Financiamiento agropecuario

Financiamiento agropecuario

A pesar de que en términos absolutos el Banco Agrícola  aumentó la cantidad de dinero prestado al sector agropecuario entre 2003 y 2011, la proporción de su participación en el total de la cartera de préstamos a ese sector bajó considerablemente en el mismo período. En el 2003, la cartera total destinada a producción en el campo fue de 7,107 millones de pesos y de esa suma el Bagrícola prestó un 48.51%, pero en el 2011, de una cartera global de 25,143.58 millones solamente prestó un 29.06%, lo que indica que el financiamiento agropecuario se ha ido desplazando cada vez más hacia la banca comercial privada. En el 2008, por ejemplo, de una cartera global de 15,227 millones, el banco estatal prestó nada menos que el 50.81%.

Uno de los efectos de este desplazamiento es que han aumentado las dificultades de los pequeños productores para financiar cosechas. Mientras la banca privada tiene rígidas exigencias de garantías, el Banco Agrícola le presta a productores de alimentos básicos aunque no tengan sus parcelas deslindadas. El  acceso de este segmento a la banca privada es muy limitado y si no obtienen recursos en el banco oficial especializado, probablemente tienen que caer en manos de usureros o desaparecer como productores. Para bien de los pequeños y medianos productores, al Banco Agrícola hay que ponerlo en condiciones de aumentar su participación en la cartera global de financiamiento.

Actualización necesaria

La seguridad social necesita actualizarse para cubrir a pacientes con enfermedades de alto riesgo que tienen que someterse a procedimientos altamente costosos y delicados. Los neurocirujanos Jean Carlos Hernández y Luis Eduardo Suazo citan el caso de más de  cien personas con tumores de hipófisis y aneurismas que no han sido intervenidos porque el  Consejo Nacional de la Seguridad Social (CNSS) no ha autorizado sus respectivos procedimientos y cirugías.

En el caso de esos pacientes hay una especie de exclusión que riñe con los principios de la seguridad social. Esas personas están en el  limbo de una espera que puede agravar su situación y en algunos casos tener desenlaces indeseables. Es necesario actualizar el catálogo de procedimientos y cirugías de la seguridad social para que cubra estos casos y  evite que sigan presentándose  situaciones tan lamentables como éstas.

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