WEST PALM BEACH, EEUU (AFP).- Varios reclamos de irregularidades surgieron este martes en Florida (sudeste), donde los electores votan bajo las atentas miradas de miles de observadores nacionales y extranjeros.

   Los problemas revivieron el fantasma del fiasco electoral de 2000, cuando batallas legales y recuentos de votos dejaron en el limbo durante 36 días los resultados de la elección presidencial en este Estado.

   Algunos electores, muchos de ellos en barrios negros tradicionalmente demócratas, dijeron que habían recibido llamadas enviándolos a precintos en donde no les tocaba votar, o diciéndoles que no estaban registrados.

   «Los electores están llenando nuestras líneas telefónicas respondiendo a estas llamadas», dijo Theresa LePore, la supervisora de elecciones del Condado de Palm Beach (este). «Es terrible», dijo a los periodistas frente a una sinagoga de la ciudad de West Palm Beach en donde se llevaba a cabo la votación.

   En el barrio negro de Liberty City, en Miami, Eric Torres dijo que recibió un volante en su residencia indicándole que fuera a votar a un precinto distinto al que le toca.

   «Están en todas partes utilizando todo tipo de tácticas», afirmó mientras se preparaba a votar en una escuela, sin especificar a quiénes se refería.

   El condado de Palm Beach fue el foco del fiasco de 2000, cuando miles de papeletas confusas hicieron que electores votaran por un candidato equivocado.

   La ventaja de 537 votos que George W. Bush tenía sobre Al Gore entonces le otorgó la presidencia luego de que el Tribunal Supremo paralizara los recuentos en este estado.

   Cuestionada sobre cuánto tiempo tomaría saber quién ganó esta vez en Florida, LePore contestó: «Eso depende de los abogados».

   Medios locales informaron que en este condado se reportó un fallo eléctrico en una máquina de votar que pudo haber ocasionado la pérdida de 40 votos.

   Las máquinas utilizadas en 15 de los 67 condados de Florida no emiten recibos del voto, haciendo imposible un recuento en caso de que sea necesario, según los críticos del sistema.

   Otra preocupación es que miles de electores no recibieron por correo sus papeletas de voto ausente, que necesitan entregar en caso de votar en persona o devolver con su voto antes de las 19H00 locales de este martes, si están dentro del país.

   Miles de observadores nacionales, extranjeros, y abogados republicanos y demócratas también vigilaban los sufragios y contestaban las preguntas de los electores.

   Dos observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación Europea (OSCE), invitados por el departamento de Estado, visitaron varios lugares de votación en Miami.

   «Examinamos las máquinas, la organización de las mesas, la puntualidad y la actitud del personal e intentamos identificar irregularidades», explicó Ron Gould, un experto canadiense. Otros 90 colegas suyos están desplegados en todo el Estado y por el país.

   Sin embargo, aclaró que «es imposible hacer la evaluación de un sistema electoral tan fragmentado como el de Estados Unidos». «Observamos el sistema y no los votos individuales», agregó Konrad Olszewski, un funcionario polaco de la OSCE.

   En el condado de Miami-Dade, el alcalde Alex Penelas dijo que no hay mayores incidentes que reportar en la votación, excepto un cierre de oficina por unas horas en la ciudad de Hialeah para actualizar la lista de electores.

   Penelas destacó que espera una participación de «casi 80%», y la describió como «histórica».

   En la Pequeña Habana de Miami se desarrolló una fiesta callejera de partidarios y contrarios, y cientos de negocios cerraron para que los empleados fueran a votar.

   Tanto en Palm Beach como en Miami-Dade se observaban largas filas pero se movían más rápido que durante el proceso de voto por adelantado, cuando se debían esperar varias horas.

   Los jueces del Estado, por otra parte, trabajaron este martes tratando de resolver varias demandas relacionadas con el proceso electoral, presentadas por republicanos y demócratas que se acusan de hacer trampa. Las demandas fueron rechazadas.

   El principal estratega político republicano, Karl Rove, dijo que los demócratas parecían estar al frente en algunos condados del sur de la Florida, pero que Bush llevaba la ventaja en otras áreas.

   «Estamos bien en la participación», dijo a la cadena Fox News, «estamos ganando en el voto ausente por un amplio margen y manteniendo a raya su margen en el voto por adelantado lo suficiente como para, si uno combina los dos, estamos al frente».