Flanco débil del sistema de  salud

Flanco débil del sistema de  salud

Los índices relativamente altos de mortalidad materna e infantil obedecen en nuestro país a diversas causas, una de las cuales tiene que ver con prácticas médicas inconsecuentes con el estado de determinados pacientes. Y entre esas prácticas resultan  altamente preocupantes los referimientos tardíos desde centros de todas partes del país hacia hospitales especializados en la Capital. Muchos pacientes son referidos cuando ya están muy deteriorados y eso aleja las posibilidades de salvarles la vida.

 Entre los casos más frecuentes de referimientos tardíos están los de mujeres embarazadas con cuadro clínico crítico y niños en las mismas condiciones. En muchos casos  son trasladados sin acompañamiento de médicos y en vehículos del transporte público. También se producen referimientos por casos que pueden ser resueltos en cualquier unidad de atención primaria.

Aparte de instalar los ochenta centros de atención primaria que tiene en programa el Ministerio de Salud Pública,  hace falta actualizar los protocolos a que deben apegarse los referimientos de pacientes. Hay que crear vías efectivas de comunicación previa entre el establecimiento referente y el que ha de recibir el paciente, así como procurar condiciones adecuadas para el traslado. Hay que actuar para resolver ese flanco débil de la política sanitaria oficial que es causa de muerte de pacientes.

Hay que sembrar en la escuela
El salto cualitativo que pretende dar el país en materia de educación deberá tener una influencia determinante en los parámetros que rigen la vida en nuestra sociedad. Ahora que la violencia de todo tipo acosa a la sociedad, queda de manifiesto la necesidad de sembrar entre nuestros estudiantes el apego a   los valores morales y cívicos, a los principios de coexistencia armoniosa, al respeto por la vida.

Los feminicidios, el sicariato, el crimen organizado, la delincuencia generalizada, las drogas y sus consecuencias están dejando en el ambiente de nuestros niños y adolescentes una enseñanza negativa. Hay que evitar que la influencia de esa realidad se enquiste en la formación de nuestros futuros hombres y mujeres. De ahí que sea un asunto de sobrevivencia social que la transformación de la educación tenga una tasa significativa de promoción de los valores y principios de coexistencia armoniosa.

 

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