Con su presencia en la gran Feria Internacional de Turismo que en este momento tiene lugar en Madrid, España, República Dominicana sigue expandiéndose en la exhibición de sus favorables condiciones para recibir visitantes de todas partes del mundo; isla caribeña exaltada ante el poder mercadológico de cientos de agencias que mueven miles y miles de nutridas excursiones por las latitudes y que para estas fechas se concentran en el centro de la península ibérica.
El Estado y activos entes privados nacionales confluyen en el significativo esfuerzo anual para proyectar este ámbito tropical ante un gran centro de tomas de decisiones y contrataciones que fijan trayectoria a viajeros y a las inversiones ahora más estimuladas por la excepcional recuperación post pandemia que experimenta la industria sin chimeneas local.
Que aun menguada en el apogeo de la pandemia continuó con puertas abiertas a flujos de extranjeros sobreprotegidos en materia de salud y contra riesgos colaterales. Estrategia que sumó motivos para preferir este destino que inspira confianza en los turoperadores y hoteleros que aquí ingresan sin titubear.
Paralelamente, los aciertos del país en el control a la peste mortal en alto grado que otros no lograban, alfombraron el camino hacia la plena recuperación de uno de los pilares de la economía de efectos benéficos para otros renglones hacia los que repercute con consumos de bienes locales y demanda de servicios. El turismo dominicano crece y se fortalece.