El vicepresidente de la Fundación Institucionalidad y Justicia (Finjus), Servio Tulio Castaños Guzmán, manifestó ayer que quien sea escogido presidente de la Suprema Corte de Justicia (SCJ) deberá asumir una “posición política”, ya que se trata de la cabeza de uno de los poderes del Estado.
“Una cosa son los jueces de la Suprema Corte de Justicia, pero el presidente tiene que tener unas características especiales, porque esa es una posición política, él es el presidente de un poder del Estado”, recalcó.
El jurista señaló que, pese a las bien intencionadas aspiraciones de amplios sectores de la sociedad que desean que el escogido sea alguien independiente e imparcial, el mismo “debe estar consciente de que es a una posición política a la que él va”.
Esta consideración viene a propósito de la decisión “irrevocable” del actual presidente de dicha alta corte, Mariano Germán Mejía, de no continuar formando parte de la misma, determinación que le fue comunicada mediante una carta al Consejo Nacional de la Magistratura.
Es inútil demoler puntos. Castaños Guzmán se refirió a la demolición de alegados puntos de drogas en Baní, Peravia, expresando que estas acciones “no tienen sentido” y son un “gasto de recursos innecesario”.
A su juicio, la manera correcta de proceder contra el narcotráfico es atacando a la estructura de estas organizaciones delictivas, sometiendo a sus miembros y saneando a la instituciones públicas encargadas de librar esta lucha.