Flores intermitentes

Flores intermitentes

Han caído copiosos aguaceros ayer. El agua moja la tierra, penetra en las raíces de las plantas y las hace reverdecer. Después de las lluvias los pájaros entran en una actividad primordial: la de recomponer sus nidos. Hay bulbos que florecen tan pronto los humedece una llovizna. Ese es el caso de los Duendes; puedes mojarlos tres o cuatro veces con una manguera y no florecerán; ahora bien, cualquier “lluviecita pasajera” provoca que broten flores en centenares de Duendes, invisibles hasta el día anterior. ¿Qué tendrán las aguas que caen del cielo que no tienen las que circulan por las tuberías del acueducto? Sea a causa de la contaminación del agua de las cisternas, de la electricidad contenida en la atmósfera o del cambio brusco de temperaturas, el caso es que los Duendes aparecen, repentina y misteriosamente, cuando nadie los espera; por eso se llaman Duendes. Los hebreos de la antigüedad hablaban de aguas vivas y aguas muertas. No acabo de entender que distingue unas aguas de las otras, a menos que se trate de diferenciar “aguas frescas y limpias” de “aguas sucias y estancadas”. ¿Cuáles son las propiedades de las aguas vivas? ¿Está entre ellas la de hacer florecer Duendes en los jardines de nuestras abuelas?
Hay Duendes blancos, rosados, amarillos; todos han sido expulsados de las “obras de jardinería” de la actualidad. En ningún arriate de edificios públicos podrá encontrarse un Duende, así sea “de muestra”.
En ciertas casas de Gascue, es posible encontrar todavía algunos de estos bulbos, sobrevivientes de estilos de vida ya periclitados. Antes los jardines pequeños, de clase media, contaban con la presencia de Duendes que mantenían permanente verdor y, en ocasiones, premiaban a la gente con sus flores inesperadas.
Muchos arquitectos-paisajistas contemporáneos tienen más contacto con el cactus que con los Duendes; prefieren plantas espinosas para espantar a los intrusos y dar la impresión de agresividad ambiental. ¿Qué efectos anímicos produce la lluvia en los habitantes de las polvorientas ciudades modernas? ¿Los obliga a contemplar la naturaleza al impedirles salir a las calles? La restauración de los Duendes en los jardines domésticos, podría servir como “terapia ecológica” del ámbito urbano. Son flores intermitentes de cultivo fácil y sostenible.

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