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Vislumbran un nuevo modelo para la economía de China

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Xi Jinping, aparente heredero de China, reapareció el fin de semana después de una misteriosa ausencia. Pero todavía está faltando un robusto crecimiento. Cuando Xi funja como secretario general del Partido Comunista el mes próximo, su primera tarea será lidiar con una economía que está desacelerándose más rápido de lo que muchos habían esperado.

 Oficialmente, el crecimiento no parece tan mal. En el segundo trimestre, la economía se expandió a una tasa anual de 7.6%, muy por debajo de los niveles de doble dígito de los últimos años, pero difícilmente es una crisis.

Sin embargo, hay señales de que la depresión puede tener mucho más camino que recorrer. Los inventarios de todo tipo de productos, desde acero hasta zapatos deportivos, se están acumulando, una indicación de la decreciente demanda en el sector industrial y el de consumo.

El crecimiento de la exportación está casi paralizado, con los embarques hacia Europa por debajo de un 13% desde el mismo periodo del año pasado. Las importaciones también están decayendo.

Eso hace el 2012 una reminiscencia del 2008, cuando China puso el freno justo cuando el sistema financiero estaba implosionando. Entonces, Beijing fue obligado a reversar el curso, desatando $585 millardos en gastos y aún más en estímulo fomentado por el crédito.

En parte debe esperarse un crecimiento más bajo. El Partido Comunista por algún tiempo ha estado tratando de enfriar el mercado de propiedades y obtener el control sobre la inflación. Los precios más altos, especialmente para los alimentos, arriesgan al descontento social.

El aumento en los precios de las propiedades amenaza con una burbuja de activos. En su último plan a cinco años, los planificadores del país hablaron de hacer descender el crecimiento hasta un nivel más manejable de un 7%.   

No obstante, China se está preparando otra vez para más gasto de estímulo. Esta necesitará ser cuidadosa en cómo se maneja en este sentido.

Beijing tiene mucho menos espacio para maniobrar en comparación con el 2009. Los efectos colaterales de ese estímulo masivo solo se están mostrando ahora en la forma de préstamos no rendidores y de sobrecapacidad industrial.

La inversión en activos fijos es ya de un ridículamente ineficiente 50% del producto interno bruto. Desde esta perspectiva, lo último que China necesita es otro exceso de gastos que pueda erosionar adicionalmente los balances generales de los bancos y agregarse a la capacidad.

Xi necesitará frenar las ambiciones de gasto de los nuevos oficiales locales que históricamente han invertido fuertemente cuando toman el poder.

 Él debería presionar la economía más amplia para requilibrar lo que la actual administración ha hablado demasiado al respecto, pero que ha hecho también muy poco para implementarla.

En vez de fuerte infraestructura, tales como puertos, carreteras y vías de tren, el nuevo equipo de Xin debería dirigir el gasto a infraestructura más suave, tales como la salud y la educación.

Si la gente se siente más segura en relación a la provisión de bienestar social, su propensión al ahorro caerá y el cambio al crecimiento guiado por el consumo sucederá más rápido. El gobierno debería también liberar las tasas de interés de manera adicional.

De ahora en adelante, China debería poner menor énfasis en el financiamiento barato para las ineficientes compañías manejadas por el Estado, y más sobre tasas decentes para los ahorrantes.

 Por supuesto, China es un país enorme que todavía necesita infraestructura sólida. Pero las prioridades de gasto deberían enfocarse en proyectos menos ostentosos como lo es el alcantarillado.

En julio, monstruosas inundaciones mataron al menos 77 personas en Beijing, dejando al descubierto el inadecuado sistema de drenaje de la ciudad.  Las demografías de China ya están cambiando. Una ventaja es que lo salarios están subiendo.

Pero cambiar a un nuevo modelo económico no será fácil. El truco del gobierno de convertir la tierra en ingresos tropieza contra limitaciones físicas y sociales.

Si esto es para crear algo como un sistema de bienestar social viable necesitará fiscalizar su población más efectivamente.

Eso podría ponerlo en el curso de una colisión con la clase media que ha creado.  Los problemas de crecimiento inmediato de China están lejos de ser insuperables.  El Estado tiene poca deuda y más de $3,000 millardos en reservas de cambio extranjero. Pero el actual modelo de crecimiento es insostenible. Ahora que está de vuelta, Xi podría comenzar a pensar en uno nuevo.

Las claves

1.  Crecimiento de China

 Xi Jinping, aparente heredero de China, reapareció el fin de semana después de una misteriosa ausencia. Pero todavía está faltando un robusto crecimiento.

2.  Inversión

La inversión en activos fijos es ya de un ridículamente ineficiente 50% del producto interno bruto.

3.  Precios

 El aumento en los precios de las propiedades amenaza con una burbuja de activos.

4.  Infraestructuras

China es una nación  enorme que todavía necesita infraestructura sólida.

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 VERSIÓN AL ESPAÑOL DE ROSANNA CAPELLA

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