Temprano en la evolución humana el hambre y la privación de alimentos eran constantes amenazas a la supervivencia, así que el cuerpo se adaptó a esta situación extrema guardando grasa en el cuerpo, y a quemar menos calorías cuando no aparecían los alimentos con facilidad, al igual que los osos en hibernación. Cuando pasas el día completo sin comer o te saltas comidas, tu cuerpo realiza este mismo mecanismo, haciéndote ganar peso y aumentar grasa corporal. En vez de esto trata de consumir varias comidas al día y de consumir 30 a 35 por ciento de las calorías del día en el desayuno o durante la mañana. Te sentirás lleno todo el día y le darás a tu cuerpo la oportunidad de quemar lo que consumiste, en vez de almacenarlo.
Primer desayuno. Los alimentos que debes consumir en esta hora del día son los lácteos, huevos, los granos enteros y la fibra. Si por lo regular no desayunas, empieza a tomar alimentos poco a poco, un vaso de leche, una lonja de queso con una tostada o si te levantas listo para desayunar, come avena, yogur y alguna fruta. La meta es tomar la mayor cantidad de calorías en esta hora del día. Otro beneficio es que la proteína contenida en la leche y otros productos lácteos puede aumentar la producción de proteína en el músculo, ayudándote a aumentar la masa muscular y reducir la grasa en el cuerpo después del ejercicio.
Segundo desayuno. Comer dos veces en la mañana significa que vas a consumir menos calorías a lo largo del día. Muchas personas no tienen el tiempo o la capacidad de consumir un tercio de las calorías del día desde que inicia, así que dividir tu desayuno en dos es una excelente forma de lograrlo.
Almuerzo. Los alimentos que debemos consumir son los vegetales, habichuelas, frutas, nueces y granos enteros.
Las sopas y ensaladas son una excelente opción.
Cena
Los alimentos para esta hora son vegetales, carnes magras, ensaladas, pescados, ricos en omega 3 como el salmón, granos y legumbres. En esta comida del día la meta es mantener las calorías a un mínimo.
Meriendas
Los alimentos indicados son el yogur, frutas, frutos secos, queso desgrasado, cereal con leche descremada. La meta con esta comida es evitar los ataques de hambre antes de almorzar o de cenar.