Flexibilidad para endeudamientos

Flexibilidad para endeudamientos

En busca de la reactivación de la economía, la Junta Monetaria dispuso medidas adicionales de flexibilización de los requisitos para créditos bancarios a empresas pequeñas y medianas. La decisión ha merecido elogios. Se considera que va en el camino correcto. Quedan todavía algunas rigideces, sobre todo del propio sector financiero que exige garantías que  ya no corresponden al rigor de normas vigentes. En estos tiempos difíciles, en los que productores de todas partes del mundo y de amplios renglones han llegado casi a la ruina, el historial de pago y la solvencia moral deberían constituir mérito suficiente para acceder a financiamientos. Es válida pues la propuesta del presidente de la Confederación de la Pequeña y Mediana Empresa (Codopyme), señor Issachart Burgos, de ensanchar el mercado con programas que se adapten a las posibilidades de las empresas menores.

En muchas economías, incluso en algunas de las de mayor dinamismo como Taiwán, los principales creadores de empleos trabajan con capitales de  tamaño regular. La justicia social a que debemos aspirar es aquella que garantice la satisfacción de necesidades a la mayoría pobre. Pero al mismo tiempo, las estructuras legales y financieras deben estar orientadas a propiciar el surgimiento y buen funcionamiento de los entes de  negocios que  la clase media genera en su propósito de progresar.

Las mujeres y  las cárceles

El sector penitenciario femenino del país, que es de solo un 3.1% de la población total, es de los menores de América Latina. Se entiende que esto ha facilitado el plan de reforma del deficiente sistema penal con la estrategia de mejorar primero  áreas de mujeres y algunas  de hombres. Periodistas que estuvieron de recorrido por centros de reclusión del nuevo modelo comprobaron hace poco que ya, en una proporción que es baja aún, a ciudadanos privados de libertad,   se les trata con dignidad. Los puntos luminosos y halagüeños de la marcha del país merecen destacarse una y otra vez.

 Vale resaltar además  que la mayoría de las convictas dominicanas incurrieron en delitos  por  una causa de violencia previa  en su contra, fuera física o social, y que el índice de reincidencia en ellas es de apenas un 5%. Este perfil, informado por autoridades, confirma la notable capacidad de la mujer dominicana para observar buenas conductas. No todo está perdido en este país. 

Publicaciones Relacionadas

Más leídas