Florida espera por nosotros

Florida espera por nosotros

Algunos puertoplateños dicen, con cierta jactancia, que viven “al sur de la Florida”. Con esa expresión no hacen más que denotar la escasa distancia relativa entre nuestro país y ese punto de los Estados Unidos, que es nuestro principal socio comercial por ser destino de la mayor parte de nuestras exportaciones. La Florida es un inmenso mercado de consumo que tan solo el año pasado importó US$2,000 millones en mariscos de todas partes del mundo, principalmente América Latina, y US$350 millones en jugo de fruta de nuestros competidores comerciales.

Esta corta distancia hacia el mayor receptor de mercancías de los Estados Unidos es una ventaja relativa que los dominicanos tenemos que explotar a plenitud. Deberíamos enviar allí misiones comerciales para explorar qué demanda ese mercado de nuestros productores de alimentos, manufacturas, textiles, instrumentos médicos, joyas, plásticos, muebles y otros renglones, para aprovechar las buenas condiciones arancelarias que garantiza el DR-CAFTA.

Los organismos nacionales encargados de promover el comercio internacional deben trabajar de la mano con nuestros empresarios para diseñar las estrategias necesarias para conquistar ese mercado de consumo tan importante que es la Florida. Las condiciones parecen dadas para un intenso intercambio comercial entre nosotros y Florida.

 ¿A QUIÉN CREERLE POR FIN?

Mientras la Policía acusa a los jueces de ser benignos porque excarcelan con facilidad a los imputados, los jueces se defienden alegando que la falta de consistencia de las acusaciones y la falta de evidencias no les deja otro camino que soltar a los reos. Sin embargo, a pesar de esta situación, la población carcelaria sigue aumentando de año en año en proporciones tales que preocupan al Ministerio Público. Este crecimiento parecería contradictorio si se toma en cuenta que, según la Policía, hay benignidad en la justicia.

Pero a este intrincado polinomio ha entrado una variable que no habíamos tomado en cuenta. Abogados consultados por este diario afirman que la culpa de la sobrepoblación carcelaria es de los fiscales, porque piden medidas de coerción por casos que no ameritan más que presentación periódica o pago de garantía económica. ¿De qué lado estará la razón?

 

 

 

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