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POR TANIA HIDALGO
En el mes de noviembre 3,812 ciudadanos requirieron los servicios de las diez fiscalías barriales instaladas en el Distrito Nacional. De esa cantidad, 1,452 fueron denuncias por diferentes hechos, entre los que se destaca la violencia contra la mujer que alcanzaron 271 casos, representando un 18.7 para reflejar una reducción en ese renglón respecto al mes de octubre.
En tanto, fueron conciliados 371 casos, lo que representa un 25.5 por ciento.
El fiscal del Distrito Nacional, al referirse a esas estadísticas, precisó que ello destaca el liderazgo y la confianza de los usuarios en los representantes del ministerio público, quienes actúan en cumplimiento a los artículos 2 y 37 del Código Procesal Penal, que establece la conciliación como solución alternativa de los conflictos.
De las denuncias recibidas, sólo 47 produjeron sometimientos judiciales para un 3.2 por ciento, completando un 29 por ciento de casos procesados, en tanto que el restante 71 por ciento está en trámite de solución.
Del total de casos de violencia contra la mujer en el mes de noviembre, las fiscalías barriales fueron apoderadas del 53.2 por ciento y el restante 46.8 por ciento lo hicieron a través de denuncias ante la Unidad de Atención y Prevención de la Violencia, ubicada en la avenida Rómulo Betancourt.
Las denuncias por golpes y heridas ascendieron a 36, para un 2.5 por ciento; 51 casos corresponden a demandas por pensión alimenticia de menores (3.5%); por estafa, 30 denuncias (2.1%); amenaza 224 (15.4%), agresión física 119 (8.2%), robo simple 143 (9.8%), abuso de confianza 90 (6.2%), robo agravado 81 (5.6%), difamación e injuria 29 (2.0%), trabajo pagado y no realizado/realizado y no pagado 90 (6.2%), conflicto entre vecinos 85 (5.9%) y 203 otros (14.0%).
Estos datos reflejan la gran importancia que tienen las fiscalías barriales, que permiten el rápido acceso a la justicia de los moradores de los barrios de la capital, en donde tienen la oportunidad de dirimir sus conflictos con la intervención de los miembros de los voluntariados, que son líderes comunitarios en su propia comunidad, precisó Hernández Peguero.
