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Un nuevo camino a seguir en la recuperación económica

<STRONG>FINANCIAL TIMES<BR></STRONG>Un nuevo camino a seguir en la recuperación económica

Robin Harding y James Politi
Cuando Vicki Gerbino, nativa del Estado de Nueva York,   estaba decidiendo hace dos años si mudarse a Wichita, Kansas, la ciudad del Medio Oeste, ésta no parecía un modelo para el futuro de la economía de Estados Unidos

“Mi imagen fue Wyatt Earp y Chisholm Trail”, dice ella, refiriéndose al indomable pueblo fronterizo de finales del siglo 19 que sirvió como destino final para el ganado que estaba siendo guiado al norte desde Texas para encontrar líneas de tren que cruzaran la llanura americana.

Pero la jefa de la Mayor Coalición de Desarrollo Económico de Wichita dice que ella encontró un lugar lleno de arte, teatro y “gente inteligente”, muchos vinculados a la industria de la aviación. “Todo el mundo y su hermano vuelan o conocen a alguien que vuele”, dice Gerbino.

Gracias a un grupo de fabricantes de aviones, tales como Learjet, Cessna y Hawker Beechcraft, el enfoque económico de Wichita, la población de 366,000 habitantes, es muy diferente al énfasis en la demanda de servicios y del consumo típico del siglo 21 en América.  De acuerdo a un estudio publicado a finales del mes pasado por la Institución Brookings, un grupo de expertos de Washington, aproximadamente un 28% del producto bruto metropolitano de la ciudad es vendido a nivel internacional.

Eso la hace la ciudad más orientada a la exportación, justo delante de Portland, Oregon, observado por sus compañías de efectos electrónicos y computadoras, y San José, en Silicon Valley, en California.

De acuerdo a Bruce Katz, el autor del estudio, estas áreas podrían estar a la vanguardia de una transformación fundamental en la economía de E.U., lejos del consumo y los bienes raíces hacia la inversión y las exportaciones.

“Personalmente yo pienso que Wichita será la norma en los próximos 10 a 15 años”, dice Katz.

Muchos economistas creen que es atractivo. Don Kohn, vicepresidente saliente de la Reserva Federal, ha dicho que esto pondría a América en una trayectoria de crecimiento más fuerte y más sostenible que antes de la recesión y haría a los hogares “menos vulnerables y mejor dispuestos a resistir las crisis en el futuro”.

También podría ayudar a moderar los desequilibrios que han contrariado la economía de E.U. en la década pasada.

Pero si América está por cambiar la discontinua naturaleza del desempleo, de su recuperación y crecer a la tasa de 2.5 a 3%, la mayoría de los economistas piensa que es capaz de hacerlo, un nuevo modelo es más que sólo deseable. A pesar de los fuertes vientos contrarios, puede ser esencial crear más Wichitas y Portlands.

Un vistazo a la forma de la economía de E.U. a medida que emerge de lo que ha sido apodado la Gran Recesión, muestra el problema.

El consumo no ha crecido más rápido que la tasa anualizada de un 2% en cualquier trimestre desde que comenzó la recuperación. La inversión inmobiliaria está un 40% más baja de lo que estuvo hace tres años y la inversión en edificios comerciales ha bajado casi por lo mismo.

Los hogares están enfocados en pagar deudas, dice Jan Hatzius de Goldman Sachs en Nueva York. “El sector privado está tratando de gastar menos de lo que gana, y alguien más necesita hacer inteligentemente la reversa”.

La inversión inmobiliaria no es normalmente uno de los principales conductores de una recuperación económica, para recuperarse posiblemente dado el legado del “boom”. “Por ahora tal vez no estemos en vías de tener mucho, debido a que hay un sobre suministro”, dice Christina Romer, presidenta saliente del Consejo de Asesores Económicos del presidente Barack Obama.

Eso deja la inversión empresarial fuera del sector inmobiliario, en equipos y “softwares”, por instancia, y las exportaciones. “Romer piensa que la pregunta sería si nosotros podríamos conseguir que esos dos sectores se expandan y llenen el vacío que normalmente sería ocupado por el sector inmobiliario.

Es esta necesidad de un cambio de estructura lo que hace que una recuperación inducida por una crisis financiera sea difícil. El Fondo Monetario Internacional en un informe que ha ganado poca simpatía de la clase económica dirigente de E.U., argumenta que después de la pasada crisis financiera, “hubo típicamente grandes golpes permanentes a la producción”, expresado estructuralmente en un mayor desempleo y en la pérdida de trabajadores capacitados.

Por tanto, hay tres preguntas acerca de cambiar a un nuevo modelo de crecimiento. Primero, ¿puede la economía americana crecer tan rápido para invertir y exportar como lo hizo por medio del consumo y de la construcción de viviendas? Segundo, ¿es suficientemente flexible para hacer la combinación sin ninguna pérdida permanente en la producción? Y tercero, ¿cuánto padecimiento habrá durante la transición?

La mayoría de los observadores están firmes de que no ha habido cambio en la tendencia de la tasa de crecimiento. En otras palabras, si la gente involucrada en la construcción de viviendas o en la intermediación de hipotecas de alto riesgo en vez de construir puentes o fabricar componentes aeroespaciales, su productividad sería al menos tan rápida, si no más rápida.

Pero el nivel al cual la producción ahora crecerá es más contencioso. La gente que ha estado sin trabajo por un tiempo tiende a volverse indiferente al mercado laboral y lucha por retornar.

Cierto capital creado por la previa estructura económica, tales como sistemas de computadores para procesar las hipotecas de alto riesgo, tendrán que ser descartados afectando nuevamente la producción.

Finalmente, como argumenta el profesor Edmund Phelps de la Universidad de Columbia, la primera cosa que las compañías recortaron durante la recesión fue la inversión en áreas tales como investigación y desarrollo.

“La productividad medida se ha disparado a causa de que estamos produciendo la misma producción actual con menos empleados, pero nos estamos engañando en pensar que la productividad subió”. Menos inversión en la innovación puede pesar sobre el crecimiento futuro.

Aunque la economía eventualmente se recupere de todas las pérdidas de la recesión, la Reserva Federal estima que tomará de cinco a seis años retornar al empleo total. La consternación de la Gran Recesión puede durar la mayor parte de una década.

Las opciones para que la política facilite un cambio en el modelo económico son limitadas. Una prioridad es comprar tiempo para que la inversión reemplace la demanda perdida en el consumo y en el sector inmobiliario.

Como lo expresó la señora Romer: Yo siento muy fuertemente que estemos sufriendo de una caída en la demanda, y que si podemos conseguir que la demanda aumente, entonces la mayoría de las otras cosas podrán mejorar por sí solas.

No obstante, el comportamiento en el Congreso se ha tornado decisivamente en contra del estímulo fiscal a gran escala, y la Reserva Federal ahora está sopesando los costos y riesgos de cualquier alivio de la política monetaria en contra de los beneficios.

La austeridad fiscal en Europa y otros lugares restringe los mercados potenciales amenazando la meta del gobierno de Obama de duplicar las exportaciones dentro de los próximos cinco años.

Beijing ha terminado con el vínculo del renminbi con el dólar, pero muestra pocas señales de permitir una rápida depreciación, lo cual haría los productos americanos más competitivos alrededor del mundo en comparación con los productos chinos.

En balance, el mundo todavía mira a E.U. como su última fuente de demanda antes que como una fuente de suministro. Verdaderamente, esta semana E.U. emitió data que muestra que su déficit comercial creció en junio, mientras las importaciones aumentaron a medida que las ventas cayeron internacionalmente.

Eso permite que las políticas traten de hacer la economía más eficiente. Sin embargo, mientras el mercado laboral de E.U. está ya entre los más flexibles, dice Romer, hay poca oportunidad a corto plazo. Ella señala los esfuerzos de incrementar las capacidades, invertir en la investigación y el desarrollo básicos, y también la firma de nuevos convenios comerciales como opciones para la administración.

Algunos desean seguir adelante. William Galston de Brookings argumenta, que se invierta en la infraestructura en una forma que no se agregue al déficit. El gobierno podría construir caminos financiados por peajes para los conductores, él sugiere.

“Sistemáticamente nosotros hemos subinvertido en infraestructura que es económicamente importante, y nos culpamos de que no hemos tomado ventaja de este periodo de poca actividad para hacer algo acerca de esto”, él dice.

Una herramienta adicional es la política fiscal. Tan pronto como a principios del año próximo, la administración y el Congreso podrían iniciar la seria consideración de cambios internacionales a la estructura fiscal.

Alan Virad del grupo de expertos American Enterprise Institute, dice que una solución sería reducir las tasas fiscales marginales sobre la inversión a medida que se introducen algunas formas de fiscalización del consumo en el sistema”.

Esto podría significar la afluencia de algunas formas de impuestos de valor agregado, similares a las de muchos otros países, haciendo el consumo marginalmente más caro. En teoría eso puede dejar espacio para que las tasas fiscales corporativas bajen desde un 35%.

 “Si tuviéramos algo simple en vez del actual impuesto sobre la renta y el impuesto de ingresos  corporativos como un VAT o un impuesto basado en el consumo, pienso que daríamos consuelo a los mercados de que estamos regresando y estamos creando las bases para la formación de capital y de ahorros, mientras se oponen a consumir todo lo que está a la vista”.

Otra opción es eliminar o limitar la habilidad de los americanos de reducir sus ingresos gravables deduciendo los pagos de intereses hipotecarios. Eso ha sido criticado debido a que ofrece un fuerte incentivo para que las personas compren viviendas aún cuando no puedan proporcionarla, lo cual fue una de las causas básicas de la crisis financiera.

Cualquier política que sea elegida será contraída por las matemáticas presupuestarias y una población envejeciente, lo cual ha incrementado la necesidad de que Estados Unidos provea un ingreso adicional. 

Desafio

El desafío para los legisladores de EU será diseñar cualquier reforma suficiente para evitar involuntariamente un crecimiento más lento con impuestos más altos sobre el trabajo o el empresariado.

Replicar experiencia

Para transformar su modelo de crecimiento, América enfrenta la ardua tarea de replicar la experiencia de la ciudad a una escala mucho mayor.

VERSIÓN AL ESPAÑOL DE MARIA DEL CARMEN MARTINEZ

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