomposición”, pero esa es la reacción que Peabody Energy adquirió de Estados Unidos esta semana por su propuesta de A$3.6bn ($3.3bn) por Macarthur Coal.

La propuesta de Peabody subraya el apetito global por el carbón australiano, igual que los sectores del hierro y del gas natural licuado, están aumentando por la creciente demanda en China.

Australia ya es el exportador de carbón más importante del mundo y su industria está dominada por los pesos pesados del mundo, dirigidos por BHP Billiton, Xstrata, Rio Tinto y Anglo American. Pero aún el poder combinado de ese cuarteto no puede conseguir carbón en los puertos lo suficientemente rápido.

La batalla por las minas de carbón australianas llegó en 2009 en el momento en que China se convirtió en un importador neto de carbón termal y mineral por primera vez. Beijing compró alrededor de 100 toneladas de carbón en el extranjero en el 2009, un cambio dramático de las ventas de 80 millones de toneladas cinco años atrás.

El movimiento de China al estatus de importador sigue a una medida drástica sobre minería insegura e ilegal, forzando al cierre de cientos de pequeñas minas en la provincia de Shanxi, el área clave productora de carbón de ese país, y la reducción de la producción local. En una entrevista con Financial Times este mismo año, Richard Navarre, presidente de Peabody, dijo que el consumo de carbón en la región Asia-Pacífico continuaría por fortalecerse. “Pensamos que China continuará como importador neto de carbón”,  dijo. Aunque Macarthur no es un gran jugador en el sector de carbón de Australia, es estratégicamente importante como uno de los mineros medianos independientes.

Felix Resources el año pasado derribó a Yanzhou Coal por A$3.5 millardos en una de las mayores adquisiciones australianas de parte de China.

Macarthur es también un especialista. Es el mayor productor del mundo de carbón mineral pulverizado, el cual es usado para hacer acero. El último cargo de Peabody por Macarthur llegó justo cuando el grupo australiano estuvo finalizando una serie de acuerdos que ampliarían los negocios de ambos.

VERSIÓN AL ESPAÑOL DE  ROSANNA CAPELLA

Publicaciones Relacionadas

Más leídas