El sistema bancario dominicano presentó durante el 2017 una alta correlación entre el crecimiento real del crédito privado y el Producto Interno Bruto (PIB). Mientras que las perspectivas para el presente año presentan un ligero deterioro por mayor expansión en créditos retail y mayores presiones inflacionarias (aumento petróleo y efectos menores de medidas de flexibilización monetaria).
El crecimiento real del crédito privado durante el 2017 fue de 5.8%, impulsado a partir del tercer trimestre de ese año por las medidas de estímulo monetario (reducción de la tasa de referencia del Banco Central y del encaje legal).
El segmento de consumo ha ganado mayor participación, registrando un crecimiento de un 26% el año pasado, lo que significa que los bancos han ido profundizando más en este tipo de crédito a costa de una menor participación del crédito comercial, lo que se entiende es una búsqueda de una mayor rentabilidad por parte de la banca.
En tanto, el crédito destinado a los sectores de la construcción y de las pequeñas y medianas empresas se deprimió.
Uno de los factores a que se atribuye la caída en el sector construcción es a la aprobación de la Ley 155-17 contra Lavado de Activos y Financiamiento al Terrorismo, ya que muchos proyectos de construcción se frenaron porque las viviendas, especialmente las de lujo, son adquiridas con efectivo.
Así lo explicó la directora de Instituciones Financieras de Fitch Ratings, Larisa Arteaga, durante la presentación que realizó recientemente la agencia calificadora sobre las perspectivas macro y soberana del país dentro del contexto latinoamericano, seguido de las presentaciones de los analistas locales/regionales sobre los principales retos que durante el 2018 enfrentan sectores claves de la economía dominicana.
Explica que a pesar de que el crédito privado a abril del presente año es mayor (1%) al registrado en ese mes en 2017 (0.5%), no se espera que en 2018 sea mayor a dos dígitos, a pesar de que se pronostica un aumento del PIB.
Indica, además que en ese año la rentabilidad del sector se mantuvo alta y resistente, no obstante se observa una tendencia a la baja en los últimos 10 años por margen financiero más estrecho y mayores provisiones.
Puntualiza que la rentabilidad de la banca local es más alta que en los demás países de la región con su misma calificación soberana, BB-, como son Costa Rica y Guatemala.
Dentro de las fortalezas de los bancos dominicanos destaca que están bien capitalizados, a niveles muy por encima del mínimo regulatorio y del promedio de bancos latinoamericanos.
Además, tiene una liquidez adecuada y estable.
Indica que el 81% de los préstamos es financiado con depósitos, mientras que las tenencias de efectivo cubren 19% de los compromisos de corto plazo.