Entre tu agenda de trabajo llena, cuidar a tus hijos, hacer diligencias y los otros cientos de cosas que tienes que hacer en un día, es fácil olvidar la cantidad de estrés a la cual estás realmente sometido; pero tu cuerpo sí está consciente de esto. Y lo más peligroso de eso es que, todo ese estrés puede iniciar una reacción en cadena de problemas de salud. Cuando te estresas con regularidad, tu sistema nervioso se mantiene afectado, por esta razón, aun pequeñas cantidades de estrés te pueden hacer sentir muy alterado. Además, el estrés crónico puede afectar tu sistema inmunológico y hacer que cualquier condición de salud que tengas, empeore. Por eso es tan importante aprender a cultivar una rutina de relajación que seguir cuando tu vida está más agitada. Aprende a cultivar la calma con estas simples sugerencias:

Busca los signos. La mejor forma de manejar tu estrés es evitando que se forme. Pero puede ser difícil notar cuando estás altamente estresado, ya que algunas veces los signos pueden ser sutiles. Las personas muchas veces no se dan cuenta de que el estrés puede afectar la calidad del sueño; podrías estar durmiendo ocho horas, pero no un sueño profundo, por lo tanto siempre te sentirás agotado. Otras señales a las que debes estar alerta son aumento de peso y dificultad para perderlo, hipertensión, dolor crónico, etcétera.

Ejercítate

Hacer ejercicio ayuda a balancear las hormona del estrés (además de ayudarte a quemar calorías en el proceso). Cuando hagas el enfriamiento o cool down de tu rutina, coloca música suave; tus ondas cerebrales se pondrán en sintonía con el ritmo lento de la musica, poniéndote en un estado meditativo. Merienda saludablemente: cuando estamos estresados, lo más natural es que tengamos deseos de comer alimentos altos en azúcar, pero precisamente en estos momentos es más importante aún que sigas tu dieta saludable. Las comidas altas en azúcar elevan tus niveles de glucosa en la sangre, haciéndote sentir más acelerado. Algunas recomendaciones alimenticias serían las frutas con altos niveles de vitamina C, ya que éstas reducen los radicales.

Manos a la obra

En esta ocasión te invito a que trabajemos tus hombros con unas elevaciones laterales. Solo necesitas unas pesas que que tengan un mínimo de 3 a de 5 libras cada una y de ahí en adelante, puedes agregar el peso que puedas manejar.

La rutina de hoy

Paso 1

Coloca tus brazos estirados a cada lado del cuerpo (flexionando ligeramente tus codos y manteniéndolos así, durante todo el ejercicio). Contrae tu abdomen, proyecta tu pecho hacia delante y tus glúteos hacia atrás. Las palmas de tus manos hacia dentro.

Paso 2

Lentamente y con un movimiento controlado, eleva tus brazos hasta llegar al nivel de tus hombros. De esta misma forma regresa a la posición inicial, sin apoyar las manos y pesas de tus muslos. Repite todo lo anterior en tres sesiones de 12 a 15 repeticiones cada una.