Hay un grupo alimenticio que nos resulta más difícil controlar que los demás, y que muchas veces consumimos en grandes cantidades como recompensa emocional, en nuestras actividades sociales y como parte esencial de cada una de nuestras comidas. Son los carbohidratos.
Estos hábitos alimenticios muchas veces se interponen en nuestra meta de tener una figura sana y delgada.
Los carbohidratos elevan los niveles de serotonina en el cerebro, un químico que nos ayuda a sentirnos bien y nos proveen de la energía necesaria para realizar nuestras actividades. Dicho esto, los carbohidratos no son malos, el problema está en consumir los carbohidratos refinados, que están llenos de calorías vacías y pueden hacer decrecer tu metabolismo. En cambio, las proteínas requieren de más energía para digerirse que los carbohidratos y además te ayudan a construir masa muscular magra, por lo que pone tus motores internos en acción. Trata de consumir al menos 50 gramos de proteína al día y más si te ejercitas vigorosamente: consume huevos, carnes magras, pescados y productos lácteos sin grasa en cada comida y merienda.
Al escoger tus carbohidratos se exigente, opta por pan y pasta integral que tienen más vitaminas, minerales y fibras que los carbohidratos hechos con harina refinada. Está demostrado que aquellas personas que consumen alimentos con fibra tienen menos grasa abdominal peligrosa (que es la que está relacionada con la diabetes y a problemas cardiovasculares) que quienes consumen menos fibra.
Consume tus carbohidratos en el día, de preferencia en la mañana (una taza de avena integral o tostada).
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Importancia del desayuno balanceado
Un desayuno balanceado a base de huevos, tostadas integrales y frutas mantendrán bajo control tu apetito día y noche.
Para obtener la misma sensación placentera de la serotonina que te producen los carbohidratos, abre las cortinas y ventanas desde que te levantas. La exposición a la luz del sol aumenta tus niveles de serotonina en la sangre.
Manos a la obra
Dominada frontal
Este ejercicio es uno de los mejores modos de fortalecer espalda, la parte frontal de los hombros y los bíceps, y es una prueba efectiva para medir tu fuerza y tu resistencia. También, de manera indirecta, se trabajan los abdominales. Puedes valerte de alguien que te ayude, sosteniéndote los pies para darte apoyo psicológico.
La rutina
Con el rostro frente a la barra, cuélgate de ella sin hiper-extender (estirar por completo) tus brazos. Empieza a elevarte lentamente, cargando el peso de tu propio cuerpo, hasta que lleves la barra aproximadamente al nivel de tu nariz. Este ejercicio también puede servirte como un excelente calentamiento antes de tu rutina de entrenamiento, para preparar toda la parte superior de tu cuerpo.