Comunidades inundadas, viviendas sin techo, puentes rotos, vías destruidas y bloqueadas, derribos de árboles y el 60% del tendido eléctrico deteriorado en la Altagracia por el paso del huracán Fiona en el Este y en el Cibao. Esa provincia El Seibo, Hato Mayor y Samaná fueron las zonas que golpeó con más saña.
El Consorcio Energético Punta Cana-Macao (CEPM) dio a conocer las cifras de los daños al sistema.
El Ministerio de Agricultura reportó que la producción agropecuaria sufrió daños graves, que evalúan y que los vientos y las inundaciones afectaron fincas ganaderas, plantaciones de plátano, de yuca, cacao, arroz, vegetales y frutales.
Desgarrón de Fiona
Fiona atacó el Este desde las 3:05 de la madrugada, de acuerdo con el Comité de Operaciones de Emergencias. Entró por Cabo San Rafael, con vientos de 140 kilómetros por hora.
Las autoridades indican que en La Altagracia entre un 40 a un 50% de los postes del tendido eléctrico se fueron al suelo, lo que bloqueó calles. El 90% de letreros y vallas comerciales fueron destruidos. Las zonas más vulnerables quedaron inundadas.
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El senador Virgilio Cedano dijo que durante uno de sus recorridos, pudo observar que los daños son cuantiosos y que era casi imposible desplazarse por las calles y carreteras, debido a la gran cantidad de escombros.
“Estamos procediendo a hacer el levantamiento formal de los daños hasta donde la situación nos lo permita. No podemos pasar los puentes para llegar a los barrios, porque el río está muy alto, y con tanta agua, los puentes se debilitan», dijo el legislador.
En Higüey, el pánico atacó a los moradores de barrios vulnerables, como Antonio Guzmán, La Florida, Las Cucarachas, Los Soto Bajo, Villa Cerro, Pepe Rosario, ante la crecida de los Ríos Duey y Quisibaní, que rodean las zonas.
En provincia de El Seibo, la situación era muy similar. Fiona se ensañada con las casas de madera, con techo de zinc, algunos levantados por los vientos. La gente clamaba, desprotegida, al ver sus pertenencias dañadas. “Tenemos muchas casas destechadas y árboles en el suelo, y gran parte del tendido eléctrico”, expresó el senador Santiago Zorrilla. Dijo que no había perdidas humanas.
En Miches, el río Yeguada entró al pueblo. La Defensa Civil tuvo que emplearse a fondo para sacar a la gente de sus casas, y evitar tragedias. Entre las áreas más impactadas están Santa Cruz de El Seibo, El Cedro y sus zonas aledañas.
En Samaná, Fiona dejó una catástrofe, según su gente. “Los vientos han hecho graves daños a la propiedad, hay personas sin techo, muchos están en los refugios. Preparamos un plan de contingencia para ayudar a los damnificados”, describió el senador Venerado Castillo.
Los aguaceros dejaron inundados al municipio Santa Bárbara, al distrito municipal El Limón, Las Galeras y Las Terrenas, al noreste de Samaná.
Desde temprano, la intensidad de las lluvias mantenía crecidas las corrientes del río Maguá y del arroyo Paña-Paña. Organismos de rescate hicieron esfuerzos para salvar los ciudadanos en peligro.
Castillo afirmó que muchas viviendas fueron afectadas, lo mismo que los postes del tendido eléctrico, y tenían muchos damnificados en albergues y casas de familiares.
Del estado de las carreteras y los caminos vecinales, indicó que estaban incomunicados los tramos de Hato Mayor-San Pedro; Hato Mayor-Sabana de la Mar.
Lugareños reportaron que el servicio de energía eléctrica estaba suspendido en su totalidad en Hato Mayor. Comercios fueron afectados por las ráfagas de viento que destruyeron sus cristales.
El diputado Saury Mota solicitó al presidente Luis Abinader que declare en estado de emergencia la provincia. “Entre los sectores más afectados están los barrios de la zona norte, Los Multis, Sabana,Hatillo, Gualey, Parque Central. Las lluvias han provocado que el servicio eléctrico sea muy afectado, y viviendas destruidas e inundadas, y muchas personas han dejado su hogares”, dijo Mota.
Los congresistas coincidieron en que lo más importante era socorrer y atender a todas personas que necesiten servicios de emergencia, suplirles de agua potable y alimentos en los refugios, y ayudar a los desplazados a otros hogares, para entonces entrar a la fase de reparación de viviendas y reconstruir casas destruidas junto con el gobierno central.