Financiamiento y producción de las exportaciones frente a los TLC’s

Financiamiento y producción de las exportaciones frente a los TLC’s

Por: EDUARDO J. TEJERA
La economía dominicana del 2007 es eminentemente de servicios, pues estos sectores representan el 60 % del PIB y es uno de los mayores creadores de empleos y estímulo a la demanda.

El turismo, el comercio tradicional y de franquicias, la banca y servicios financieros, las zonas francas industriales, junto a las remesas de los dominicanos residentes en el exterior producen el 80% de las divisas y empleos que genera el país.

En los años setenta era, al revés, una economía agraria de exportación de cuatro o cinco productos tradicionales. Esta diversificación de sectores dinámicos y de generación de dólares, ha logrado desarrollar una economía moderna e internacional.

Sin embargo, existen dos grandes problemas muy agudos en el campo de la producción de bienes exportables y la nueva competencia que representa, la globalización, los nuevos tratados de libre comercio y los gigantes de Asia, China, India e Indonesia y otros. Primero, tenemos una escasa y estancada producción de bienes nacionales.

Simplemente no producimos suficiente. Dos, los desafíos incuestionables a las zonas francas, tanto por la agresiva competencia asiática y el mismo progreso del país que incrementa los costos y a los problemas del sector, imponen un cambio de modelo hacia mayor tecnología, algo necesario, pero lento. En general, el productor dominicano opera en una economía que lo penaliza desde hace varias décadas.

En el 1981 se exportó la suma pico de bienes nacionales de US$ 1,189.5 millones — por años después el monto estuvo por debajo de los US$ 900.0 millones — y en el 2006 se exportó la cantidad de US$ 1,535.8 millones, gracias al aumento de 60% en los precios del ferroníquel.

Aunque el incremento en porcentajes de las exportaciones nacionales y no tradicionales parece alto, algo más de un 20%, la minería representó el 85 % para el 2006, en términos absolutos esto no es más que un aumento neto de apenas US$ 325 millones desde 1981 a la fecha. Es decir, la producción de bienes tradicionales y no tradicionales, se han mantenido estancadas por décadas,  y cuando ha aumentado ha sido por más altos precios externos no por mayor volumen exportado.

Por el lado de las zonas francas, se hacen esfuerzos por mantener los niveles de exportaciones y de empleos, pero se lucha contra la corriente, por la competencia de China y Centroamérica. En el año 2000, se exportó US$ 4,770.6 millones de las zonas francas, en el 2004 US$ 4,685.2 millones y en el 2006 US$ 4,553.7 millones.

En siete años han oscilado dentro del rango de solo US$ 200 millones de diferencia, una proeza frente a la competencia y dificultades internas. Se señala que en los dos últimos años se han perdido más de 40,000 empleos, y esto aunque muy lamentable, es bastante poco frente a los desafíos y los precios de China y otros países emergentes.


Se abren nuevos mercados, con el CARICOM, con el TLC con Centroamérica, con el CAFTA-RD con Estados Unidos y se negocia con la Unión Europea, el Grupo Andino, Canadá y pronto con México, pero la realidad es que no tenemos una oferta exportable. Es decir, el país no produce productos agropecuarios e industriales de origen nacional, que podamos exportar. Ese es el gran dilema y desafío.

La  pregunta es, que puede hacer el gobierno para incentivar, promover y servir de instrumento para lograr aumentar la producción exportable? Es solo una tarea del gobierno o igual del sector privado, incluyendo la banca y todos los sectores? Si no producimos seremos meros importadores y la balanza corriente será cada vez más negativa, financiada con los servicios y la cuenta de capitales.

Mi lista de medidas y acciones es la siguiente, en forma de síntesis, sinóptico, que puede ser ampliado, tema por tema.

Sobre Impuestos: Se deben eliminar los impuestos de ITBIS sobre materias primas y equipos para la producción, así como el impuesto sobre la renta sobre las exportaciones, tal como ocurre en Centroamérica.

Debería presentarse al Congreso una Ley de Incentivo Fiscales a la Producción Industrial, Agropecuaria y Agrícola para la Exportación, mediante supervisión especial que brinde 50% de deducción de la renta-neta imponible del ISR del año anterior por cinco años, para las empresas que reinviertan en maquinarias y materia primas para exportación. Igualmente, se debería conceder en dicha Ley un 100 % de exoneración del ISR, por los beneficios directos derivados de la exportación. En el mismo orden, el proyecto de Ley de Competitividad sometido por el Señor Presidente al Congreso debe ser aprobado de urgencia, pues contiene varios incentivos fiscales y administrativos esenciales para producir y exportar.

Sobre Financiamiento: El Banco Central y los Bancos Múltiples deben abrir una Ventanilla o Fondo de Crédito de Exportación de pre y post embarque. Ahora no existe nada, y que inclusive el pagaré y documentos de embarque se puedan vender entre bancos en un mercado secundario.

Una parte del encaje legal, un 5 %, se pudiese asignar para capitalizar este Fondo, como en el pasado. Las reformas neoliberales de los Ochenta eliminaron todo este esquema, pero existe en Canadá, Europa, Brasil Chile, Argentina, y los mismos Estados Unidos. Igual, se requiere un sistema de crédito a mediano plazo, para compra y reposición de equipos. La banca no tiene ninguna facilidad para crédito de exportación. Insistimos que se tiene que crear un banco de segundo piso de fomento de la producción y la exportación. Ahora, por una ligereza imperdonable está en el Banco Nacional de la Vivienda. Debe modificarse la ley y sacar la parte de fomento del BNV y crear un verdadero banco de segundo piso mixto aparte e independiente.

Sobre la Inversión Agrícola y Agropecuaria: El Gobierno debe preparar una Ley de Incentivos Fiscales a la Inversión Agrícola y Agropecuaria, para sembrar más caña de azúcar, café, cacao, tabaco en rama, y la instalación de una importante refinería de azúcar refinada, pues ahora se importa, por falta de producción interna, una vergüenza. Tanto el CEA como los inversionistas privados, ingenios y colonos deben recibir facilidades crediticias con períodos de gracias de tres y cuatro años e incentivos de fiscales. La banca debe prestar más a estos sectores y no solo a los préstamos de consumo y de corto plazo. Ahí es donde tiene que entrar la mano del Banco Central.

La Titulación de Tierras: El sistema de titulación de tierras ha mejorado mucho, pero todavía es muy deficiente y con corrupción. Nadie se siente seguro y por eso la banca le tiene cierto temor a las hipotecas. Tiene que mejorarse y especializarse el otorgamiento saneado de títulos de tierras, que es básico para el crédito bancario formal para la agricultura y todo sector. Celebramos la promulgación de la Ley 108-05 sobre registro inmobiliario que busca adecuar la legislación en materia de tierras a la actualidad, dado que la misma dotaba del año 1947.


Normas Prudenciales del SIP: Después de la grave y fraudulenta crisis bancaria del 2003, el FMI y la Superintendencia de Bancos han realizado una gran labor, en mejorar la supervisión bancaria, las normas prudenciales, de solvencia y la clasificación de cartera de préstamos. Sin embargo, en ciertas áreas han ido de un extremo al otro, y se castiga con clasificaciones y reservas altas a los créditos agrícolas y agropecuarios, por asuntos administrativos, falta de Estados Financieros adecuados y otras exigencias similares, pero entiendo que cuando se tiene una hipoteca en primer rango, se pueden flexibilizar esas normas. Esto tiene que cambiar, si el país desea aumentar la producción agrícola, agropecuaria, o agroindustrial.

Sobre Ley 84-99, de Incentivo a las Exportaciones. Esta ley se tardó más de una década en aprobarse y años para implementarse y devolver los impuestos al exportador. Ahora se ha mejorado mucho su aplicación y devolución de impuestos pagados a las materias primas, equipos, envases, etiquetas y otros insumos, necesarios para exportar.

Pero aún así el mecanismo es muy lento, no automático, puede durar meses en devolver los impuestos gravados la Secretaría de Hacienda y Aduanas todavía manejan el sistema de Reíntegro de impuestos muy lento. Se requiere una revisión de los reglamentos de la Ley, el mecanismo financiero de reíntegro para que sea automático y que se devuelvan los impuestos del ITBIS, al exportador.

La Tasa de Cambio: No consideramos necesario utilizar la tasa de cambio, es decir la devaluación, como instrumento de fomento, menos aún, con los altos precios del petróleo y en medio de una apertura generalizada por los TLC´S.

Estos son los puntos principales que estimo necesarios para aumentar la producción exportable. Pero la idea es resaltar que el verdadero problema es la falta de producción, no de mercados. No producimos porque se ha abandonado al productor industrial, agrícola y agropecuario, en la concepción monetarista y neoliberal del Consenso de Washington de los Ochenta, que impera todavía en materia fiscal y crediticia. Es hora de revisar esta situación y principios.

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