Todos conocemos los beneficios de los ejercicios cardiovasculares y sabemos también lo que pueden hacer las pesas por nosotros, pero difícilmente sabemos cuáles son los beneficios de estirar cada parte de nuestro cuerpo.

Por consiguiente le prestamos muy poca atención a los estiramientos en nuestra rutina de ejercicios y estos deben ser tan importantes como todo lo demás, ya que estirar, nos provee de múltiples beneficios, desde nutrir nuestras articulaciones hasta aumentar la cantidad de fluído sinovial (que es como el aceite, por así decirlo, de nuestras articulaciones), hasta aumentar nuestra flexibilidad y también mejorar nuestro rango o extensión de movimiento (lo que significa que los miembros y las articulaciones podrán ir más lejos sin dolor ni sensaciones de incomodidad). También se ha comprobado que estirar (combinado con nuestro entrenamiento de pesas) agrega fortaleza a nuestros músculos. Más beneficios de los estiramientos:

Nos ayudan a evitar lesiones comunes, como tirones musculares, torceduras, tendinitis y molestias en las articulaciones.

Pueden ayudarnos en problemas como la fascitis, síndrome del túnel carpiano, gases, insomnio, dolores menstruales, ciática, estrés, dolor de cabeza, dolor de espalda, tendiditis, entre otros.

Reducen la tensión muscular y relajan el cuerpo.

Mejoran la coordinación de tus movimientos.

Mejoran el conocimiento de tu cuerpo.

Mejoran y agilizan la circulación y la oxigenación del músculo y por lo tanto su recuperación.

Estirar después del ejercicio previene el endurecimiento muscular.

Mitos sobre el estiramiento

Sin dolor no hay ganancia

Esta es una frase muy usada en el fitness pero en los estiramientos no aplica. Tu stretching o estiramiento debe ser relajante, nunca doloroso, es normal sentir una ligera molestia en el músculo que se está estirando, pero esto irá disminuyendo a medida que tus músculos y ligamentos se vayan estirando en la posición. Si sientes dolor intenso debes suavizar un poco.

Manos a la obra

Vamos a trabajar en esta entrega, el tricep, motivo de tortura para muchos cuando llega el momento de decir, bye, bye y esa parte posterior de nuestro brazo cobra vida propia y se mueve de un lado a otro. Si tienes una bola como la que estamos utilizando hoy, un banquito o silla y una mancuerna (de 5, 8 o 10 libras) estás listo para entrenar el triceps.

La rutina

Paso 1

Colocando el brazo que carga la pesa en ángulo de 90 grados y colocando la mancuerna detrás de la cabeza (manteniendo el brazo firme sin tambalearse (ayúdate, para esto, de la otra mano) inicia el ascenso de la mancuerna hasta que estires el brazo

Paso 2

Al subir contrae el triceps y luego baja lentamente controlando el movimiento. Repite tres series de 15 movimientos en cada brazo.