Fisuras para drenaje

Fisuras para drenaje

Esta rendija periodística ha sido durante años un desagüe de mis humores. Gracias a esta columna no he tenido necesidad de acudir al psiquiatra. Logré contar aquí, en “Vida de María Totuma” (23/4/2013), la extraña historia de una mujer pobre con un quiste enorme en la frente; un médico generoso la operó, liberándola del horror permanente que llevaba en la cara. Al verla embellecida y feliz, el marido, trastornado por los celos, la abandonó. Al sacar de mi interior esas “pulsiones”, A Pleno Pulmón funciona como drenaje emocional y me produce una “purificación” catártica. Igualmente, la historia de un loco manso, en la ciudad colonial, que “sembró tres relojes”: uno despertador, otro de pulsera y uno de bolsillo, para cultivar “el árbol del tiempo”.
Los dolores por causa de mi país, también han encontrado “ungüento expresivo” en este espacio de palabras contadas. Las locuras de los políticos dominicanos, su irresponsabilidad administrativa y falta de previsión, indignan montones de ciudadanos que no tienen medios para manifestar su rechazo e impotencia. Y lo mismo ha ocurrido con los conflictos sociales, políticos, culturales, entre dominicanos y haitianos. Los problemas provocados por los inmigrantes sin documentos, las “presiones internacionales” que recibe nuestro país, los he tratado en numerosos artículos. Tengo la esperanza de haber sido útil para la intelección de esos peligrosos enfrentamientos.
En esta época de grandes cambios tecnológicos, de desplazamientos sociales en masa, la política ha modificado su carácter en muchísimos países. Esas transformaciones incitan al periodista a investigar asuntos complejos, de difícil comprensión. Comentar esos temas es un reto para la inteligencia y, desde luego, un desafío para la comunicación apropiada. De modo que, además de los “desahogos”, he tenido estímulos para el trabajo y excitantes de la imaginación. Una suerte para mí.
El colmo es que la poesía y el pensamiento filosófico tengan cabida a esta comprimida sección de la página dos. Entre tantas noticias ingratas y ásperas luchas de intereses, los asuntos artísticos no deberían ser olvidados. Ayudan a mantener “la integridad de la persona” y la salud mental. Los beneficios de la lectura son conocidos por todos y no necesitan ser subrayados. Pero los del drenaje de la escritura no son tan visibles.

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