SAN ANTONIO (EFE).- El base Derek Fisher anotó sobre el pitido final la canasta milagrosa que permitió Los Angeles Lakers derrotar 74-73 a los Spurs de San Antonio en el quinto partido de la semifinal de la Conferencia Oeste que ahora ganan por 3-2.

Los árbitros tuvieron que ver la jugada en el vídeo de televisión para establecer que cuando el balón salió de la mano de Fisher todavía no se había consumido el tiempo reglamentario y conceder la canasta como válida.

Sin embargo, los espectadores abuchearon a los árbitros porque pensaron que la acción fue muy ajustada y podrían haber decidido lo contrario.

El sexto partido se jugará el próximo domingo en el Staples Center de Los Angeles y si los Lakers consiguen la victoria se habrán clasificado para las finales de la Conferencia Oeste.

La canasta de Fisher, que anotó ocho puntos, se produjo después que el alero Tim Duncan también hubiera anotado otra espectacular con sólo cuatro décimas de segundo para que terminase el tiempo reglamentario y que puso a los Spurs con la ventaja parcial de 73-72.

«Una canasta de suerte se merece otra de la misma forma», declaró de manera irónica el pívot Shaquille O’Neal, que jugó uno de sus peores partidos como profesional.

El escolta Kobe Bryant, con 22 puntos, volvió a ser el líder indiscutible de los Lakers, que tuvieron un 43,1 por ciento de acierto en los tiros de campo.

El alero Devean George lo apoyó con 16 y O’Neal se quedó con 11 tantos y 11 rebotes, mientras que el alero Karl Malone capturó 12 balones bajo los aros y anotó siete tantos.

«La mayoría de las veces la última jugada no es para mí, pero es algo muy especial el haberlo conseguido porque habíamos dejado escapar una ventaja grande, pero al final demostramos como hemos luchado durante toda la temporada», destacó Fisher.

Duncan fue el máximo encestador para los Spurs al conseguir 21 puntos, 21 rebotes y dos asistencias; el base francés Tony Parker aportó 15 y el reserva Devin Brown logró 11 para ser los tres únicos jugadores de los Spurs, que tuvieron un 38,2 por ciento de acierto en los tiros de campo, los únicos que lograron doble dígitos.

El partido careció de calidad técnica con fallos constantes por ambos equipos y sólo la emoción y la espectacularidad de las dos últimas canastas consiguió retener la atención de los espectadores.