A las 3:40 de la tarde ayer, una hora después de que el Tercer Tribunal Colegiado aplazara el juicio de fondo, el Ministerio Público que dirige Francisco Polanco retenía en la Fiscalía del Distrito Nacional a los ex marinos Jorge Luis Chalas y Andrés Tapia Balbuena, imputados por la mantaza de Paya, con quienes trataría de que acusen a los ex oficiales vinculados al asesinato de siete colombianos.
Mientras en el parqueo de la parte trasera del edificio de la Fiscalía, a esa misma hora Polanco había dispuesto mantener en el vehículo al sobreviviente de la matanza de Paya, el nicaragüense Orin Clinton Gómez, quien, molesto, se quejó de que el procurador adjunto lo mantuviera a esa hora esposado y sin comer.
Gómez se preguntaba por qué Polanco lo obligaba a permanecer en esas circunstancias y repetía que, al parecer, negociaba en ese momento con Chalas y Tapia Buena.
La reunión ocurre luego de que en la anterior audiencia el Ministerio Público le solicitara a los jueces variar la calificación jurídica de tres de los ex marinos vinculados al crimen, y que en el caso de Chalas y Tapia Balbuena se les cambiaran los cargos de cómplices de asesinato por autores materiales de asesinato.
La primera voz de alarma del encuentro entre los fiscales que sustentan la acusación y dos de los 22 imputados del múltiple crimen la dio el abogado. Una hora después, Chalas y Tapia Balbuena continuaban recluidos en una oficina cercana a la secretaría de la Fiscalía, custodiada por varios militares, policías y agentes de la seguridad de los fiscales. Los dos ex marinos no fueron trasladados al recinto donde cumplen prisión preventiva, en el Centro de Operaciones Especiales, en Manoguayabo, como se acostumbra al concluir la audiencia. Polanco y los demás integrantes del Ministerio Público rechazan que intenten poner a los marinos en contra de sus ex superiores, para lograr una condena más grave.
Jueces rechazan citar testigo. Los jueces Alina Mora, Natividad de los Santos y Rafael Pacheco le negaron ayer el pedimento de la defensa de Luis Lara, de citar a Esteban Novoa, pretendiendo probar que la jeepeta blanca introducida a la casa de los colombianos muertos el 4 de agosto de 2008 no era propiedad del imputado.
Ayer fue interrogada la abogada y hermana de Lara, Raysa. Declaró que los bienes de su hermano son una casa de 4.5 millones de pesos, dos vehículos y un negocio con local rentado. Negó que él tenga bienes ilícitos.
Revelación de Raysa. El Ministerio Público objetó que Raysa hablara de Emilio Basilio Victoria, empleado de uno de los colombianos asesinados. Pero al salir del tribunal afirmó que Basilio le confesó que el Minsterio Público le solicitó que memorizara la placa de una jeepeta para involucrar a Luis Lara.
Las claves
1. Coraje de Orin
Orin Clinto, sobreviviente de la matanza de Paya, insinuó que el procurador adjunto Francisco Polanco negociaba con Chalas y con Tapia Balbuena, mientras él, al llegar la tarde, no había comido. Dijo que desde las 7:00 de la mañana apenas había tomado un café.
2. Aire acondicionado
El acondicionador de aire de la sala modelo del juicio está dañado.