FINANCIAL TIMES
Una buena crisis trae una mayor influencia para la India

<STRONG>FINANCIAL TIMES</STRONG><BR>Una buena crisis trae una mayor influencia para la India

James Lamont

Nueva Delhi

La crisis financiera global ha amenazado con cambiar el reloj de regreso a una India en vías de globalización. En cambio, las manecillas del tiempo han avanzado y el impacto del país ha incrementado.

El segundo lugar es sólo para China como una gran economía de rápido crecimiento. A diferencia del gigante regido por las exportaciones, La India salió relativamente “ilesa” de la depresión económica global, según las palabras del Banco de Desarrollo Asiático.

Si los economistas fueran sorprendidos cuando el país lidiara con lo que había sido llamado “la tasa hindú de crecimiento” de cerca de un 3% para alcanzar alzas de un 9% a mediados de los 2000, en los meses pasados ellos hubieran sido aún más impresionados por la habilidad de La India de resistir las decadentes exportaciones y los conflictos financieros externos.

Los congresistas económicos del país han recibido premios internacionales por su respuesta a la crisis. En las semanas recientes, las proyecciones para una rápida recuperación han crecido de forma más optimista.

Manmohan Singh, el primer ministro y el hombre responsable de desarrollar la economía a principios de los 90, habla de un retorno a un 9-10% de crecimiento en un par de años.

Su ministro financiero, Pranab Mukherjee, pronostica un 7.7% este año, un aumento fiscal sustentado por el estímulo de un 6.7% del año pasado.

“Esencialmente, nuestro sistema es una inherente resistencia política y económica que da a nuestro país y a sus instituciones gran fortaleza y optimismo, expresa Singh. “Durante el año pasado, el mundo enfrentó una crisis financiera y económica sin precedentes, pero la economía hindú batalló bastante bien. Fuimos afectados, pero no tanto como el caso de otros países.

Singh de 77 años de edad, advierte que “la impaciencia de la juventud”, en un país donde el 70% de la población de 1.2 millardos de habitantes es por debajo de 35 años, cada vez más determina el futuro de La India.

De manera prudente, él ha elegido la educación, salud, infraestructura y agricultura, como las prioridades más importantes luego de haber ganado el año pasado permanecer un segundo periodo en el poder.

Él está simultáneamente haciendo presión adicional a las vinculaciones del país, a través de sorprendentes convenios de libre comercio suscritos con Asia y Corea del Sur, y negociando otro con Estados Unidos.

La resistencia de la economía descansa sobre el enorme mercado local, y, a diferencia de muchas contrapartes asiáticas, la limitada dependencia sobre las exportaciones, las cuales representan menos del 20% del producto interno bruto. Mientras la demanda local fue en gran parte ininterrumpida por la crisis financiera, los sectores de exportación, tales como cortes de diamantes y pulidores, farmacéutico y textil, sufrieron precipitados declives y sólo hasta ahora se están recuperando.

El flujo de capital extranjero y las valoraciones en Sensex, el índice que sirve de punto de referencia en el Bombay Stock Exchange, más bien se recuperó más rápido de lo que los inversionistas buscaron retornos de uno de los puntos más brillantes de la actividad económica.

La actividad de fusiones y adquisiciones está también fijada a aumentar. Las compañías ricas en efectivo están sopesando compras durante la recesión que afecta a Europa, E.U. y otros mercados emergentes.

Una economía de rápido crecimiento, aunque con un fuerte motor interno, apresurará la globalización. El sector industrial se está expandiendo a una tasa de doble dígito, los servicios, un 55% del producto interno bruto, no están muy lejos detrás. Sólo falta la agricultura, que fue afectada por una pobre temporada de lluvias y que representa un 20% del producto interno bruto.

Pero hay todavía bastantes obstáculos en el camino de una economía abierta. “Un auto de carreras con freno de manos activado”, como lo describe un político visitante, la resistencia de la súper regulación, el papeleo, los intereses personales y la decadente infraestructura.

Lee Kuan Yew, anterior primer ministro de Singapur, identifica que el fracaso que sigue al enfoque de China sobre la infraestructura como una de las mayores desventajas para la integración global de La India.

La actitud de confianza a lo largo de Asia ha conducido a muchos líderes empresariales internacionales a comentar sobre el agreste contraste entre las ambiciones de grandes economías en desarrollo y las más introspectivas, y la dura actitud en el oeste.

Robert Zoellick, el presidente del Banco Mundial, es uno de ellos. “Todos vemos a La India ahora como un creciente poder económico global y en nuestro mundo interconectado ésta ha jugado un rol muy útil en los momentos difíciles que sucedieron el año pasado, no sólo durante las discusiones del G20, sino también en cómo este ha conducido su recuperación, dice el anterior representante comercial de E.U., quien una vez entró en controversia con La India en conversaciones comerciales.

Los socios internacionales están trazando un camino hacia una salida, atraídos por la promesa de una guía hacia la manufactura que se agregue al impulso logrado por la industria de servicios globalizados.

“En la caricatura de la economía global”, dice Lord Mandelson, secretario de negocios de Reino Unido. “China lo fabrica, América lo compra, La India provee el servicio al cliente posterior a la venta y Gran Bretaña hace la estructuración de las finanzas”. Esa formulación está cambiando.

“La India queda en un punto crítico en su transformación”, él dice. “Una población joven está hambrienta de cambios y de la libertad para realizar su ambición global. “Si el crecimiento inicial de La India fuera guiado por servicios de provisión de bajo costo y valor, la próxima ola será relacionada al creciente valor agregado guiado por la tecnología de manufactura y servicios.

Esta próxima ola ya ha llegado. El sector de “outsourcing” tecnológico está innovando y adoptando tecnologías para crear un impacto global, igual que Tata Consultancy Services (TCS), Wipro e Infosys, y la industria automotriz, incluyendo a Hero Honda, Bharat Forge y Tata Motors. (Outsourcing: compra de productos manufacturados en una empresa extranjera con el fin de economizar costes).

N. Chandrasekaran, jefe ejecutivo de TCS, dice que la depresión en el oeste ha abierto mayores oportunidades en el “outsourcing” tecnológico y el procesamiento empresarial.

Pero él  pone énfasis en desarrollar nuevas capacidades, productos y modelos de negocios para permanecer relevantes para los clientes y moverse en nuevos países.

La confianza en la creciente economía ha permeado otras áreas también. El año pasado, La India buscó jugar un mayor rol de liderazgo en los foros multilaterales debatiendo sobre comercio, cambios climáticos, así como reformar la arquitectura financiera global.

El presupuesto nacional del año próximo será una prueba de si el Congreso, ahora dirigido por el partido del gobierno, puede aprovechar el periodo post crisis y la fuerte victoria en las encuestas del año pasado, y embarcarse en una reforma estructural.

Los grupos empresariales están cabildeando para la liberación de los sectores de defensa, venta al detalle y de servicios financieros, reforma del mercado laboral y “desinversión” estatal para poder ayudar a sostener las proyecciones de crecimiento.

Mientras tanto, el Banco de Reservas de La India, el banco central, están renovando esfuerzos para ampliar la inclusión financiera, y alcanzar las masas que no usan los servicios bancarios.

A corto plazo, la reconstrucción de las reservas de cambio extranjero, y permitir que la rupia (unidad monetaria de La India) sea valorada para poder ayudar a la inflación, mientras mantienen una cuenta de capital parcialmente abierta, son las prioridades.

Algunos creen que la fortaleza económica del país es derivada de su aislamiento y de un escudo protector de regulación forjado en décadas de políticas socialistas y los afianzados intereses de empresas locales.

Pero los beneficios de una mayor acción del comercio mundial, flujo de remesas cerca de $50 millardos al año y la solicitud de influjos de capital extranjero están cambiando la política.

“La India fue menos afectada por la crisis en relación al resto del mundo, no porque esta estuviera aislada, sino porque sus fundamentos capitalistas son fuertes”, según argumenta Shashi Tharoor, ministro de estado de asuntos exteriores y antiguo oficial de las Naciones Unidas. “La India no retornará a las economías de nacionalismo que comparan la independencia política con la autosuficiencia económica”.

Incluirse al mundo exterior, sin embargo, no será acelerado. Sobre esto, el señor Singh tiene la última palabra: “Posiblemente sea cierto que somos un elefante de lento movimiento, pero es igualmente cierto que con cada paso adelante estamos dejando atrás una huella profunda. Hay un precio que pagamos en tratar de llevar juntos todos los elementos de nuestra gente, y ese tal vez es un precio que vale la pena pagar.

Las claves

1. Resistencia de la India

La resistencia de la economía descansa sobre el enorme mercado local, y, a diferencia de muchas contrapartes asiáticas, la limitada dependencia sobre las exportaciones, las cuales representan menos del 20% del producto interno bruto.

2. Poca ayuda estatal

La actitud de confianza a lo largo de Asia ha conducido a muchos líderes empresariales internacionales a comentar sobre el agreste contraste entre las ambiciones de grandes economías en desarrollo y las más introspectivas, y la dura actitud en el oeste.

3.  Fortalece económica

Algunos creen que la fortaleza económica del país es derivada de su aislamiento y de un escudo protector de regulación forjado en décadas de políticas socialistas y los afianzados intereses de empresas locales. Pero los beneficios de una mayor acción del comercio mundial, flujo de remesas cerca de $50 millardos al año y la solicitud de influjos de capital extranjero están cambiando la política.

VERSIÓN AL ESPAÑOL DE  ROSANNA CAPELLA

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