Finjus llama a elevar la voz contra el transfuguismo

Finjus llama a elevar la voz contra el transfuguismo

La Fundación Institucionalidad y Justicia (Finjus) mostró ayer preocupación por los efectos que podrían derivarse del transfuguismo político en el sistema electoral dominicano, y llamó a la sociedad a prestarle atención al fenómeno y a elevar su voz para que los órganos reguladores adopten medidas.

La entidad de la sociedad civil reconoce que cada persona tiene derecho a ejercer una participación política estable y activa, lo cual es una condición “sine qua non” en una sociedad democrática.

Sin embargo, dijo que esa participación debe ser coherente con la visión del sistema político imperante y el contenido y alcance de los actos de los órganos estatales, los partidos políticos y las normas que los regulan.

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“Cuando un representante político decide de manera abrupta y casi siempre intempestiva abandonar las filas de su militancia, deja a un lado los deberes de fidelidad, tolerancia y continuidad que lo unen con sus electores cuyos intereses encarnan, y por ende su voluntad”, subrayó Fiinjus en un documento de prensa.

Agregó que es por eso que, sin distinción de la noción que se utilice para describirlo, el transfuguismo “eleva el desinterés y la desconfianza de los ciudadanos”, pues distorsiona el sentido de la participación de estos en las elecciones, desde el momento en que su representante abandona las ideas que fueron la base de su triunfo.

Indicó que aunque popularmente el transfugismo se asocia a la traición, Finjus lo ve como “una manifestación de disidencia política, con el inconveniente de que origina un desbalance a nivel democrático y constitucional”.

Agregó que es por eso que hace un llamado a la sociedad a mantener su atención en este fenómeno que daña la democracia, y a elevar la voz para que los órganos competentes adopten las regulaciones adecuadas para que la conducta ética y política de los partidos y sus integrantes sea coherente con los valores democráticos reclamados por décadas.

“La solución no reside en vulnerar el derecho a la participación política, sino que, dentro de marcos razonables y proporcionales, se establezcan los límites lógicos que desestimulen el transfuguismo”, dijo.

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