Flavio Suero, primer mártir en la lucha por el medio millón para la UASD

Flavio Suero, primer mártir en la lucha por el medio millón para la UASD

Aunque pequeñas, alejadas, prácticamente desconocidas y hasta sin rotular, las dos calles con el nombre de Flavio Suero que existen en Santo Domingo son la demostración de que es difícil que el pueblo lo olvide porque fue el primer mártir de la lucha por el medio millón para la Universidad Autónoma de Santo Domingo; aportó su propia sangre, su propia vida, y siempre los mártires sirven de guía, de estandarte.
La afirmación es de Miguel Reyes Santana (Santanita), dirigente del Movimiento Popular Dominicano que mantuvo estrecha relación política con el militante de esa agrupación, asesinado el 18 de febrero de 1969. Otros escriben que el 20.
Su muerte, agregó mientras le brotaban lágrimas, “expandió el dolor por todo el país al extremo de que su entierro se convirtió en una masa interminable de gente para llevarlo al cementerio”.
Reyes Santana, sociólogo, profesor pensionado de la UASD y fundador del Frente Universitario Flavio Suero, FUFLAS, luego FEFLAS, se encontraba en la casa de estudios cuando recibió la noticia que aún hoy le estremece. Dice que entonces el país estaba convulsionado por las huelgas de SITRACODE y de UNACHOSIN y se reclamaba el aumento de presupuesto para la academia.
“Flavio siguió la orientación política del MPD, que fue el llamado a todos los frentes de masa para las calles en apoyo a la huelga y a la demanda del medio millón. Entró a la escuela Colombia a estimular la salida de los estudiantes y un policía lo vio que iba para las aulas y lo mató de dos disparos por la espalda”, recuerda.
Reyes, activo revolucionario que sufrió golpes, prisión, destierro, durante el gobierno de 12 Años de Joaquín Balaguer, significó que fue tan grande la conmoción por el crimen “que pensábamos podía ser una retranca al movimiento revolucionario, sin embargo, pese a nuestra actitud inicial de impotencia, la lucha tomó mayor fuerza. Desde el cementerio se verificó un masivo reconocimiento a la continuidad. Es lamentable, pero la muerte dio ese impulso, fue un refuerzo, nunca cesó la lucha después de su muerte: se intensificó”, expresa.
Entristecido, comenta: “Era muy joven, apenas tenía 23 años cuando lo mataron”.
“La lucha interna”. Miguel, hoy afectado por las secuelas que la represión balaguerista dejó en su cuerpo, lleno de cicatrices, enfermo, se moviliza con bastón. Nació en Pescado Bobo, Altamira, Puerto Plata, el 26 de enero de 1944. Relata que siendo representante del MPD en la UASD, recibía a Flavio Suero, “activo militante de la parte norte de Santo Domingo”.
Iba “a buscar informaciones, planificar acciones, recibir orientación. Abordábamos la guagua de la Universidad y coreábamos: “¡Medio millón para la UASD!” hasta que el último estudiante llegaba a su destino”.
Añade que el militante “era muy despierto, activo, ágil, decidido, dinámico, interesado en conocer la problemática universitaria para transmitirla a barrios como Villas Agrícolas, Luperón, Capotillo y otros. Venía a nutrirse de cómo estaba la lucha interna en el MPD”.
Explica que anteriormente Suero perteneció al 14 de Junio, “pero pasó al MPD porque conocía la consolidación de nuestro partido”. Trabajaba en los comandos revolucionarios clandestinos. En los diferentes sectores había individuos con una estructura y él era su orientador, encargado de las movilizaciones, acciones prácticas o militares, difundía la propaganda, ponía letreros en las calles, el dirigía, manifiesta.
Dice que además de la actividad política, “era muy humano, se ocupaba de problemas personales de los demás porque al MPD confluían militantes de las diferentes regiones y los ayudábamos económicamente, les proporcionábamos ropa, herramientas de trabajo político… Flavio llevaba de estas ayudas a sus células”.
Lo define delgado, de baja estatura, cabello crespo, mulato, humilde en su vestimenta y en su proceder. “En las discusiones concedía razón en los análisis y en el tratamiento a los demás compañeros. Nunca recibí quejas. En las discusiones no imponía sus criterios, concedía la razón a quien la tuviera”.
Reyes Santana fundó el FUFLAS. “En las elecciones estudiantiles de la UASD en 1969, solo obtuvimos 169 votos, no obstante nuestra activa participación en el proceso de la lucha y la consolidación a nivel nacional”. Lo acompañaron Rafael Lantigua, Nelson Carreño, Heriberto Peña, Juan López, Roberto Félix, Danilo Rodríguez… “y un grupo de profesores que eran enlaces”.
Su lema fue: “Todo el poder para las masas”, exclama y afirma que “el FUFLAS confirmó, a pesar de la baja votación, que la atomización de Fragua y de la FED solo podían resolverse con la movilización social”.
Se convirtió en FEFLAS (Frente Estudiantil Flavio Suero) “cuando la agudización de la lucha política condujo a buscar un concepto más general para el movimiento estudiantil”, señala.
El profesional no tiene noticias de la vida personal de Suero, cuyo nombre era César Augusto, ni cuenta con fotografías. La que ilustra este trabajo fue reproducida de una publicación del MPD.

La calle. El 21 de abril de 1995 el Ayuntamiento del Distrito Nacional acogió la propuesta de Andrés Matos y Flavia Ramírez en el sentido de que la calle 16, del ensanche Luperón, llevara el nombre de Flavio Suero, la cual no fue localizada. Pero hay otra en “Los Tres Brazos” que es, quizá, un homenaje espontáneo para perpetuar la memoria del mártir.
“Yo mismo desconozco esas calles y esa resolución, no obstante haber sido Flavio Suero un hombre de masas, como fue simbolizado. Esto se debe al olvido y al silencio de la política, de los grupos revolucionarios”, exclamó Miguel Reyes Santana. Agregó que “las autoridades de la UASD y el propio FEFLAS tienen responsabilidad en eso: ni siquiera celebran un acto de recordación cada vez que viene un 18 de febrero”.

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