El Ministerio Público que acusa a 22 personas (militares, policías y civiles) de participar en la matanza de siete colombianos en Paya, por una alegada traición de 1,300 kilos de cocaína, sorprendió ayer al tribunal cuando desistió de llamar a declarar a sus dos testigos estelares: el general Napoleón Terrero y el coronel Elvis Soriano Familia, pese a que el primero presidió la comisión que interrogó a los marinos imputados en el crimen.
Mientras que en una acción no explicada, aunque no subió a estrado, como está previsto en la lista de testigos, el coronel Soriano Familia se presentó a media mañana a la Fiscalía del Distrito Nacional, escoltado por un grupo de agentes, algunos con el rostro encubierto, quienes se encargaron de impedir que el oficial de la Policía, adscrito a la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), fuera interrrogado por los periodistas.
Sus espalderos con pasamontañas evitaron que periodista le preguntaran al coronel Soriano Familia por la acusación que le hizo la imputada Sobeida Félix Morel, compañera sentimental del presunto narcotraficante, quien lo responsabilizó de lo que pudiera ocurrirle a ella y a su familia. Un agente le retiró el micrófono a otra comunicadora que insistía en que el coronel hablara del bulto, en referencia al bulto que Sobeida alega que faltaba la noche del allanamiento a uno de sus dos apartamentos en la torre Alco Paradiso, en el que se argumentó que habría US$1,6 millones. El coronel Soriano Familia, uno de los cuatro agentes que la DNCD designó para investigar el crimen de Paya, llegó con lentes oscuros. Daba la impresión de estar custodiado. No pronunció una palabra y de inmediato fue introducido al despacho del fiscal del Distrito Nacional, Alejandro Moscoso Segarra.
En tanto, el general Terrero no acudió al juicio que conoce el Tercer Tribunal Colegiado del DN.
Primer testigo del día. El sargento mayor de la Marina de Guerra Juan Santana Beltré depuso en contra del destituido coronel de su institución Miguel Peña Figuereo, de quien dijo que previo a la matanza de Paya, el 4 de agosto del 2008, le llevó a reparar un fusil M-6, el que según el Ministerio Público usaron en el crimen, y luego le pidió que no revelara el trabajo realizado.
Las claves
Escándalo con el testigo
El testigo del Ministerio Público Gregorio Vilorio Pérez (Darío y Gasolina) admitió ante los jueces que fue interrogado por la matanza de Paya, que realizaba viajes ilegales por los que pagaba 3,000 pesos al extraditado mayor Carlos Rossó Peña y que fue allanado por la DCND. Confirmó que compró de mano del ex sargento Antonio Manuel Roche Pineda (Kiko) cinco fusiles que habrían sido utilizados en la matanza, para luego venderlos. Roche Pineda lo negó y dijo que ese imputado debería estar preso. Pese a las revelaciones, el testigo salió libre del tribunal.
Montás rechaza
El imputado José Luis Montás (El Duro Motors) negó que el testigo Abel Damirón Soto fuera su chofer, como se publicó en la prensa.