Los restos del médico fisiatra Sergio Rafael Rojas Soriano, 52 años, asesinado el martes frente al Jardín Botánico, fueron sepultados ayer en el cementerio Puerta del Cielo.
En el panegírico, el abogado y primo del médico José Bergés, dijo que confía en que los ejecutores sean apresados por la Policía y en que sobre todos los responsables de este horrendo hecho recaiga la justicia terrenal y la justicia divina.
Estaban inconsolables en el camposanto la viuda, Belkis Martín, y los hijos de ambos, Emil José, Elisa Teresa, Carlos José y Luis Daniel, así como su padre Sergio Rojas Sosa (Saro).
Bergés dijo que quienes asesinaron al médico saben el especial valor de la vida humana y, por lo tanto, qué representaba para su familia, amigos y hasta la sociedad que hoy clama indignada el descubrimiento de ese asesinato.
A su juicio, el galeno, que tenía consulta en centros, será recordado por haber sido un hombre laborioso, solidario, de temperamento firme y profesionalmente comprometido.