Siempre hemos oído que las grasas son tan dañinas que nos ponen en riesgo de muerte, por lo que tratamos de apartarlas lo más posible  de nuestra alimentación. Pero ¡no tanto!, no   todas las grasas son perjudiciales. Es más, ¿qué dirías si supieras que existen grasas que nuestro organismo requiere para el buen funcionamiento del metabolismo? Las vitaminas liposolubles requieren ir acompañadas de la ingesta de alimentos grasos para ser absorbidas correctamente por el organismo. Además, ha sido comprobado que el consumo moderado de grasas en una parte del día, satisface esa necesidad y evita la ingesta excesiva durante el resto de la jornada.

Las grasas se dividen en dos grupos, las grasas saturadas (principalmente grasas animales) y las grasas insaturadas (vegetales, aceite de oliva, pescado).

Un consumo elevado de grasas saturadas supone dar vía libre a los enemigos de nuestra salud (responsables en parte del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares). Por el contrario, el consumo en la cantidad suficiente de grasas insaturadas constituye un aliado en la prevención de éstas y de otras enfermedades.

Esas grasas que llamamos saludables son básicamente las insaturadas y se encuentran fundamentalmente en las grasas de origen vegetal (aceite de oliva virgen) y en el pescado (Omega 3), y su consumo regular es indispensable para mantener una dieta saludable y equilibrada.

Una alimentación rica en ácidos grasos insaturados disminuye el riesgo de padecer muchas enfermedades, especialmente las cardiovasculares.

¿Dónde acumulan grasa  hombres y  mujeres?

Los hombres tienden a acumular grasa en la parte media del cuerpo (forma de manzana), mientras que las mujeres típicamente acumulan grasas alrededor de la región pélvica, cintura, cadera y glúteos (forma de pera). Sin embargo, las mujeres tienden a desarrollar una forma de manzana en su edad media, luego de la menopausia.

Manos a la obra

Ejercita tu abdomen adecuadamente. La caja abdominal es un grupo músculo-esquelético como lo puedan ser el pectoral, el dorsal o el cuadriceps, y como tal debe ser tratado. De la misma forma que en un entrenamiento no hacemos quinientas repeticiones de pectoral, no tiene sentido tampoco hacer quinientas abdominales. En este caso cuenta la calidad de los ejercicios, no la cantidad. La clave para reducir grasa abdominal está en tres pilares fundamentales: tonificación, ejercicio cardiovascular y la dieta, que es crucial. La genética juega un punto muy importante, pero lo que en última instancia nos permitirá limpiarnos de la grasa sobrante es la alimentación.

La rutina

Colocándote boca arriba sobre una colchoneta o  una toalla gruesa. Extiende brazos y piernas ligeramente flexionadas, separados del suelo. Sostén firmemente entre tus manos un balón con peso o unas mancuernas.

Desliza tus brazos hacia la parte media de tu cuerpo y las piernas flexionadas también se movilizan hacia tu tronco. Regresa a la posición inicial sin apoyar brazos y piernas en el suelo, manteniendo todo el tiempo la contracción en el abdomen y la barbilla despegada del pecho. Realiza tres series de 15 repeticiones cada serie, aumentando gradualmente  las repeticiones, para mayor tonificación del abdomen.