La fiscal del Distrito Nacional, Yeni Berenice Reynoso, le enrostró al exdirector de Prisiones, Mario Acosta Santos, haber puesto en peligro la seguridad de los fiscales que investigaban al recluso Pascual Martínez Cordero (El Chino) por lavado de activos y narcotráfico, al aceptar recibir un soborno de un millón y medio de pesos.
Le reclamó al exfuncionario -enviado a tres meses de prisión preventiva por este escándalo- que mientras los investigadores buscaban las pruebas contra Martínez Cordero, él hiciera prevalecer su condición de servidor público para cometer actos de corrupción.
Reynoso se quejó en el tribunal y ante Acosta Santos de que mientras los fiscales y procuradores se sentaban en la mesa a trazar la investigación, él se reuniera en restaurantes con el amigo de Cordero Martínez, José Alexis Jiménez, a comer e ingerir bebidas valoradas en 5,000 y 6,000 pesos, y recibiera un pago adelantado de 968 mil pesos, más otros 30 mil pesos que le había dado antes. Asimismo, la fiscal negó que Acosta Santos no fuera investigado ni llamado ni interrogado sobre los hechos de soborno que se le imputan como asegura, porque él sabe que en su oficina pasó tres horas de interrogatorio. Además, la fiscal dijo que Acosta Santos envió una carta exponiendo su versión al cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez.
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Jiménez Peña supo
Radhamés Jiménez Peña, cuando era procurador general, fue enterado del caso de soborno a Marcio Acosta Santos, por lo que le solicitó su renuncia al cargo de director general de Prisiones, pero no lo canceló. Durante la audiencia de coerción contra Acosta Santos, el procurador adjunto Bolívar Sánchez dijo que Jiménez estuvo al tanto del caso. La fiscal Reynoso dijo, molesta, que le presentó el caso a Jiménez Peña.