POR CARLOS NINA GOMEZ                               
En este oficio -de periodista especializado en deportes- ya voy a cumplir 28 años…he trabajado en ese lapso en diferentes periódicos locales y extranjeros, así como en dos agencias noticiosas internacionales- . En todo ese trayecto profesional siempre mi labor ha sido en función de la objetividad.

La objetividad es la principal responsabilidad que debe tener un periodista, en cualquier área de la llamada Ciencia de la comunicación Social.Ya expuse, en dos artículos, mi opinión sobre lo que pasó en el combate protagonizado, la madrugada del cinco de mayo (2007), por Oscar de la Hoya y Floyd Mayweather por el campeonato mundial mediano júnior.Resumí diciendo que Mayweather «no es tan técnico, o excelente boxeador, como lo pintan». Y que aunque fue declarado ganador ante De la Hoya, su triunfo tiene «sus bemoles». A mi jucio De la Hoya ganó esa pelea por un punto. Un juez la vio 115-113, a favor de De la Hoya.

Son muchos los periodistas, veteranos y noveles, que quedaron absortos con la cuestionada decisión (dividida) que favoreció al ahora nuevo monarca mediano júnior avalado por el Consejo Mundial de Boxeo.

Pero la opinión que más base tiene es la que a continuación comparto con ustedes y que sale de la respetable pluma del periodista Chelo de Castro, del periódico El Heraldo, de Colombia.

Este es el artículo del reputado analista colombiano que se publicó en la edición digital FitghtNews que dirige el periodista panameño Ludo Sáenz.

¡Mayweather es el mejor pierna por pierna!

Por Chelo de Castro,  del diario El Heraldo de Colombia May 7, 2007, 09:10.

«Dijimos, decimos y diremos — mientras no se nos demuestre lo contrario — que en el boxeo profesional de estos días hay sectores protagonistas que carecen de honestidad.

 Especialmente los jueces, que muchos quisiéramos poder introducirnos en sus cerebros y ver cómo es que anotan “round por round” para emitir fallos adversos hacia boxeadores que han peleado para ganar o cuando menos para empatar sus combates, y las tarjetas de esos sinvergüenzas caen encima de todos ellos.

A Oscar De la Hoya le dieron nuevamente un fallo en su contra, habiendo sido de los dos el que conectó los mejores y más fuertes golpes de la pelea. Su adversario se volvió fabricante de ‘jabs’ inofensivos y sin poder. Eso sin contar que en el boxeo de todos los tiempos el púgil que ataca lleva siempre una ventaja, porque el ataque es el fundamento mismo del boxeo. Y si antes de anoche De la Hoya no hubiera sido lo que en efecto fue, el atacante a lo largo de los 12 asaltos, el referee habría tenido que bajarlos a los dos del ring, porque pelea no habría habido.

Floyd Mayweather es ese tipo de boxeador que “quiere ir en caballito”. Lo invitan o lo acorralan para que cambie golpes con su adversario y lo que hace es que se desplaza por un costado. En los 12 asaltos se vio el mismo panorama: De la Hoya hacia delante, buscando la pelea franca, y el contendor saliéndose por la tangente. De este Mayweather hay un cartelito coreado y repetido por las ortofónicas modernas del periodismo que sabemos, del que dicen dizque “es el mejor boxeador libra por libra   que hay ahora mismo”. Debe ser, sí, el mejor, pero pierna por pierna, porque corre más que un maratonista olímpico. Piernas en ‘rever’ o por los costados no las hay en este planeta. Pueden jurarlo».