MIAMI (AFP).- El gobernador Jeb Bush paralizó ayer, viernes, las ejecuciones en Florida mientras un comité revisa la manera en que se administra la inyección letal a condenados a muerte, tras la ejecución de un reo esta semana que tardó 34 minutos y requirió dos dosis del cóctel letal.

El reo, Angel Nieves Díaz, de 55 años de edad, tardó más de media hora en morir porque las agujas de la inyección le perforaron sus venas y el cóctel letal se dispersó por el tejido, según hallazgos preliminares de su autopsia también revelados ayer viernes.

“Espero la revisión rápida de los protocolos sobre la inyección letal en Florida para asegurar que este método sea consistente con la Octava Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, y su prohibición contra los castigos crueles e inhumanos”, indicó Bush en una declaración escrita ayer jueves. Sin embargo, la orden ejecutiva afirma que el comité no debe evaluar la posibilidad de un método alterno para ejecutar a los condenados a muerte, sólo si la inyección letal está siendo correctamente administrada.

La ejecución de Nieves -condenado a muerte por el asesinato de un hombre en 1979- revivió el debate en el país sobre si el método constituye un castigo cruel e inhumano, por tanto inconstitucional.