Financiamiento para las mipyme

<P>Financiamiento para las mipyme</P>

Una de las dificultades más grandes para las micro, pequeñas y medianas empresas es el acceso al financiamiento de la banca comercial. Los requisitos de garantía, las tasas de interés y los plazos de saldo figuran entre los obstáculos más difíciles de sortear para estas pequeñas razones sociales. Esta dificultad ha prevalecido a pesar de que las denominadas mipyme son tan vitales para la macroeconomía como las células para el organismo. Son parte vital en la prestación de servicios, producción de bienes y generación de empleo.

De ahí que valoremos como  una muy buena señal el hecho de que el Gobierno haya habilitado un fondo de RD$10,000 millones, distribuidos en varias ventanillas, para otorgar créditos a las micro, pequeñas y medianas empresas. Esta facilidad, sumada a la obligación de que el Estado adquiera de  las mipyme una proporción del total de sus compras, debería servir para que este sector influya en la generación de empleos y, por consecuencia, en el propósito de reducir la pobreza.

 Es de rigor que se establezcan los medios de asesoría permanente para las mipyme, controles efectivos para evitar distorsiones en la concesión de los créditos y dar seguimiento al desarrollo de los proyectos financiados para garantizar que su desarrollo y prosperidad opere como positiva tasa de retorno en lo económico y lo social.

Propósito  y expectativas

Si partimos de que el Estado tiene el deber de garantizar la educación de sus súbditos, podemos entonces considerar que el analfabetismo no atendido constituye una de las formas más dramáticas de exclusión social y una denegación de derecho. Desde este punto de vista, toda iniciativa oficial contra el analfabetismo debe ser vista como un esfuerzo por pagar parte de la deuda social y cumplir así la obligación primaria de proveer la enseñanza.

 El plan para erradicar el analfabetismo en dos años, que se apresta a detallar el Presidente Danilo Medina, ha despertado tantas expectativas como interés. Personalidades y organizaciones  han manifestado disposición para cooperar en esa tarea y mucha gente con capacidad para alfabetizar lo ha visto como una posibilidad de ocupación. Y la expectativa mayor es que el país parece encaminado a mejorar la visión del Estado en materia de justicia social.

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