BUENOS AIRES, AFP. La violenta devaluación del peso argentino espantó del mercado a los productores de soja, el oro verde cuya exportación abastece de dólares a las flacas reservas del país, por lo que permanecen sentados sobre sus cosechas a la espera de que pase la tormenta.

El gobierno indujo esta semana una devaluación de la moneda, que perdió el 14% de su valor en apenas dos días, mientras siguen en caída las reservas del Banco Central que tocaron su nivel más bajo de los últimos años (unos 29.000 millones de dólares).

«El campo ‘desensilló’ hasta que aclare», dijo a la AFP un portavoz de la Sociedad Rural Argentina para explicar la actitud expectante que prevalece entre los cientos de productores de soja, de la que Argentina es uno de los principales exportadores del mundo y que representa el 25% de sus exportaciones.

Los productores prefieren retener la cosecha en silobolsas antes que recibir a cambio unos 4 pesos por dólar (deducido el 35% de impuestos al «dólar soja», que ronda los 7 pesos) mientras el billete estadounidense roza los 12 pesos en el mercado informal, 8 en el oficial, y nadie conoce dónde está el techo.

«Hay tanta incertidumbre que el productor está canjeando granos por insumos antes que quedarse con pesos en la mano», explicó el portavoz que prefirió el anonimato.

Temor y desconfianza. La expectativa está puesta en lo que suceda el lunes, cuando comenzarán a regir las medidas que relajan las restricciones a la compra de dólares para ahorro, momento en que el Banco Central medirá sus espaldas para contener la demanda.

«Hay temor, incertidumbre y desconfianza, la consecuencia inmediata es una paralización de todas las ventas, incluso de insumos, y un acortamiento de los plazos de las operaciones. A nadie le puede convenir hoy pactar a 60 días, como era habitual con una inflación anual estimada del 30%», sostuvo.