Nueva York — Cuando las integrantes de Flor de Toloache comenzaron hace algunos años, no sabían muy bien lo que estaban haciendo: eran en su mayoría estadounidenses de origen latino, ninguna 100% mexicana, y vivían en Nueva York, lejos de la cuna del mariachi.
Hoy la primera y únicaB de este género con sede en la Ciudad de los Rascacielos compite con su primer disco por el Latin Grammy al mejor álbum de música ranchera con artistas establecidos como Aida Cuevas y Pedro Fernández, algo que podría atribuírsele a su mezcla de talento internacional.
“Le sacamos provecho no nada más por las culturas que hay sino también por la experiencia musical que cada persona ha tenido, cada una trae un poquito de su conocimiento, de su educación musical a la banda”, dijo la fundadora Mireya Ramos, nacida en California de origen dominicano y mexicano y criada en Puerto Rico, en una entrevista reciente con The Associated Press.
“Se escucha cuando tocamos los arreglos que hacemos originales, se escucha cuando … hacemos solos, improvisamos, y tú puedes escuchar todos los elementos y las experiencias que hemos tenido como músicos”, añadió la cantante, compositora, violinista y arreglista.
“Creo que por eso la banda suena diferente, no suena como cualquier otro mariachi: aunque tenemos la esencia de mariachi y tenemos los instrumentos tradicionales, le añadimos la flauta y el cajón, que no es lo más tradicional pero suena bien”. Flor de Toloache, que comenzó con tres integrantes y hoy cuenta con más de una decena, combina en su álbum clásicos como “Cucurrucucú Paloma” con versiones de temas de jazz y blues y otros originales que incluyen la cumbia “Dicen” y la tradicional “Son de Toloache”.
Todos los arreglos son hechos por Ramos y Shae Fiol, quienes hacen uso de sus potentes voces en las canciones. Para Fiol, nacida en Portland, Oregon, de origen cubano, la candidatura al Latin Grammy representa una “afirmación de vida”.
La vocalista, quien coescribe y arregla los temas con Ramos, relató que antes de que ésta la invitara a formar parte del grupo hace siete años “nunca había tocado mariachi, nunca había escuchado mariachi tampoco”. Venía de tocar soul en bares y clubes de Nueva York, por lo que le tocó estudiar y escuchar día y noche una lista de canciones tradicionales y clásicos de mariachi.
“Cuando teníamos ensayos yo no tenía ninguna idea de lo que estábamos haciendo, sólo les seguía la corriente”, relató en una mezcla de inglés y español. “Además tuve que aprender un instrumento nuevo, la vihuela”, similar a la guitarra que ya tocaba pero con cinco cuerdas. Ramos dijo que “Mariachi Flor de Toloache”, su primer disco independiente que vio la luz luego de dos años en diciembre, les “costó muchísimo trabajo”.
“Todo lo que pudo haber ido mal nos pasó para poder terminar este álbum”, explicó entre risas, “empezando con el dinero, con el estudio donde grabamos que cerró a última hora…”. Durante la entrevista en la sede de la AP en Nueva York también estuvieron presentes la trompetista dominicana Julie Acosta y la flautista Doménica Fossati, de origen italiano y estadounidense.
A diferencia de las intérpretes de mariachi tradicionales que usan falda, lucieron traje de charro de caballero, con pantalones negros y botones de plata, y un coqueto moño fucsia. Recién llegada de una gira europea como teloneras de The Arcs (el proyecto del vocalista y guitarrista de The Black Keys Dan Auerbach), Flor de Toloache se encuentra en Las Vegas para asistir a la gala de los Latin Grammy el jueves por la noche.