Finjus y Pou culpan a políticos de los males caotizan PN

Finjus y Pou culpan a políticos de los males caotizan PN

El vicepresidente ejecutivo de la Fundación Institucionalidad y Justicia (Finjus), Servicio Tulio Castaños, culpó a los políticos dominicanos del malestar que prevalece en la Policía Nacional, mientras que el experto en seguridad Daniel Pou consideró que no puede darse una efectiva reforma policial mientras la Policía Nacional siga dependiendo de la Presidencia de la República.

El jurista Castaños consideró que a la Policía entran los más malos, por la facilidad que tienen para obtener un arma de fuego y lamentó que el Ministerio Público no quiera controlar a esta institución del orden, como es su función.

Asimismo declaró que en la entidad existen muchos generales que deben ser puestos en retiro, así como cientos de miembros de menor rango, pero siguen activos porque la entidad no tiene recursos para pagarles las prestaciones.

También favoreció que en la nueva Ley de la Reforma Policial, aprobada recientemente en el Senado de la República, se establezca que los agentes pertenecen a la ARS del Estado, en el Seguro Nacional de Salud (Senasa), para que la decisión no sea por decreto y no pueda darse cambio de manera administrativa.

La realidad de la institución del orden fue debatida en la mañana de ayer en el “seminario sobre la Reforma Policial y Seguridad Ciudadana”, en un encuentro de abogados y expertos en el tema con periodistas y profesionales de la comunicación social en el hotel Sheraton.

Daniel Pou. El politólogo planteó que de la nueva ley orgánica que antes se quería aprobar en la Policía, lo único que se pudo rescatar era el interés que tenían miembros de las Fuerzas Armadas de pasar a la Policía, así como algunos reglamentos que se actualizaron y se volvieron más voraces, porque se empezaron a manejar los reglamentos que tenían que ver con los especialismos.

Opinó que los ascensos se convirtieron en el “vellocino de oro de la Policía”, ya que cuando un oficial, como teniente coronel, con un sueldo de RD$18 mil al mes pasaba a la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET), el sueldo le subía a RD$80 mil. “Eso se consideraba un especialismo, aunque ese señor no supiera un pito de cómo se diseña una calle, cómo se viabiliza una calle”.
En otra institución del Estado, dijo Pou, muchas veces al agente le pagaban una

compensación y al mento de jubilarlo tenían que tener en cuenta ese incentivo, lo que trajo como consecuencia, que “defondaron la institución encargada en la Policía de hacer acopio de los recursos para las jubilaciones”. Dijo que el especialismo se convirtió en parte de la estructura y de la dinámica clientelar-política que empezó a desarrollarse en la Policía Nacional.

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