Tras ser allanado su apartamento, debido a 115 denuncias y cuatro querellas por estafa en contra del matador, y encontrarse 38 becerros y 16 chivos, el dueño de los animales, identificado como Charles Núñez García, estaba esposado.
Sin embargo, pidió permiso para ir al baño y como era diabético, el fiscal a cargo de la escena, se condolió y le concedió quitarle las esposas. Con esta decisión Omar Álvarez selló su camino a la muerte.
Núñez, en vez de ir al baño a inyectarse insulina, salió de ahí con un arma y atacó al fiscal, quien murió.
Moradores del sector calificaron a Núñez como una persona muy mala.
Sobre el fiscal. Deja varios hijos en la orfandad. Su esposa está embarazada de ocho meses y Álvarez esperaba con ansias el nacimiento de su bebé.