Miami .- La ciudad costera de Fort Lauderdale, al norte de Miami (EE.UU.), se convierte desde hoy y hasta el próximo lunes en la “capital mundial de los yates”, con una exhibición de más de 1.500 embarcaciones y un millar de expositores procedentes de una treintena de países.
El mundo naval se da cita en el International Boat Show de Fort Lauderdale, que cumple 56 años como feria imprescindible para los entusiastas de la navegación ávidos de contemplar los nuevos yates “boutique” y de superlujo, la náutica deportiva, las últimas tendencias en diseño y la tecnología puntera.
La mayor feria náutica del mundo ocupa una extensión de tres millones de pies cuadrados con conexión a seis diferentes recintos habilitados en esta población costera del condado de Broward.
Fort Lauderdale es estos días la “capital mundial de los yates, el show de embarcaciones en el agua más grande del mundo al que se acercan decenas de miles de personas”, dijo a Efe Carlos Goycochea, director de comunicaciones de la compañía Pierson Grant, responsable de la promoción del evento.
El ambicioso programa de este año incluye la exhibición de más de 1.500 embarcaciones en agua y tierra, con un “valor combinado, entre barcos, productos y accesorios, de unos 4.000 millones de dólares”, precisó Goycochea.
Solo el apartado de embarcaciones engloba unas 60 categorías diferentes, desde embarcaciones fueraborda, de pesca, catamaranes, yates y superyates, algunos tan grandes como el “Northern Star”, de 247 pies de eslora y con un precio de venta de 99 millones de dólares.
Pese a que no soplan aún vientos de clara bonanza económica en Europa para este sector, en Estados Unidos la situación es diferente, con un mercado que, “tras la recesión de 2008, empezó a crecer de nuevo” y “hoy está muy sano, con gente comprando otra vez yates nuevos”, aseguró a Efe Daniel Galante, director de la empresa distribuidora G-Marine, especializada en yates “boutique” europeos.
Galante expresó una gran confianza en la previsión de ventas de yates en esta feria que “atrae a compradores de todo el mundo, entre ellos los más importantes de Nueva York y Canadá, que comienzan a bajar al sur de Florida para invernar».
“La feria de Fort Lauderdale es la que abre el año náutico, luego viene la de Miami y, a continuación, la de West Palm Beach”, apuntó el experto, cuya empresa distribuye reconocidas marcas europeas como la española Astondoa, uno de los grandes astilleros de yates de lujo, la británica Fairline o la finlandesa Axopar.
Pero, sobre todo, Galante puso en valor los principales elementos que contribuyen a diferenciar un yate de otro, como son el trabajo artesanal de los interiores, la calidad de las maderas y pieles, además de la fibra de vidrio y el acero, en el exterior del barco. Todo lo demás, explicó, es “electrónica”, un componente que “todo el mundo tiene y es, más o menos, el mismo”, precisó.
En ese contexto, puso de relieve la importancia clave que adquiere la formación de profesionales especializados y altamente cualificados, una mano de obra que escasea, lamentó.
En cuanto a las nuevas tendencias en el sector de la náutica de recreo, el empresario detalló que hoy se impone la “más alta arquitectura en los interiores”, en la que priman los “pisos de madera clara, las paredes oscuras y el minimalismo de las viviendas, con vidrio y arenado en la decoración». Atrás quedan, añadió, los “materiales brillantes, las maderas rojizas y las alfombras de lana” que eran percibidos hace tan solo cinco años como el no va más del lujo.
Entre los yates de lujo más llamativos figuran el “Top Deck”, de Astondoa, caracterizado por el elegante casco, la gran amplitud exterior y los avances tecnológicos incorporados. O el exclusivo “Feadship”, del constructor holandés del mismo nombre, de 197 pies de eslora y proa afilada. Destacan también los superyates de la italiana Perini Navi, con su estilizado modelo “Silencio”, o la holandesa Amels, constructora de exclusivo yates de lujo de series limitadas.